Violet
Me encuentro leyendo uno de los libros que mi padre y mi hermano me han regalado. Tengo que admitir que me aburro de hacer siempre lo mismo, que quisiera salir afuera y ver qué es lo que realmente hay. Pero, mis padres y mi hermano ya me han dicho que es un poco peligroso que salga.
Siempre he pensado que mi aspecto físico tiene que ver con todo esto, porque ellos me han dicho que las personas al ver algo que no están acostumbrados a ver, tienden a hacer cosas sin pensarlo. Pero… ¿Quién sería tan cruel de hacerle algo a una simple chica?
Aunque no sé si es verdad que existen más personas como nosotros – ya que nunca he visto alguien que no sea mi familia – no puedo decir que hay más, porque solo estoy en esta habitación, llena de juguetes, libros y todo lo que necesito. O, mejor dicho, lo que mi familia ha dicho que necesito.
Al terminar de leer uno de los párrafos del libro, miro la hora en el reloj que cuelga encima de mi espejo, veo que son las 3:30, lo que me dice que debo ir a ducharme, antes de que mi padre llegue a las 3:50 a empezar a darme clases.
Dejo el libro en su lugar, y me empiezo a desvestir, ato mi largo y blanco cabello en una coleta alta, y me voy hacia el baño. Me doy un baño rápido ya que no quiero que mi padre me esté esperando por haber tardado mucho tiempo.
Salgo del baño envuelta en un albornoz de algodón, y me voy hacia el armario a decidir que ponerme. Todo lo que tengo son vestidos, solo que todos ellos de diferente forma y color. Así que me decido poner uno rojo, para resaltar en mi albina piel.
Me visto lo más rápido que puedo, y me pongo unas zapatillas acorde al color del vestido, desato mi cabello, que cae cubriendo completamente mis hombros, hasta llegar a la parte de atrás de mis rodillas. Es muy largo lo sé, pero no he querido cortarlo nunca, me siento bien con mi cabello así. Me gusta trenzar lo cuando estoy aburrida, ya que es entretenido, hace que el tiempo vuele mientras me invento miles de peinados.
Al terminar de peinar mi cabello tomo el libro que estaba leyendo antes, me siento en mi escritorio, y me quedo a esperar a mi padre, quien luego de unos minutos entra a mi habitación con mi hermano mayor, Víctor.
– Te extrañe mucho, hermanita – me dice mi hermano mientras se acerca para abrazarme.
Mi hermano, tiene ojos oscuros al igual que mi padre, su cabello es pelirrojo, de tez blanca, y es muy alto. Mi hermano saco los rasgos faciales de nuestro padre, es muy guapo, y se ve un poco tierno a la vez. Pero saco el color de piel de nuestra madre, y su color de cabello. Mi padre por otro lado tiene ojos oscuros como ya dije, cabello castaño, y es de tez morena.
Luego de un largo abrazo con mi hermano, mi padre me avisa que no me dará clases hoy. Sin embargo, me dejara con mi hermano para que no me aburra, y pase el día con el hablando.
– Tengo que contarte algo – dice Víctor mirando a todos lados como si nuestro padre fuese a aparecer – pero… ¿me prometes que no le dirás a nuestros padres?
– ¿Por qué haría eso? – pregunto confusa.
– Porque voy hablarte de algo que tengo prohibido contarte.
Me quedo pensando un momento lo que me está pidiendo, ya que no quiero que se meta en problemas porque se me escape algo de lo que me diga, al igual que la última vez que me contó algo.
– Mhm… creo que sería mejor si no se nada. No obstante, ya tengo curiosidad de saber qué es lo que me quieres contar.
– Bueno, entonces te lo cuento, solo tienes que ser más discreta esta vez – dice sentándose a mi lado – como veras no puedes salir de tu habitación y tienes que estar encerrada con llave…
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La noche de la luna negra
ParanormalViolet es una chica que nunca ha salido de su habitación, y tiene muchos deseos de salir de dicho lugar. Pero, ¿En realidad es lo que necesita? ¿Quiere saber el por qué de estar encerrada? O quizás nada sea lo que parezca.