AMANTES ( ZoSan)

Enamorándonos (2°parte)

Sorry chic@s

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Mantenía los ojos abiertos mientras se movía discretamente de un lado a otro en la cama, tratando de pensar en algo que lo distrajera de ese tema en particular, y a la vez tratando de no despertar a su compañera.

Pero no funcionó, Tashigui, al sentir que algo lo estaba molestando, lo abrazó por detrás y fue entonces cuando él decidió levantarse e ir a la cocina para poder estar solo.

- ¿estás bien? - preguntó la mujer enderezándose un poco.

- si... no te preocupes,solo no puedo dormir - respondió sereno y con una sonrisa para evitar más preguntas.

- de acuerdo - mejor no insistir, lo conocía ya como para saber que lo que sea que le estuviera pasando se lo contaría si él decidiera hacerlo, siempre lo había hecho así y para ella, el sentir que Zoro no le tenía la suficiente confianza como para contarle, ya era una costumbre.

Así que con un pequeño dolor acostumbrado en el corazón, lo dejó pasar otra vez, además esta vez tuvo un sentimiento de calidez que la reconfortó y la dejó descansar tranquila.

Para Zoro, en cambio, la tranquilidad no estaba ni cerca de estar con él. Estando en la cocina y con algo de ansiedad, tomó el vaso de cristal más grande que halló y lo llenó de agua, directamente del grifo, luego tomó toda el agua de golpe.

No, eso no, no así, no ahora, no con su némesis, no, eso si que no, no no y no.

Está bien, era un adulto y debía de actuar como tal, tenía que calmarse y recapitular todo, tomó bastante aire y luego exhaló la misma cantidad sintiéndose un poco más tranquilo.

¡¡NO!! ¡eso no!... eso no podía ser lo que creía que era, todo el tiempo estuvo tratando de hallar una respuesta lógica a sus constantes pensamientos sobre el rubio, que eran literalmente todo el día. ¿Que era lo que sentía cada vez que estaba con el cocinero? ¿y porque lo sentía?... cada vez que lo veía, cada vez que hablaban, incluso cada vez que discutían, al pensar en una explicación razonable sobre este asunto o en darle algún nombre a lo que estaba sintiendo, la primera palabra que le llegó a la mente fue gustar, y eso si que lo asustó.

Tonto no era, ya antes había sentido el querer a otra persona de esa manera, pero nunca sobrepasaron los dos meses, luego simplemente las olvidaba. Y aún había otro problemita en particular, uno pequeño que pisoteaba toda la definición que tenía sobre si mismo... estaba sintiendo esto por un hombre, y no era cualquier hombre, no no no, la vida y el destino decidieron que fuera el que era su enemigo, por así decirlo, durante años, su némesis, la otra persona, aparte de si mismo, más competitiva que conocía, y no quería aceptarlo, obviamente, pero sentía que esto iba más allá de un simple "me gusta".
Era diferente a todo lo que había vivido y no solo por el hecho de que fuera otro hombre y ese hombre fuese Sanji, era más bién, por algo más profundo y ambiguo.

Además todavía había que pensar en el beso que estuvo a punto de darle... el beso, ¡el beso! ¡¿que fue eso?¡.

La respuesta era tan obvia que no pudo dormir en toda la noche.

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- este idiota - gruñó Sanji que llevaba más de media hora esperando fuera de la estación.

Iba a llevar a Zoro a un lugar especial para él y al musgo se le ocurría perderse, sabía que llegar al tren y salir de la estación no era un problema por el GPS de su celular, bueno, aveces si lo era. Pero la mayoría de veces no y menos en la estación que ya era algo familiar, entonces ¿porque carajos demoraba tanto?.