Muerte

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Apenas fueron unos minutos, pero para ella parecieron horas... su desmayo solo había hecho que Chopper causara un minialboroto, para su suerte ninguno de sus amigos se había percatado de ello, pues Tashigui no contaba ni con la fuerza o la paciencia necesaria para dar explicaciones en ese momento.
Zoro la sostenía contra su pecho y le susurraba palabras de aliento, ninguno podía dejar de llorar.

- debe haber algún error Chopper... - el peliverde ayudó a su esposa a ponerse de pie.

- no puede estar pasando esto - la peliazul se mordía los labios con fuerza - dime que no es cierto Zoro

Ambos volvieron a abrazarse - lo lamento mucho, pero tienen que hacerlo ahora, ya no hay mucho tiempo - Law apareció tras de Chopper, tenía que ser él quien se los dijera puesto que el más bajo no podía dejar de llorar - está muy débil - al decirlo, cruzó miradas con Zoro y supo que lo habían comprendido, así que se dio la vuelta y los guió hasta donde estaba Kuina.

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Cuando entraron, vieron a Kuina despierta, la mujer que yacía en la cama les pareció tan ajena como propia que no supieron como reaccionar.
La peliazul mayor estaba como ida, pero al mismo tiempo parecía consciente y como notaron que apenas tenía fuerza para girar la cabeza, decidieron solo sentarse a su lado y mantenerse en silencio, tanto Zoro como Tashigui tenían una guerra interna para no dejar salir ni una gota más.

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Sanji estaba hecho un manojo de nervios, hacía varios minutos que Zoro desapareció de su vista, y por más que su corazón le gritaba que fuera a buscarlo, insistiéndole que necesitaba de su presencia, de su hombro y de su apoyo, su mente le repetía una y otra vez que no era el momento y que debía quedarse donde estaba... al lado de su esposa.

- Torao ¿qué es lo que está sucediendo?

Sanji levantó la cabeza de inmediato al escuchar el nombre del doctor.

Law tomó la mano de su pareja y dijo que venía a informar el porqué Chopper no podía parar de llorar - sus amigos necesitarán de ustedes

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En la habitación la gravedad parecía haber aumentado de golpe y aunque pasaron varios minutos desde que entraron, ni Zoro ni Tashigui habían logrado formular una sola palabra. Querían decirlo todo pero al mismo tiempo no sabian que decir o al menos como empezar... los dos todavía se aferraban a que podría haber algún error.

- Tashigui - Kuina llamó, con la voz más fuerte que podía producir - ¿algún mensaje para mamá y papá?

La policía, quien estaba sentada a sus pies sobre la cama, la miró y le dedicó una leve sonrisa, cerró sus ojos hinchados y salió a toda prisa del cuarto - Tashigui, espera... - su esposo quizo detenerla pero su hermana mayor lo detuvo con un llamado.

- ven Zoro - Kuina le tendió la mano y él la tomó inmediatamente, regalando besos por toda ella - quédate - e incluso con todo eso, la seriedad con la que todavía lo miraba no desaparecía.

Zoro, con un remolino de emociones dentro, le acarició el rostro y luego se limpió una lágrima que ya no pudo contener - quiero disculparme Kuina, las disculpas son para los errores y más si se trata de egoismo puro... - dio un suspiro para poder continuar - ¿cuál es el castigo para el egoismo? ¿cuál es?

Fue entonces, cuando la seriedad dio paso a una tierna sonrisa, una que quizá no había visto desde que eran niños - soy tu hermana mayor Zoro - hizo una mueca de dolor - no puedo castigar, solo aconsejar... - el peliverde intentó decir que ya no hablara pero ella no lo dejó - fui ciega y torpe y en mi afán de ver a mi familia unida para siempre, no vi el dolor que les estaba causando a ti y a Tashigui - Zoro se mordió el labio inferior - te obligamos a tomar una decisión que no debías tomar y no supe ver la infelicidad que eso te dio, QUE ESO LES DIO

- no seas tan buena conmigo por favor, no lo merezco

- así es, no lo mereces, es más, debería de darles un buen golpe a ti y a Sanji - ambos sonrieron - pero no olvido que también eres mi hermanito y como tu mayor mi deber es aconsejarte y guiarte - Zoro asintió torpemente - ...deja a Tashigui - el espadachín suspiró como si un gran peso le hubiera sido sacado de encima - tú no la amas y estando así con ella la alejas de su verdadero amor... y tú también te alejas del tuyo - dio otro suspiro - estas relaciones incompletas no traerán felicidad para nadie

- Kuina...

- Zoro, el amor y la muerte... - miró hacia el techo con cansancio - ambos llegan sin avisar hermano, nada ni nadie puede controlarlos...

- Kuina - las lagrimas brotaron y abrazo a su hermana conteniendo su fuerza - perdóname

Ella lo acarició tan fraternalmente, que ambos retrocedieron hasta su infancia.

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Cuando el moreno salió de la habitación, buscó con su mirada a Tashigui, ella también necesitaba entrar. Por suerte no andaba lejos, la divisó al final del pasillo, esperándolo, fue rápidamente tras ella y se sentó a su lado, en completo silencio.

- ella se va a ir Zoro - la policía volvió a llorar mientras se acomodaba los lentes - no va a sobrevivir - Zoro la abrazó con toda la fuerza que tuvo mientras Tashigui se acomodaba entre sus brazos - no quiero perder a mi hermana Zoro - los llantos se intensificaban cada vez más - no quiero, no quiero, no quiero... - la peliazul se aferró con más fuerza a su esposo, temiendo perderlo también - que bueno que te tengo... - el moreno solo cerró los ojos al escucharla, esperando que el impacto de esas últimas palabras desaparecieran.

Mas no sucedió, no sucedió.

Los ultimos segundos de su vida, Kuina los pasó al lado de Zeff, quien solo se limitó a acariciarle la mano mientras le sonreía con dulzura y con un silencioso "hasta luego".

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El funeral no estuvo lleno de gritos como lo esperaban muchas personas, aunque por supuesto, hubo momentos de silenciosa desesperación y llanto incontrolable.
Zoro no podía dejar de pensar en las ultimas palabras de su hermana y en las consecuencias que estas acarrearían si se convirtieran en acciones, claramente Tashigui estaba presente en cada uno de sus pensamientos. Se decía a sí mismo en que podría soltarlo, pero luego las preguntas y la culpabilidad atacaban ¿que pasaría con ella? ¿estaría bien darle otro golpe significativo en su vida? ¿uno del que quizá no podría levantarse?. Tal vez lo mejor era dejar que pasara un poco el tiempo, podría simplemente decirlo y empezar una nueva vida al lado de Sanji, pero luego aparecían las palabras que Tashigui le dijo ese fatídico día en el hospital... no importaba en cuantas formas de decírselo pensara, en cada una de ellas la imaginaba morir de tristeza si la dejaba... solo quería dejar de pensar, era todo lo que quería, al menos hasta que la partida de Kuina fuera un poco más fácil de sobrellevar.

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Luego del entierro, caminó hasta llegar a la orilla de un río que estaba cerca al cementerio, estuvo ahí solo y en silencio unos minutos, hasta que le tocaron el hombro. Ni siquiera había sentido su presencia, pero en cuanto se tuvieron frente a frente el uno al otro, él y Sanji se abrazaron con tanta fuerza que creyó haberlo lastimado, mas su dulce cocinero no se quejó, no se quejó ni tampoco dijo una palabra... solo entonces se sintió libre de poder llorar como quería y lo hizo, lloró desquiciadamente.


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Holis, no me maten porfa, por fin alcancé mi meta y ahora estoy de vacaciones, tengo dos meses libres ¡SIIIII!... actualizaré más seguido, GRACIAS POR SEGUIR AQUÍ Y POR SEGUIRME LEYENDO, muchas gracias. TA LUEGO.

AMANTES ( ZoSan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora