Frente a la estación, en un puesto de flores se hallaban dos mujeres que sonreían coquetamente a un par de hombres, uno de ellos tenía una expresión completamente seria pero en su tez lechosa se notaba un pequeño sonrojo, era alto de cabellos blancos cortos y tenía un puro en la boca, el otro de igual forma era alto, moreno de melena rubia y portaba un gran abrigo de plumas, tambien tenía un rubor en el rostro pero a diferencia del otro sonreía de una manera sádica y pícara, las damas les dieron un ramo de flores a cada uno y se despidieron con un beso en la mejilla aún con las sonrisas malvadas en sus rostros angelicales.
Ellas se fueron juntas por el lado opuesto al que iban sus anteriores acompañantes, Zoro y Sanji quedaron un momento atónitos, espabilaron, se vieron incómodos a los ojos y solo susurraron un "oh", intercambiando en esas simples miradas un millón de palabras, se dieron la vuelta y cada uno se fué por su lado sin tomar el tren, necesitaban pensar.
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.Ambos caminaban metidos en sus propios pensamientos, no podían dar crédito a lo que acababan de ver y es que ver a tu esposa en una situación comprometedora junto a su mejor amiga y con dos hombres que apenas alcanzaron a ver daba mucho que pensar.
En que más se podría explicar un coqueteo así, que además sucedió frente a sus ojos más un obsequio doble que consistía en flores.
Las preguntas no tardaron en aflorar, ¿que sintieron al verlo? ¿celos? ... no, eso estaba lejos se ser celos, quizá decepción, si, una profunda decepción por ellas al ver que podían ser capaces de tremenda bajeza ¡y juntas!, ¿porque no solo lo hablaron? solo tenían que hablarlo con ellos y así ya nadie estaría perdiendo el tiempo.Pronto esa decepción se volvió enojo y frustración, porque sabían que si ellas habían sido capaces de engañarlos solo ellos tenían la culpa, mas su orgullo de hombres que al parecer había sido pisoteado así como su honor les afectó más de lo que se debía y decidieron ir lo más pronto posible a sus hogares a pedir una explicación inmediata respecto a lo sucedido, aún era muy pronto para sacar conclusiones .
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.Un par de horas más tarde Tashigui se encontraba en su casa preparando un postre con ayuda de Kuina, su hermana mayor, quien había venido de visita como casi todos los días.
- es que no entiendo como pasó, si tan solo estaba yo ahí practicando mi kendo en el baño y sin querer ... destrozé la tina
- Tashigui cálmate - la tranquilizó Kuina - esos accidentes pasan, además el técnico ya está instalando otra nueva ¿cierto?, de todos modos a Zoro no le importa mucho que digamos la tina
- así es pero el problema no es ese - continuó recibiendo la mirada confundida de su acompañante - el problema es que lo hice con una de sus preciadas katanas, si, las que me prohibió tocar y ya sabes cómo se pone cuando hago eso
- pues deja de hacerlo - respondió rodando los ojos - no creo que se de cuenta
- ¿tú crees? - preguntó con un tono de esperanza, ella sabía lo mucho que a Zoro le importaban esas katanas, siendo su esposa le permitió utilizarlas pero al ver que la chica era un completo desastre con ellas y que en más de una ocasión terminó dañándolas él le prohibió tan solo mirarlas y pues Tashigui no puso objeción alguna porque sabía que si Zoro había llegado a ese extremo es por que era su culpa enteramente, sin embargo, el verlas solas ahí y sin su protector fué demasiada tentación para ella que terminó igual que en otras ocasiones ¡y lo peor era que solo le pasaba aquello con esas katanas!.
- si bueno ... solo que no vea la antigua bañera y todo estará bien
- supongo que llegará después de que el técnico se haya ido - habló como si le estuviera pidiendo el favor a un ser más grande que ellas, sin embargo el sonido de la puerta cerrándose les indicó que el peliverde acababa de llegar, ambas se miraron y suspiraron mientras batían el chocolate con más fuerza.
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AMANTES ( ZoSan)
FanfictionZoro y Sanji mantienen una relación algo complicada , son némesis desde el momento en el que se conocieron y aunque los rivales sean las personas más molestas para uno , también suelen ser la compañía más sincera. Sabían bien que el día de sus bodas...