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A Juan le gusta cantarle, le gusta contarle historias a Martín. A Martín le gusta que le lean, pero le gusta más cuando Juan solo habla, porque su voz siempre es tranquila y nunca habla demasiado rápido para que Martín lo entienda. Sin embargo, sobre todo, a Martín le gusta escuchar, y es extraño porque Martín suele ser el que habla, llenando la habitación con su presencia, pero las cosas son diferentes ahora y Juan lo entiende y está bien.  Está bien.

,,¿Te acuerdas de esto?" Juan le pregunta una mañana, sosteniendo el celular en su mano, mostrandole un video con canción, la primera canción que hicieron cuando se unió a la banda.

Martín frunce los labios, entrecerra los ojos y asoma un poco la lengua mientras se concentra, tratando de encontrar el recuerdo de donde sea que esté enterrado en lo profundo de su cerebro.  Finalmente, con una mirada de desesperanza y derrota, niega con la cabeza, los ojos se vuelven más vidriosos a cada minuto.

,,Está bien", le asegura Juan rápidamente, acariciando su mejilla. ,,Te gustó mucho la canción, era tu favorita, pero está bien, hay tantas canciones verdad que ni yo ya recuerdo rodas", explica lentamente, presionando sus dedos suavemente contra la piel de Martín. Martín mira con curiosidad a el celular, como si ni siquiera supiera cómo llegó allí. Se ve frustrado cuando mira a Juan, sus ojos vidriosos parecen decir lo siento, lo siento mucho, no puedo recordar, lo siento mucho.

Juan simplemente lo abraza y susurra: ,,Está bien. Está bien, Marto. Son sólo unos pixeles, de todos modos. Lo importante es que te amo, está bien, y tú también me amas, ¿verdad?"

Martín asiente rápidamente, presionando su fría palma contra el pecho de Juan.  Por supuesto que te amo, dice el gesto. Juan besa su pequeña nariz fría y lo deja descansar, esperando hasta que esté seguro de que Martín está dormido para dejar sus lágrimas fluir por sus mejillas.

Realmente no quiere que Martín lo vea llorar.

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Juan sabe que viene.  Ha estado sucediendo durante mucho tiempo y, francamente, ha pasado más tiempo con Martín de lo que pensó que tendría desde el día en que le diagnosticaron, y debería estar agradecido, pero en cambio está enojado, enojado porque no quiere perder a Martín y enojado porque Martín ya no puede recordar ni una maldita cosa y uno de estos días se despertará y se va a olvidar del nombre de Juan y eso será todo, Juan piensa.  Eso va a ser la última gota, y no puede lidiar con la muerte de Martín sin que él sabe quién es, sin recordar cada detalle, cada noche que han pasado juntos, todas las mañanas mirándose el uno al otro durante el desayuno, cada día mostrando con adrenalina corriendo por sus venas y amor en sus corazones, y.

Mierda. Juan no puede hacer esto.  Mierda.

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Martín está vivo en el cumpleaños de Juan. Juan no puede creerlo y se siente como la persona más afortunada del planeta.

,,No...no te conseguí nada", dice Martín m con tristeza, agarrando el avión de papel y los encantos de los latidos del corazón contra su pecho. Sus ojos son de disculpa y casi avergonzados.

Juan casi lo aplasta con su abrazo, susurrando: ,,Estás aquí. Estás aquí conmigo, Marto. Ese es el mejor regalo que pude haber pedido".

Y lo es.

No Te Vayas// Isargas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora