ENAMORADOS

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La propuesta de ir a un hotel, sí que lo había tomado por sorpresa y aunque su cerebro, idiotamente, le decía que no, su corazón le pedía a gritos decir que sí, la razón era obvia.

Llamaron a sus cónyuges, a quienes, está de más decir, se les hizo bastante extraño la repentina decisión. Claro que ellas no sintieron ninguna duda o inseguridad al respecto, pero si volvieron a sentir el dolor de la inconformidad que Zoro y Sanji a veces nada sutiles les mandaban.

Por su parte, como habían quedado, fueron a un hotel a pasar la noche, no sin antes comprar lo que en una reunión de amigos no puede faltar; alcohol, bebida a la que el peliverde era bastante resistente, contrario a Sanji, de quien no se podía decir lo mismo, que, si bien aguantaba, sería el primero en caer.

Cuando llegaron al edificio pidieron una suite con dos habitaciones, que les fue negada, el hotel era bastante solicitado, de modo que tuvieron que conformarse con una suite de una sola habitación.

-  tendrás que dormir en el sofá marimo - avisó Sanji cuando estaban en el ascensor.

-  ¿Por qué yo? - iba a continuar, pero antes de volver a reclamar tuvo una idea - hagamos algo, quien se emborrache primero, dormirá ahí

-  ¡eso es injusto! - respondió viendo al peliverde sonreír con gusto, así que digno de su personalidad, también sonrió con autosuficiencia - está bien - aceptó.

Zoro se carcajeó por su actitud.

Llegaron a su destino y ambos entraron algo cansados, rápidamente el rubio se quitó su abrigo y se tiró a la cama, seguido del peliverde, quien no fue con tanta velocidad.

Quedaron recostados de lado, dedicándose miradas intensas - ¿y por qué esta repentina escapada? - era tal la curiosidad que sentía, que la respuesta se había convertido en una necesidad.

- ¿y por qué repentinamente aceptaste? - Sanji no estaba muy propenso a responder.

- mejor empecemos idiota - el moreno se levantó y se sentó con las piernas cruzadas sobre la alfombra del suelo, el cocinero tomó lugar en el sofá que estaba cerca a la cama, quedando cerca y frente a él - toma - le dio una botella y comenzaron a beber.

El ambiente era de simpatía y cariño, bueno, no faltaban las discusiones y peleas, pero la empatía que los envolvía era más fácil de percibir, pasaron entre risa y risa a hablar sobre el pasado, sobre su época en la escuela, incluso en la universidad y como el tiempo que pasaron separados no logró distanciarlos. La relación que tenían ahora era mucho más unida.

- la pelea que vimos, el último enfrentamiento fue grandioso - dijo el rubio de repente.

Zoro asintió y le pasó otra botella - pero creo que estoy más preparado - comentó sin querer sonar engreído.

Aunque al rubio no le gustara aumentar el ego del marimo, cada vez se le hacía más difícil no hacerlo - eso es cierto, tú lo habrías vencido en dos minutos

- creo que ya estás muy borracho... - el peliverde no pudo evitar sonrojarse un poco - pero... gracias por tu atención

- siempre te presto atención idiota - arremetió - ¿Cuándo será el próximo torneo? el importante

- vaya... así que si me ves

- todos vamos ¿Qué nunca me viste?

- siempre te escondías - le dijo tranquilo ¿Cómo no se iba a dar cuenta de que el cocinero siempre lo veía de lejos en sus torneos?

- ¡eso no es cierto!... es solo que...

- no te preocupes - Zoro alzó una mano divertido - tu presencia es más que suficiente para querer ganar - giró un poco la cabeza al decir eso, se sentía tan cómodo así que sentía que podía soltar cualquier cosa.

AMANTES ( ZoSan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora