Ambien: producir efecto

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Rosebot por fin accedió a permitirle a John tomar medicamentos para el sueño. Le encargó una dosis, le informó sobre la importancia de seguir el horario, e hizo todo en su poder para que no haya inconvenientes.

Ahora lo único que podía hacer era vigilar que los efectos secundarios no sean demasiado problema. Sino, tal vez deban cambiarle la dosis, o el tipo de medicamento.

"Hhhagh..." balbucea el pelinegro, recostándose contra la chica troll a su lado.

"Egbert, quítate!" dice ella, empujándolo.

"Bluhhh..." suspira él, encogiéndose y frotándose los ojos.

Se encontraban en la sala general, charlando. John había tomado sus pastillas hace un rato y empezaban a sufrir su efecto, haciéndolo sentir cansado.

"Cuidado, John, podrías golpearte." le advierte Lalonde.

"Dónde está Diiirk. Creí que vend... vendría..." pregunta, haciendo una mueca.

"Oh, descuida, estará aquí pronto. Le hice una oferta imposible de negar." comenta ella, con una expresión severa. "No sin consecuencias perjudiciales, por supuesto."

"Aún hay ositos de goma? Quiero ponerlos en mi energizante." dice Pyrope, revisando en el bowl lleno de todo tipo de snacks.

Habían planeado una especie de piyamada, todos juntos. Esta vez incluyendo a Dirk por primera vez, claro, si es que se dignaba en aparecer.

Verían películas, jugarían juegos de mesa, se atracarían con comida rápida y cafeína (excepto John, dadas las circunstancias) y básicamente se divertirían, por ocho horas seguidas. O hasta que se cansaran y quedaran dormidos.

Egbert tenía altas expectativas hoy, incluso con los mareos y la sensación graciosa cada vez que se levantaba muy rápido o echaba la cabeza para atrás un milímetro demás.

Toma un momento para desconectarse de la conversación entre las dos chicas y relajarse contra el sofá. Inhala... Exhala...

"Pasándola bien sin mi?"

Su atención rápidamente va a la voz en la entrada, junto a la cual se encontraba Dirk, con los brazos cruzados.

Por primera vez desde que John lo había visto, no usaba su extraño godtier con modificaciones ridículas, sino un suéter con el símbolo del Corazón, y pantalones deportivos oscuros.

"Miren quién decidió socializar por primera vez en meses!" exclama Terezi, con ambas manos en su cintura y una expresión de exagerada sorpresa en su rostro, como si estuviese en presencia de un muerto. "No puedo creer a mi nariz!"

"En efecto, Pyrope. El Príncipe ha despertado." comenta la robot, su compostura elegante y confiada, una sonrisa engreída en su rostro.

Si Strider no tuviera las gafas triangulares, probablemente agujerearía a Rosebot con su mirada.

"Dirk!" saluda John, despertando un poco más y saludándolo con emoción. "Estás aquí!! Con nosotrosss...!"

El rubio dirige su atención al otro humano, sin saber qué decir. "Estaba aburrido." decide al final, sintiendo los ojos de Lalonde sobre sí mismo, pero haciendo todo lo posible por ignorarla.

"Qué esperamos, entonces?" dice Pyrope, metiéndose un puñado de gomitas azucaradas a la boca. "Comen'hemo'!!"

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"Más dos!" grita la chica troll, golpeando la carta en el centro de la mesa.

La robot y el pelinegro dirigen su atención a Strider, expectantes.

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