Capitulo 2: Minutos

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Casi esta listo el abeto. Esta hermoso con sus lucecitas y serpentinas. Subo a una escalerita para poner las lucecitas arriba. Mamá decora el abeto desde abajo y la veo que lo hace con emoción. La verdad, también me emociona pasar las navidades aquí en Italia. Lo que me apena es que John aya insistido en irse a un hotel pero le entiendo, paso lo que paso y le es difícil sobrellevarlo. Bajo de la escalerita y me paro en un extremo de la sala de estar

- ¡Pues se ve genial!- ¿Tu crees?- Pregunta escéptica

- Sii mamá, es muy lindo, amo la navidad y sus decoraciones

- Lo se, desde niña te ha encantado estas fiestas

Me reposo en el piano negro que tiene mamá bajo la escalera. Lo miro con nostalgia

- Recuerdo cuando nos tocabas a mi y a Melanie aquella melodía que escribiste para nosotras

La veo pensativa y ríe

- Ah si aquella que se llamaba Mi otra mitad

Suspira con melancolía

- Si, solía tocarla y cantarla a ti y a Mel cada vez que su padre se iba

Me quedo en silencio por unos minutos recordando esos pocos momentos que compartí con mi padre que recuerdo vagamente

- Sabes, por mucho tiempo desde que me entere que papá tenia una doble vida y nos ocultó a Alisson sentí mucha rabia y rencor hacia ella

Suspiro

- Hoy me doy cuenta que de las tres, es la mas que ha sufrido la situación

Mamá me mira con comprensión e intentando cambiar el tema me dice

- Donde se ven mejor las cortinas rojas ¿En la sala de estar o en la antesala?

Vale que entendí la indirecta, no quiere hablar del tema.

- Creo que en la antesala se verán geniales.

Veo a la abuela bajar las escaleras y corro hacia ella

- Abuela, ¿que haces de pie?

- ¿Que? ¿Acaso piensas que me voy a hechar en esa cama a morir?

Rio

- Pero abuela...

- ¡Pero nada! Quiero caminar un poco, no me va a detener ni tu ni Caterina que lo sepan

Ambas reímos al unisono, ya veo de donde he sacado menudo carácter. ¡De los Agnelli!

- Vale pero tomalo con calma, no te ajores

Saco de mi bolso un frasco nuevo de sus píldoras

- Ten, no hay excusa para que no tomes tu medicamento

Mirando el frasco responde

- ¿Y de donde has sacado el dinero para comprarla?

Con cierta timidez respondo

- Estuve ahorrando las propinas y John me prestó algo de dinero pero en cuanto pueda se lo regreso

- Ah no, eso si que no. Una Agnelli pidiendo limosnas eso jamas lo permitiré

- Abuela yo no he pedido...

- Callate y escuchame no le vas a aceptar un solo céntimo mas a ese fulano ni a nadie mas

- ¡Georgina Agnelli! ¡Por dios no seas tan orgullosa!

Tocan el timbre de la puerta principal. Voy a ver de quien se trata y abro la puerta

Tuya Cuando Quieras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora