La futura expulsión de Naruto Uzumaki se volvió la comidilla entre los jóvenes del internado. Mucho se discutía sobre el incidente acaecido en uno de los patios. Por los pasillos de las infraestructuras se murmuraba y rumoraba sobre una posible enfermedad, presumiblemente bien oculta hasta entonces.
Sentado en una de las gradas inferiores del recinto, Sasuke Uchiha se dedicó a observar a su compañero ir y venir de un extremo a otro de la piscina, mientras él sostenía el cronómetro en lo alto, aguardando a que Suigetsu completara la última vuelta.
-Tres minutos, diecisiete segundos- exclamó, viendo a Suigetsu emerger de las aguas con tanta imponencia como si se tratara de un anfibio en su hábitat natural.
-Comienzo a adaptarme a los efectos secundarios- comentó el albino al salir de la piscina y tomar la toalla doblada en el borde. -Creo que en unas semanas más, me habré habituado del todo. ¿Que hay de ti, Sasuke?- se secó el cabello y se anudó la toalla en la cadera.
Un escueto monosílabo salió de los labios del Uchiha. Suigetsu se dirigió a la mesa junto a la puerta corrediza de cristal y tomó una botella de agua.
-Estás pensando en ese chico. ¿No es así?- a pesar del talante interrogativo en el tono empleado, Sasuke notó una afirmación más que una pregunta. Supo al instante que no tenía caso aparentar. De todas formas le resultaba molesto pretenderse esquivo.
-¿Cuando se irá?- se interesó en saber.
Suigetsu abrió una segunda botella que urgió momentos antes de responder.
-Tengo entendido que será dado de baja tan pronto sus tutores pasen a recogerlo- dejó la botella vacía sobre la mesa y se secó los labios con el antebrazo. -Karin está mejor enterada del asunto. Ya sabes, vive para el chisme.
Sasuke asintió mecánicamente.
-Debo ir con Orochimaru está noche- soltó en tono serio. -Me quedan píldoras para solo una semana.
Suigetsu vaciló en tomar la tercera botella, sintiendo los estragos del medicamento manifestarse en aquella leve pero significativa deshidratación. Era el precio a pagar por su velocidad y fuerza en los brazos.
-Quiza deberías esperar- sugirió, viendo de reojo a Sasuke arrugar el ceño. -Tu organismo no ha terminado de adaptarse a los efectos secundarios de Hebi- agregó para aminorar la tensión que el mismo había propiciado. Sasuke en verdad podía dar miedo cuando se lo proponía. -Ademas, Orochimaru dijo...
Suigetsu calló al ver que Sasuke empezaba a andar despreocupadamente en dirección a la salida, ignorandolo. Negó con la cabeza y se hizo con otra botella.
**
El alboroto en la cafetería había sido colosal. Luego de que Juugo se liara a golpes con otro de los jóvenes internos y acaparará la atención de todo aquel que cruzara por la zona.
Sasuke se había limitado a observar todo desde su mesa mientras Karin se mordía todo el tiempo el labio inferior, reprimiendo la frustración que sentía al no poder auxiliar a un miembro de su propio equipo. Miraba, ocasionalmente a Sasuke con la suplica impresa en sus ojos, pero solo logró un comentario escueto y desinteresado.
-No debió abusar de la píldora.
Karin asintió, conforme con lo dicho, pero Sasuke sabía que en realidad ella seguía librando una batalla interna por actuar en favor de Juugo.
Al parecer los efectos secundarios en él habían sido mayores, manifestándose en accesos irrefrenable de violencia y confusión en los que Juugo no reconocía individuo alguno a su alrededor.
Cuando Sasuke alzó de nuevo la mirada, tardó varios segundos en poder enfocar su entorno. Su visión se volvía más borrosa a medida que pasaba el tiempo, y le costaba más recuperarse de aquel efecto secundario cada día. Aunque no lo admiría nunca, sabía que se estaba volviendo predecible. Solo quería soportar lo suficiente para pasar las próximas pruebas. Necesitaba probarse a sí mismo que era superior a Itachi, sin importar el precio o las bajezas a las que debiera someterse.
En cuanto Karin se levantó de su lugar, Sasuke hizo lo propio.
-Adelantate- más que comentario era una orden. Karin lo miró confundida pero al ver que Sasuke no tenía intención de moverse, tuvo que acatar a lo dicho. Algo extraño le estaba ocurriendo a Sasuke. No podía precisar de qué se trataba pero intuía que era algo malo, puesto que el comportamiento actual del Uchiha distaba mucho de parecerse al de hace varios días.
**
Al entrar a su pieza, Sasuke tuvo que mantenerse un momento apoyado sobre el muro lateral. Cerró los ojos con fuerza y se irguió lentamente al reconocer la voz proveniente de su cama. El dolor se interponía a su raciocinio, pero consiguió apañarselas para sobreponerse.
-Naruto- paladeó el nombre con un ligero tinte de molestia en el timbre. -¿Vienes a despedirte?- esperó a que su visión se compusiera un poco antes de mirar al chico que permanecía sentado, aguardando pacientemente por su llegada.
-Vine a devolverte algo- las palabras de Naruto causaron una profunda extrañeza en Sasuke, sensación que fue reemplazada por un inmeso enojo al ver de qué se trataba.
Naruto sostenía el frasco de pastillas delante de su rostro.
-¿Has estado urgando entre mis cosas?- le increpó, arrebatándole el frasco en el acto. Naruto negó apresuradamente.
-Fue un accidente. Solo vine...- se replanteó mencionar lo del cuaderno, pero finalmente optó por silenciarse para no incrementar la ira del otro. -Escucha, Sasuke. No importa el resto. Se que esas pastillas me hicieron daño y fueron las responsables directas de mi ataque- aguardó, pero al no ver ninguna emoción legible en el rostro de Sasuke, decidió proseguir. -Tambien ví a Karin siendo llevada en brazos por Suigetsu. Y a ti el otro día en el patio- señaló, rememorando lo sucedido.
Sasuke se cruzó tajantemente de brazos, como si acabara de escuchar un simple e insignificante cuchicheo.
-¿Ya terminaste con el sermón? ¿No deberías estar empacando tus cosas?
Naruto reprimió un respingo de ofensa. No podía creer que se tratara del mismo Sasuke que lo había ayudado anteriormente en la prueba del bosque.
-¿Qué son esas pastillas, Sasuke?- demandó saber, pese a hacerse una idea. -¿Para qué las necesitas?... dímelo o le diré a Kakahi sensei sobre ellas.
Sasuke esbozó media sonrisa plagada de autosuficiencia e ironía.
-¿Ahora eres un soplón?
Era el colmo. Naruto apretó la mandíbula, sintiendo la rabia correr por todo su sistema. Sujetó a Sasuke del cuello de la camisa y sus miradas se encontraron a escasos centímetros de distancia. Siendo una escrutadora mientras la otra...
-Tus ojos- rápidamente Naruto soltó el agarre y retrocedió un paso. Sasuke supo al instante a lo que se refería. Cerró los ojos y se llevó el pañuelo que tan recelosamente guardaba en el bolsillo para limpiarse con parsimonia el hilillo de sangre que brotaba de su lagrimal.
Naruto lo miró horrorizado.
ESTÁS LEYENDO
Réquiem.
FanfictionCuando la tragedia azota sus vidas, deberán aferrarse al contrario. SasuNaru.