Capítulo 2: La voz de mi cabeza

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Violet

Creo que nunca pensé que hablar con mi padre de algo, fuese tan incómodo como ahora. Y no incomodo de como dicen las chicas de los libros, que quieren hablarle sobre que están embarazadas o alguna mala noticia a sus padres. Sino de que le quiero hablar del móvil, pero no quiero que se moleste con mi hermano por haberme contado sobre eso.

Mi padre está sentado en mi escritorio, con la silla girada hacia mi cama para poder verme bien, aunque en estos momentos lo que menos quiero es ver su rostro. Algo que tiene Christopher Thomson, es que su mirada da miedo, aunque no haya hecho algo malo. Él es muy observador y, hasta el simple gesto extraño que haga, le hace saber si es algo malo o bueno lo que le quiero contar.

-Y bien… ¿Qué es lo que me quieres contar? - pregunta observando todos mis gestos.

Ya de seguro ha de saber que estoy súper nerviosa, aunque trato lo más posible de no mostrar mis nervios. Pero es algo casi imposible, ¿Cómo se sentirá mi hermano cuando le quiere contar algo?, si esto para mí ha sido difícil, ¿Cómo lo será para él?, ¿se sentirá así nervioso como lo estoy yo?

– Bueno… pues… – trago saliva al sentir la garganta seca – Es que quería saber, si me podías regalar un móvil, para cuando cumpla diecisiocho. Quiero estar comunicada con Víctor cuando se vaya a la universidad.

Él se levanta de la silla, creo que un poco enojado, pero no importa porque ya le solté la bomba de lo que quería.

Mientras él se pone a caminar de un lado a otro en la habitación pensando, yo me empiezo a sentir mucho más nerviosa de lo que ya estaba. Nunca lo había visto así de frustrado y me causa que me sienta mal por haberle contado sobre el móvil…

– Lo haré – dice finalmente, deteniéndose frente a mí –. Pero con unas condiciones.  

Sin poder evitarlo se forma una sonrisa en mis labios, me acerco a él y le doy un abrazo.

– Lo que sea, lo acepto – digo entusiasmada.

– Solo vas a utilizar el whatsapp. Además de eso los únicos contactos que tendrás son, el de tu hermano, y el mío. No quiero a nadie más, ¿entendido?

– Entendido.

Me paso un tiempo hablando con mi padre de lo genial que será tener un móvil, pero también de algunas normas más que me ha puesto; como que no puedo ponerme a buscar cosas indebidas, y esas cosas. Le pregunte si se pueden leer libros en la cosa llamada internet de la que hablo, a lo que respondió que si, como también que puedo buscar videos, y películas. No sé lo que son, sin embargo suena interesantes.

Nunca se me había ocurrido que existía un aparato, capaz de hacer tantas cosas a la vez. Además de mantener a las personas que están lejos comunicadas.

– Hola, hermanita – me saluda Víctor mientras entra en la habitación.

– Tengo algo increíble que contarte.

– Creo que tengo que dejarlos solos para que conversen – dice mi padre desde la puerta –. Hasta luego.

Me giro hacia mi hermano, luego de ver como se marcha mi padre.

– ¡Papá ha dicho que me comprara el móvil! – grito emocionada.

– En serio, eso es genial. ¿Cuándo ha dicho que te lo compra?

– Me ha dicho que me lo compra mañana. Le he dicho que tenerlo lo más pronto posible es mejor, así no tiene que venir tanto a ver como estoy, solo lo pregunta por el móvil y listo.

– Pero sí que eres buena convenciendo a papá – dice y empieza a aplaudir como loco.

– ¿Te ha dicho que no muchas veces?

 La noche de la luna negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora