Cap. 20: A su lado

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Se removió levemente entre las sábanas, para descubrir que habían unos fuertes brazos rodeándola. Abrió sus ojos con lentitud y se giró con cuidado de no despertarlo, para quedar frente a él.

Era la primera vez que ella despertaba antes que él y aprovechó el momento para apreciarlo con detenimiento. Cuando están juntos no tiene muchas oportunidades para verlo así, no quería parecer alguna clase de acosadora que se queda viéndolo tan fijamente, pero ahora no había nadie que pudiera verla... Es que él era realmente precioso, como nadie que hubiese visto antes... tanto, que a veces le costaba creer que alguien como él se haya fijado en alguien tan normal y simple como ella, pudiendo tener literalmente a la mujer que quisiera... 

Él siempre era muy intimidante, pero ahora su rostro se veía tan sereno y profundamente dormido, que hasta le transmitía algo de paz verlo así. Sabía que últimamente estaba teniendo mucho trabajo con todo el tema de China, probablemente no descansaba bien, así que lo dejaría dormir algunos minutos más.

Le encantaría poder quedarse ahí con él, se sentía tan cómoda a su lado... sentía que podía ser ella misma, hablar lo que quisiera, hacer lo que quisiera y jamás sería juzgada. Por alguna extraña razón, sentía que con él era todo lo contrario... Él la miraba con una dulzura especial cada vez que ella hacía alguna tontería, además, siempre la escuchaba con tanto detenimiento y atención, como si en esos momentos no existiera nadie más que ella. Era lindo sentirse así, él la hacía sentir especial.

No pudo evitar acariciar con cuidado su mejilla y recorrer el marcado contorno de su cara. Lo encontraba tan perfecto, tan varonil, tan exquisito... se sorprendió a sí misma pensando en todas esas cosas y no comprendió en qué momento había quedado tan atontada por él. Ella no era así... no dejaba que ese tipo de cosas le afectarán a tal punto... pero con él, no podía evitar sentirse como una adolescente enamorada.

De pronto sintió esos brazos envolverla con más firmeza, distrayéndola de sus pensamientos y no pudo evitar dejar escapar un pequeño grito de sorpresa al ser levantada y puesta encima de él. 

- Buenos días. 

- Buenos días bello durmiente. - Saludó riendo. 

Él apretó sus ojos, fingiendo molestia por su comentario. En el fondo no podía negar que escuchar su suave voz y su risa al despertar, era demasiado agradable.

- Qué raro que ya estés despierta.

- ¿Raro? Ts, algunos no nos pasamos el día durmiendo, ¿Sabes? - Le dijo aún riendo. Él rodó sus ojos.

- Qué descaro. - Respondió y antes de que ella pudiera decir algo más, atrapó sus labios en un beso. 

- Tengo que ir a mi casa a ducharme y cambiarme para ir a trabajar... - Le dijo Rin separándose de su beso. - Tú deberías aprovechar de seguir durmiendo, te ves cansado.

- Yo te iré a dejar en un rato más, ahora tienes que solucionar lo que causaste.

- ¿Lo que causé? - Él presionó levemente su erección contra ella. - ¡Sesshomaru! Eso no fue culpa mía... 

- ¿Cómo que no? Estás desnuda en mi cama y además, encima mío. 

- ¡Tú me pusiste aquí!

Él la tomó con firmeza y la giró en la cama, quedando sobre ella. Comenzó a besar su cuello y a Rin se le hizo inevitable dejar escapar algunos leves gemidos.

- Lo siento, pero no voy a dejar que te vayas de aquí así como así.

Rin no pudo evitar soltar una pequeña risa. Mientras él seguía recorriéndola con besos hasta llegar a sus senos.

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