Separación

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Sabían que era el fin de su viaje, eran los últimos suspiros de su historia de amor, debían recoger esos dulces momentos y vivir una nueva vida con sus viejas parejas, después de todo lo que había pasado, el dolor, el luto y la culpabilidad, era lo menos que sentían que podían hacer. Era el momento de ir a casa e intentar (esta vez de verdad) que se convirtieran en hogares cálidos.

Sanji lloraba silenciosamente y Zoro intentaba retener con todas sus fuerzas que alguna lágrima lo traicionara.

Estaban decididos a decirles la verdad a Tashigui y a Vaiolet, porque en la sombra de las mentiras jamás florecería la felicidad y nadie lo sabía mejor que ellos...

- ¿Vamos? Te acompañaré para que no te pierdas - Sanji se secó las lágrimas con un pañuelo y lo tiró al suelo. Zoro sonrió y le dio un suave golpecito en el hombro, indicándole que debía recoger el pañuelo, a lo que el rubio alzó los hombros desganado. Entonces el peliverde sacó de su bolsillo muchos más pañuelos y los lanzó al aire sonriéndole - marimo tonto - al menos eso le hizo reír - te amo

Zoro rio junto a él y lo tomó de los brazos, lo atrajo hacia sí y le dio besos en su cabellera, se dieron un largo y fuerte abrazo, no queriendo soltarse nunca. Riendo y llorando al mismo tiempo.

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Esa misma noche, Zoro miró dulcemente a su esposa mientras ella le hacía la cena (él quería hacerla, pero ella insistió) charlaron y ambos contaron cómo les fue en su día.

Tashigui le aseguró que se sentía mucho mejor desde lo de Kuina y que incluso se sentía con más fuerza de la que creía tener... Después de todo ¿Qué podía ser peor que perder a tu hermana?

- ¿Café o té?

- té por favor

La policía sirvió dos tazas de té y las llevó a la mesa - ten - le dio azúcar mientras ella removía su propia bebida.

Zoro la miró y trató de calmar los nervios en su interior, era ahora, ahora era el momento, aunque sabía que el verdadero momento había pasado hace mucho.

Llevo una mano y la puso sobre la suya, evitando que siga removiendo su té - Tashigui - ella solo lo miró extrañada - en mi vida hay alguien más - suspiró sin atreverse a mirarla.

La peli azul bufó sonriendo - eso ya no es gracioso - siguió removiendo su té.

- no estoy bromeando - Tashigui levantó la mirada y su sonrisa desapareció al instante en que vio el rostro de su marido, quién aún no se dignaba a verla - durante los últimos seis meses - siguió, observando algún punto fijo en lugar de mirarla.

- mírame - ordenó ella.

Ambos cruzaron miradas durante solo un segundo, y esta vez fue ella la que no pudo seguir viéndolo. Tashigui entonces comenzó a buscar algo más que el rostro mentiroso de su esposo. Su cabeza era un lío, sentía que no podía pensar en nada más aparte de lo que acababa de confesarle su Zoro y al mismo tiempo miles de pensamientos la atacaban al mismo tiempo.

- pero ya terminó

- Sanji - algo hizo click en el cerebro y corazón de la mujer ¿¡Cómo pudo ser tan estúpida y ciega!? ¿¡Cómo no lo vio antes!?.

Zoro abrió los labios pero nada pudo salir de su boca, solo se limitó a asentir y beber de su taza, miró nuevamente a la mujer con la que compartió su vida entera y se sintió más miserable aun. Ella seguía con los ojos perdidos en la nada y con un tremendo dolor en ellos, tratando de entender por qué - ¿Por qué pasó? No tengo respuesta... - con mucho valor él no dejó de observarla, mientras ella parecía estar en un mundo diferente - pero... quiero darle otra oportunidad a nuestro matrimonio.

AMANTES ( ZoSan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora