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Morat hace una pausa después del lanzamiento de su nuevo álbum. Es un video, de solo un minuto, y todos están sonriendo hasta el punto en que es doloroso, levantando el pulgar y prometiendo que volveremos pronto.  Aún se desconoce el estado de la gira del próximo año.

,,Deberían irse, ya saben", les dice Martín en voz baja, con la cabeza apoyada en el regazo de Juan.  Todos están sentados con las piernas cruzadas en la alfombra frente a Juan y Martín.  ,,Haz la gira. Y música. Más música".

Todos llegan a la decisión unánime de que no, no harán nada de eso.  ,,No sin ti", dice Juan con una voz mortalmente baja. ,,Nunca sin ti."

Martín siente ganas de llorar, porque no pueden terminar Morat así por su culpa. Se supone que deben explotar, no morir cómo él lo va a hacer. No pueden simplemente cancelar la gira, porque muchas personas lo están esperando y todos lo están esperando y, oh Dios, la gente se va a enojar mucho y él no puede soportar la idea de dejar que tanta gente está triste.

,,La banda no tiene que morir cuando yo lo hago", susurra Martín, sollozando y limpiándose la nariz con la manga, y así Simón está saltando para envolver sus brazos alrededor de él, presionando su rostro contra la espalda de Martín. ,,Alejo me puede reemplazar, pueden decir que...me fui, no tienen que sáber a donde ni por qué y ni tienen que saber que me fui para siempre," su voz se rompe y siente a Juan acariciandolo

,,Pero tú eres la banda", insiste Simón, sonriendo un poco. ,,Somos hermanos. Un equipo, y no vamos a performar sin tí, Martín." El chico ya no puede sostener las lágrimas y sus mejillas se húmedan con el fluido salado que empieza a salir de sus ojos, para que recibe otro par de fuertes y cálidos, recomfortantes abrazos llenos de amor.

,,Nunca sin tí."

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Los dolores de cabeza están empeorando.

Martín sonríe a través de ellas, finge no darse cuenta. Después de otra de las entrevistas, se derrumba en los brazos de Juan detrás del escenario, el dolor prácticamente lo inmoviliza. Se queda dormido en el regazo de Juan en el camino de regreso al hotel.

Llora esa noche cuando le tiemblan tanto las manos que ni siquiera puede presionar el maldito botón del ascensor. Está tan acostumbrado a poder arreglar las cosas, arreglarlas y dejarlas como nuevas y joder, no puede arreglar esto.

Martín pasa todo su tiempo en Estados Unidos contemplando los paisajes de todos los lugares a los que va, memorizando rostros y lugares porque sabe que probablemente nunca volverá a verlos.

A pesar de todo, va a extrañarlo.

No Te Vayas// Isargas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora