–¿Entonces está todo bien?– Preguntó el pelinegro.
Naruto asintió.
–¿Solo fue..¿El viento?– Se preguntó para si mismo con una pose totalmente pensativa.
–¿El viento? ¿¡El viento!?– Habló con incredulidad.
–¿Se quebró tu espejo?– Preguntó Ino ignorando totalmente al pelinegro.
–No– Contestó moviendo la cabeza.
–Oigan, ¿Escucharon lo que dijo? Dijo que se cayó su espejo con el viento, y no se quebró– Trató de llamar la atención inútilmente.
–¿Puedo pasar?– Pregunto la rubia.
Esa pregunta tensó totalmente a Naruto. Este negó totalmente a la petición de su amiga.
–No puedes– Dijo con nerviosismo.
El trío de amigos se miraron de reojo para después mirar con curiosidad a su nervioso amigó.
–Bien, ésto es extrañó– Habló la pelirosa –¿Tu baño tiene algo o qué?– Preguntó cruzado sus brazos.
–Yo les dije que era extraño– Dijo finalizando con un bostezó.
–Arregla el problema que tienes en tú baño, ¡Necesito ir!– Rogó.
–No hay problemas ¿si?– Dijo indignado.
–¿Entonces puedo pasar?– Preguntó nuevamente.
Naruto asistió.
–Gracias– Agradeció con ironía.
Sakura trataba de hablar con ambos, lo cual no logró. Shikamaru solo bostezaba. Naruto solo miraba a la rubia, esperando lo inesperado, su salvación.
Un grito muy fuerte ya llamo la atención del trío, especialmente a un alarmante rubio.
–¿¡Paso algo?!– Preocupado se acercó a la chica. Ésto fue imitado por los demás presentes.
Ino levemente enojada señaló el interior del baño.
–Que desastre...– Hablaron al mismo tiempo dos de ellos.
–Naruto, ¿Por qué tienes ropa...?– Se detuvo un momento para mirar mejor las prendas– ¿...Muy rara?– Preguntó tomando un suéter de piel.
–¿Esto que es?–Pregunto Shikamaru tomando un frasco que tenía una sustancia muy rara.
Naruto ignoro totalmente las preguntas de sus amigos, el estaba totalmente concentrado en una sola cosa, ¿Dónde están ellos?..
–¡Naruto!– Llamó la atención la pelirosa.
–¿Eh?...¡¿Si?!– Reaccionó.
–¡La puerca necesita usar un bañó!–
–¡Hey!– Reclamó indignada.
–¿Alguien más necesita ir al baño?– Preguntó con ironía.
Sorpresa se llevó al ver cómo sus tres amigos levantaban la mano.
Cerro los ojos, suspiró y habló.
–Tengo otro bañó en el primer...– Abrió los ojos –...piso...– Terminó, pero para su suerte sus amigos ya no se encontraban ahí.
–Genial..– Susurró –Ahora tendré que limpiar este desastre...–
Y en ése momento captó el mayor problema.
–¡Los raritos!– Grito levemente para después correr hacia el baño.
Al estar dentro de aquel bañó cerró la puerta con cuidado.
