Corazón A Mil por Hora

Capítulo 13: Otra Oportunidad.

Ha pasado más de una semana desde lo que paso con Jackson, y aun que trabajaba durante la mañana hasta las dos remodelando algún lugar donde me contrataban, cuando volvía al local, veía mi oficina llena de flores, o peluches, y cuando volvía a mi casa, salíamos Cami, Jackson y yo a correr.

Me estaba pensando muy bien esa oportunidad que él quería, pero, aun así, no podía olvidar a esa chica, vestida con una de las camisas de Jackson, eso no se olvida tan fácilmente, aun con todo el tiempo que Jackson gastaba en mí, casi se iba de mi casa hasta no verme dormida, se que no debo de pensar en ella, ya que vi con mis propios ojos el examen toxicológico que Jackson se hizo, y literalmente si no fueran sido en medidas pequeñas, ese cóctel de drogas lo fuera matado.

Intentaba con todas sus fuerzas que yo cambiara de opinión para darle esa oportunidad, no sabía qué hacer, incluso las chicas, a quienes le pedí consejo, estaban más indecisas que yo, incluso me estaban diciendo los pros y los contras, sin contar que ya les había dicho lo del examen que se hizo Jackson para demostrar que no sabia como Alexis seguía en su casa. Alexa y Susan, intentaban inclusive pasar tiempo con Jackson con el fin de ver si eran verdad sus sentimientos por mi o no, y ponerlo a prueba.

Un mes entero, fue que Jackson me lleno de detalles, regalos, e incluso cenábamos en mi casa y salíamos a pasear con Cami, aún me lo seguía pensando, no quería volver a entregarle mi confianza tan fácilmente.

Un día, antes de salir a trabajar Jackson me intersecta en mi pórtico.

—Miranda, ¿quieres salir esta noche? —Pregunta—.

—Si, por que no. —Acepto y veo como su rostro se llena de emoción—.

—En una cita. —Dice contento—.

—Jack...

—Por favor, ya ha pasado más de un mes, por favor, ¿sí?

—Está bien.

Me abraza y se va a su auto, lo mismo hago yo, y me voy al local, donde al llegar, mi hermano, está atendiendo a unos clientes y Megan está mostrando el catalogo.

—Señores Verns, le presento a nuestra arquitecta, Miranda Johnson, ella se encarga personalmente de los diseños, las remodelaciones, y de escoger el material.

—Mucho gusto señores Verns. —Digo—. Espero nos escojan para lo que tengan en mente, les aseguro que no se arrepentirán.

—Mucho gusto señorita Miranda. —Dice la señora Verns—. Mi esposo y yo hemos oído hablar de su trabajo, tenemos amistades a las cuales usted ha remodelado un cuarto.

— ¿Si? ¿Quiénes?

—Los Manson, son amigos de la familia hace años, Michell me enseño el cuarto de su niña, quedo hermosísimo, me dijo que usted pinto los dibujos a mano. —Dice el señor Verns—.

—Así es, me inspiro cuando es para bebes, o niños o en cualquier remodelación.

Mientras hablaba con los señores Verns, llega un repartidor con un ramo de rosas y Megan lo atiende, firma de recibido y se dirige a mí.

—Jefa es para ti.

Agarro el ramo y quito la tarjeta, la abro y adentro dice.

Esta noche te vas a quedar sorprendida, 

lo juro, espero que sea la mejor noche de tu vida, 

ponte algo bonito, cuando llegues a casa te diré a donde ir 

pues tengo que terminar algunas cosas, 

porque te quiero sorprender.