Capitulo 35: Siete dias..., en abstinencia

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Es de mañana, abro los ojos y todo el cuerpo me duele horrible. Jamás había sentido tanto dolor y cansancio después del sexo. Me giro con lentitud para buscar con la mirada a Mikhail, pero no está. Me siento y doy un bostezo. Mikhail sale del baño en toalla y al ver que he despertado curva la comisura.

— ¿Cómo ha amanecido la diosa del sexo?

— Súper cansada, me duele todo y siento que entre tu y Sergey me han roto algo.

Se sienta a mi lado y su seriedad me desconcierta. Me mira y tensando la mandíbula inquiere

— ¿Te ha gustado romper la regla cierto?

— ¿Lo dices porque Sergey y yo nos besamos?

— ¿Te gustó el beso?— Insiste

Confundida respondo con otra pregunta

— Mikhail, ¿estas celoso? Si lo estas, es ridículo. Ustedes propusieron el juego.

Niega con la cabeza

— Olvida lo que he preguntado. No debí...

Levanto su mirada con mis manos y sonriendo, con dulzura lo miro y suelto una suspiro.

— Sé sincero conmigo cariño, sé que quieres decirme algo y sabes, aquí estoy para escucharte.

— Megan, fui yo el que te ha adentrado en esta práctica del intercambio de pareja. Y aun hay cosas que ni te imaginas que ya he hecho en el sexo pero, a veces siento que no quiero compartirte con nadie. Eres solo mía.

— Lo sé Mikhail, estoy consciente de que soy tuya y me encanta serlo, lo que no entiendo es porque de momento sientes que no quieres compartirme. A mi también me da algo de celos cuando veo cómo tienes sexo con Amanda, pero he logrado aceptar que es parte del juego. 

Me agarra las manos y las acaricia con un temor extraño y por mas que quiero descifrarlo no lo logro.

— Megan, prometeme algo, cuando no sientas nada por mi, me lo dirás. No seguirás a mi lado por lastima ni pena. Cuando ese día llegue, entenderé que es momento de dejarte ir.

¡Cada vez entiendo menos!

— ¿Deja de decir bobadas quieres? Veo que aun no te has dado cuenta del amor que siento por ti. No me iré jamás de tu lado Mikhail. ¿Porque no puedes entender eso de una buena vez?

Con melancolía en su mirada curva la comisura

— Nunca digas nunca Megan. Es el peor error que puedes cometer.

Sus palabras me hacen sentir vulnerable. No entiendo nada de lo que dice.

— Anda, prometemelo. Necesito que lo hagas.

— Mikhail, no puedo prometerte eso. Nunca pasará. Estoy enamorada de ti y jamas dejare de amarte. — Respondo confundida

— El amor..., ese no es eterno. En algún momento se agotará. Ya lo he vivido.

No digo nada, solo me lanzo a sus brazos y lo abrazo fuertemente. El gilipollas me ha hecho llorar de tan solo imaginar una vida sin él. Abraza mi espalda y siento que solloza por unos momentos. Me gustaría saber qué ocurre pero el cuando se encierra en su hermetismo es súper difícil sacarlo de ahí. Beso sus labios y me mantengo firme 

— No te prometeré tal cosa, te amo y no me iré de tu lado. Nunca lo haría. Eso si te lo puedo prometer.

Logro ver una sonrisa tenue en su rostro y vuelve a abrazarme.

— Meg, no te merezco. Eres mucho para lo que soy. — Susurra en mi oído — Eres única.

Si él supiera como mi corazón depende de él, no sería tan modesto. Siento que por él, sería capaz de renunciar a cualquier cosa.

Tuya Cuando Quieras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora