Estaba de pie, junto a la cafetería, esperando impaciente por la llegada del último integrante de aquel grupo que tanto miedo inspiraba al resto de los ahí presentes.
Cuando lo vio llegar, Naruto dejó la bandeja con comida en la barra para acercarse a la mesa.
-Sasuke- y pese a estar seguro de ser oído, Naruto frunció el ceño al saberse ignorado. Sasuke le había rodeado como si se tratara de un fantasma para ir a la cafetería.
Semejante desplante molestó bastante al rubio, quién se limitó a seguirlo hacia la comida. A diferencia del resto, Sasuke nunca hacía fila. Siempre era el primero para todo. Nada más verlo, todos le cedían su lugar. Era un hecho tanto misterioso como inquietante, aunque Naruto solo se preocupaba por una cuestión en específico.
Siguiéndolo de cerca, se apresuró a tomar también una bandeja y se sirvió los mismos alimentos de antes.
-Falta una semana para los exámenes prácticos- empezó, caminando y deteniéndose cada vez que Sasuke lo hacía.
Era una tontería que tuviera que rebajarse a pedírselo directamente, sin embargo no había de otra. Necesitaba hacérselo saber. Qué Sasuke le afirmara que no era tan bastardo y que, en el fondo, sólo estaba evadiendo un tema de importancia. Quizá solo hacía falta preguntárselo. Y aunque Sakura no había estado de acuerdo, Naruto quería intentarlo. En siete días más, pondrían en práctica lo aprendido, y pese a que odiara admitirlo, Sasuke estaba bastante capacitado para ese tipo de pruebas. Sin él, seguramente ninguno lo lograría.
-Sasuke...- ya harto de seguirlo sin recibir respuesta alguna, Naruto se detuvo. Vio al aludido tomar una manzana, un trozo de pan y un cartoncillo de jugo, antes de dirigirse de vuelta hacia su mesa.
Sintiéndose dolido, Naruto se mordió el labio. Sabía que todos le estaban mirando, algunos incluso le señalaban. Estaba haciendo el ridículo por una respuesta que no iba a llegar. Lo peor era que no se trataba de la primera vez que intentaba acercarse al Uchiha. Días atrás había obtenido resultados similares. Y cuando pretendía esperarle a que volviera a su dormitorio por la noche, no se atrevía a ir más allá al percatarse de que Sasuke iba siempre acompañado de aquel chico de cabello rubio y ojos azules.
Sólo una vez Naruto le había oído nombrarlo. Aquel chico se llamaba Deidara. Seguramente era la pareja de Sasuke, aunque era extraño que no se les viera juntos salvo por la noche. Naruto estaba al tanto de que ni Sasuke ni él tenían compañeros de habitación, así que aquellos encuentros debían ser simple entretenimiento.
¿Sería así o estaba juzgandolo mal?
Cómo fuera, eso no lo concernía. Y tampoco le había contado a Sakura, pues intuía que ella debía haberlo visto en alguna ocasión también.
Irritado ante la indiferencia, Naruto tomó la bandeja y fue hasta la mesa destinada al excéntrico grupo de jóvenes que acompañaban a Sasuke a todos lados, siempre atentos a él, como si fuera su jefe o algo así.
Puso la bandeja sobre la mesa, ante la mirada atónita de la pelirroja y la expresión curiosa de los otros dos varones que yacían sentados.
-Escucha, cretino- exhaló profundamente y señaló a Sasuke con el índice. -Sakura y yo hemos estudiado mucho las últimas semanas.
Naruto no esperaba oír respuesta, sin embargo y para su sorpresa, Sasuke dejó la manzana a medio comer, entrelazó las manos bajo su barbilla y cerró los ojos para hablar calmadamente.
-Ya lo creo de Sakura, pero ¿Tú, Naruto? ¿Estudiar? Dejaste tu primer examen en blanco.
Las estridentes risas no tardaron en llegar. Naruto enrojeció, tanto en verguenza como por el coraje que ahora bullía por sus venas. No se estaba creyendo que aquel cabron se atreviera a humillarlo delante de todos.
-Bien. Si es lo que quieres, no insistiré más...¿Sabes?- bajó de un salto de la mesa y tomó su bandeja, no sin antes dirigirle a Sasuke una mirada cargada de desdén. -Pensé que eras diferente.
-¿El niñito va a llorar?
Naruto ignoró la mofa del albino. Ya había tenido suficiente humillación por un día. Sakura estaba en lo cierto. A Sasuke no le importaban ellos. El tenía su propio propósito al estar ahí dentro. Y les gustará o no, ello no les incluía.
**
Caída la noche, Sasuke volvía con andar resuelto hacia su dormitorio. Junto a él, el mismo joven de las noches pasadas le acompañaba.
-¿Seguro que estás bien?
-Hmm- ante la pregunta de Deidara, Sasuke se limitó a soltar un monosílabo. Había estado distraído la mayor parte del día por culpa del cabeza hueca de Naruto.
Ese idiota no se daba por vencido. No entendía cómo es que Naruto se creía que le perdonaría después de todo lo acontecido. Primero se había puesto del lado de Sakura, la había protegido, e incluso después de que el se apartó, Naruto continuó al lado de ella. Como si de verdad le importará, como si incluso le gustara.
Tal idea le había hecho rabiar tanto, que había tomado la resolución de alejarse. Naruto le había atraído desde el inicio, pero no eran compatibles. No había manera de que se llevarán bien, no con Sakura en el medio. De alguna manera, Sasuke les había cogido odio a los dos. Sentía como si lo hubieran traicionado.
Todos los días siguientes a la prueba en la simulación del bosque, había visto a Naruto con Sakura. Tanto en los descansos como en la biblioteca. Siempre eran ese par, a dónde fuera y a dónde mirara.
Su única resolución fue darles la espalda y conseguir un reemplazo temporal a unas emociones desconocidas en él hasta ese momento. La cercanía de Naruto avivaba un deseo extraño, un anhelo que creía extinto por nunca antes haberlo experimentado.
Naruto era un idiota. Un bufón. Un tonto con agallas, pero carente de materia gris. No estaba a su nivel. Nunca lo estaría.
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Réquiem.
FanfictionCuando la tragedia azota sus vidas, deberán aferrarse al contrario. SasuNaru.