Naruto observó una y otra vez la llave que le había sido entregada. Finalizada la prueba al llegar a la torre, le habían dado a cada miembro del equipo una llave para que se instalarán en sus habitaciones.
Había creído que Sakura cumpliría su palabra de ceder y retirarse, pero nuevamente se había equivocado. Sakura, orgullosa y posiblemente afectada por los constantes desplantes groseros del Uchiha, había optado por permanecer en el internado.
Eran un equipo, y sin embargo, les habían designado una habitación para cada uno. Y Naruto agradecía en el fondo que fuera de ese modo. No se imaginaba compartiendo su espacio personal junto a Sasuke y Sakura, y tampoco quería ser partícipe de las constantes riñas que se habían estado suscitando entre ellos.
Las siguientes semanas les serían asignadas las teorías y seguidamente las prácticas con su respectivo equipo. Hasta entonces les habían dado indicaciones de instalarse y comenzar a adaptarse a su nuevo hogar temporal.
El sitio era lúgubre de por si. Rodeado de toda esa densa vegetación. Las construcciones del internado estaban divididas en pequeños edificios semiabiertos de cuatro pisos. La llave que le habían dado a Naruto correspondía con la numeración que comenzaba en el último. Tuvo que subir varias escaleras hasta llegar a la planta alta donde estaban las recámaras. Una sucedía a la otra en numeración, así que no le resultó difícil orientarse. La habitación 75B se encontraba a mitad del pasillo. Introdujo la llave en la cerradura y pronto se encontró con la pequeña pieza que semejaba al cuarto de un humilde hotel. Había una cama y un modesto escritorio para los libros, además del baño.
Lo primero que hizo Naruto al entrar fue dejarse caer sobre la cama. Estaba tan agotado después de aquellas pruebas que solo deseaba dormir. Ya había pasado por los exámenes médicos y le habían colocado un suero, además de algunas píldoras que le habían hecho tomar junto a una abundante comida. Con Sakura y Sasuke había sido diferente, porque ellos no habían sufrido lesiones graves más allá de algunos arañones y una leve deshidratación.
Al menos lo habían logrado. Estaban dentro, y eso era lo importante. Seguro sus padres se sentirían orgullosos de él al saber que no había renunciado tan fácil.
Una honda tristeza lo inundó al pensar en ellos y en que no volvería a verlos.
Dolía saber que los había perdido. Era demasiado doloroso para procesarlo aún después de un tiempo.
Recordó el consejo de su abuelo y se levantó pesadamente hasta su mochila para hacerse con un par de píldoras que no tardó en ingerir con una botella de agua.
Esperaba poder adaptarse rápido en ese lugar y hacer nuevos amigos. De esa manera la soledad no sería tan insoportable.
Al oír los golpes en la puerta de junto, su curiosidad hizo mella. Rápidamente Naruto abrió la puerta para ver de quién se trataba, y sonrió con auténtico regocijo al ver a Sakura afuera de la habitación izquierda.
Estaba por preguntarle qué era lo que hacía cuando enseguida la puerta se abrió y una bella y voluptuosa rubia salió molesta.
-¿Por qué...?
Sakura alzó la llave y la chica se calló de golpe. Se sopló el fleco con notorio enfado y miró el número de la puerta.
-Debe haber un error.
Naruto no entendía lo que estaba pasando. Había creído que las habitaciones eran individuales, pero al parecer se había equivocado. ¿Le asignarían a él también a alguien?
Esperaba que si. Así al menos estaría acompañado.
-Bien, pasa.
-Te veré más tarde, Naruto- cuando Sakura se despidió, volvió a quedarse solo. Decidió esperar en el pasillo. Se apoyó en el barandal y a los pocos minutos vio a Sasuke caminando en su dirección con las manos enfundadas en los bolsillos.
-Hey, Sasuke- alzó la mano en señal de saludo, pero tan pronto Sasuke lo vio, fingió fría indiferencia y continuó de largo.
Naruto supuso que seguiría molesto por lo ocurrido en el bosque. Aquello le hacía sentir igualmente irritado al recordar las palabras hirientes del Uchiha, pero cuando miró su mano vendada, y otros recuerdos lo inundaron, desistió de su infundado enojo.
Sasuke Uchiha era un bastardo, y por mucho. Era también un engreído, pero de cualquier manera le había ayudado y además ...se tocó los labios con las yemas de los dedos y se apartó del barandal para ver el rumbo que Sasuke tomaba.
"Por favor, que no sea en mi habitación"
Vio a Sasuke detenerse junto a la puerta de su recámara momentos antes de que este entrara.
Naruto suspiró visiblemente aliviado. Sasuke sería también su vecino, al igual que Sakura y la chica rubia.
Se preguntaba qué nuevas sorpresas le esperarían al día siguiente, y con el pensamiento en mente, fue a su habitación para tomar una siesta.
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Réquiem.
FanfictionCuando la tragedia azota sus vidas, deberán aferrarse al contrario. SasuNaru.