El silencio en el comedor era pesado, tenso e incómodo. Naruto apenas se atrevía a respirar al saberse blanco de la seria mirada del adulto.
Enseguida, bajó la mirada hasta la boleta de calificaciones enmarcada en números rojos. Su comisura izquierda se tensó a mitad de lo que pretendía ser una sonrisa nerviosa.
-Suspendiste la mitad de las asignaturas- empezó Jiraiya, tendiendole el trozo de papel en tanto su mirada se tornaba más severa.
Le había costado mucho poder inscribir a Naruto a un colegio debido a su hiperactividad y el resto de problemas que figuraban en su expediente académico. Tuvo que valerse de contactos y una buena suma de efectivo porque deseaba que Naruto tuviera un futuro prometedor. Se lo debía a ellos también. A Minato y Kushina.
Sin embargo, desde que Naruto había comenzado a asistir diariamente a la clínica para ver a uno de sus antiguos compañeros, sus calificaciones y su desempeño en general habían decaído considerablemente.
-Me esforzaré más en el siguiente bimestre- respondió Naruto, doblando la hoja para guardarsela en el bolsillo. Mentiría si afirmaba que no había visto venir el declive en sus calificaciones. Al dividir su tiempo entre las visitas a Sasuke y su colegio, apenas si podía esforzarse durante las clases. Solía hacer la tarea en la clínica porque Sasuke le ayudaba, pero al momento de los exámenes, volvía a quedarse en blanco.
-Ese muchacho no te está dejando nada bueno, Naruto.
Segunda advertencia.
Naruto tragó pesado al ver la silueta de la fémina materializarse en el umbral de la puerta del comedor.
-Sasuke me ha ayudado a hacer la tarea.
Exacerbado, Jiraiya se masajeó las sienes.
-Y también es el responsable de tus múltiples suspensiones. He hablado con tu profesor y me ha dicho que tienes al menos cinco faltas y ocho retrasos en lo que va del mes. ¿Cómo vas a justificarlo?
De nuevo Naruto se quedó sin excusas.
Ansioso, se restregó las manos. No había querido faltar a sus visitas con Sasuke luego de que este finalmente se sincerara con respecto a sus sentimientos. Sasuke había mostrado una gran mejoría desde entonces y además, había vuelto a hablar. Y Naruto gustaba de pasar con él todo el tiempo posible hasta que debían despedirse.
Había descuidado sus estudios, pero en el fondo sabía que podía hacerse cargo de todo. Solo debía esforzarse más.
-Te prohibo terminantemente que vayas hoy de visita.
Los labios de Naruto se entreabrieron en mudo asombro. No podía hablar en serio.
-Mejoraré mis notas- juntó ambas manos en son de súplica y agachó la cabeza, pero de nada sirvió porque Jiraiya salió del comedor, tan severo y enhiesto como había entrado.
*
Durante una semana entera no tuvo noticias de Sasuke. Tsunade iba todos los días a llevarlo y recogerlo de su nuevo colegio, lo que le había incapacitado para desviarse.
Por siete días exactos Naruto experimentó la más honda de las soledades. Un dolor opresivo que lo carcomía por dentro ante la incertidumbre de lo que diría Sasuke la siguiente vez que lo viera.
¿Le perdonaría por haberse ausentado todos esos días sin avisarle?
Fue hasta el lunes, cuando en un descuido de Tsunade al hacer las compras, Naruto escapó de su escrutinio.
Sabía que se metería en serios problemas con sus abuelos pero ya no le importaba.
Llegó a la clínica veinte minutos antes de acabada la hora de visitas, pero en esta ocasión, no vio a Sasuke en la banca del patio que solía ocupar a diario.
La preocupación le subió por la garganta mientras miraba en derredor. Fue entonces que lo encontró.
Estaba sentado en otra de las bancas, solo, tan perdido en su propia oscuridad que, Naruto no dudó un solo momento en acercarse.
-Perdóname, Sasuke. Tenía mucha tarea. Tocaban exámenes y no podía...
Su atropello cesó bruscamente cuando Sasuke inspiró profundamente.
-No quiero que sigas viniendo a verme.
Por un ínfimo instante Naruto creyó haber oído mal. Pestañeó incrédulo y forzó una sonrisa inexpresiva.
-Se que estas enojado, pero te prometo...
-He pedido a los vigilantes que no permitan entrar a nadie- siguió Sasuke, ignorando deliberadamente las justificaciones apresuradas que Naruto le presentaba. -No me gusta que me tengan lástima. Y tampoco quiero depender tanto de una persona.
Naruto vaciló en tomar sus manos. Sus labios temblaban ahora y sabía que si intentaba decir algo, acabaría rompiéndose delante de Sasuke.
No quería eso.
-Adiós, Naruto.
Viéndole partir de vuelta hacia los dormitorios, Naruto sintió que se asfixiaba.
*
Cuando llegó a su habitación y se supo completamente solo, dejó escapar un fuerte suspiro, mezcla de ansia y negación.
No había podido ver la expresión de Naruto pero estaba completamente seguro de haberlo lastimado, herido de forma irremediable.
Dos días antes el tutor de Naruto se había presentado para hablarle sobre el bajo desempeño escolar de Naruto y pidiéndole de favor que terminará con él para que Naruto pudiera seguir estudiando una carrera que le proveería de una buena oportunidad para abrirse camino en la vida.
¿Quién era él para impedírselo?
Desde que había perdido la visión, el mundo alrededor se había llenado de tinieblas que Sasuke se veía incapaz de sortear.
Era cierto, en parte, lo que le había dicho a Naruto. No le gustaba tener que depender tanto de una persona. Odiaba sentirse débil y necesitado. Y aunque quería a Naruto, no podía atarlo.
Su egoísmo había mermado, lo mismo que sus deseos de autosuperación.
Más le valía a ese idiota triunfar en la vida.
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Réquiem.
FanfictionCuando la tragedia azota sus vidas, deberán aferrarse al contrario. SasuNaru.