Dirk: quejarse como adolescente y azotar una puerta

39 4 60
                                    

Al despedirse de Dirk, Terezi y Rosebot -en ese orden- con un abrazo que fue correspondido por todos, John se dirige a su habitación, toma su medicación y...

...ah, maldición.

Comienza a sentir picor en las palmas de las manos, y un calor en el cuello y por debajo del abdomen.

Trazando sus dedos por las áreas más acaloradas, procura reprimir los intensos temblores y escalofríos, acompañados de jadeos fuertes.

No consigue reducir la inquietud que siente, y termina buscando forma de distraerse pensando en lo mucho que ha avanzado con Dirk.

Hoy era un ejemplo de varias ocasiones en que Dirk le había pedido ayuda para tranquilizar sus fuertes necesidades de contacto físico, que era aquello que John conocía pero fallaba en nombrar, hasta hace poco.

No podía negarse que había confianza de por medio, o no estarían donde están, arrullándose mientras el otro se acurruca...

Una imagen mental de Dirk se hace presente y se esfuma en menos de un chasquido. Una bastante intrigante, que no lo deja de agobiar hasta que el sueño por fin lo libera.

Aún así, sabe perfectamente que será un problema.

———————————————————

Una chica troll se encuentra tomándose un chocolate caliente con malvaviscos, cuando el humano pelinegro entra a la cocina, con una mueca perceptible.

"Egbert! Qué tal?!" saluda, sonriéndole. Nota casi instantáneamente que no está del mejor humor, pero su cara es demasiado entretenida para dejarlo en paz.

"Hey..." responde él, vaciando una caja de Froot Loops en un tazón sin muchas ganas. Aún siente el calor de la noche anterior, y no es muy agradable. También le quita las ganas de socializar, pero no tiene ganas de echar a Pyrope de la cocina sin ningún aparente motivo. Requeriría una explicación que no está dispuesto a dar.

"Estás bien? Te ves más despeinado que de costumbre, y eso es mucho decir!" comenta ella, masticando los dulces blancos y esponjosos. "Deberías darte una ducha, ya te pareces a Strider."

"Si, buena idea..." realmente le ayudaría una ducha fría, para refrescarlo un poco. Podría lavarse el pelo también, le hacía algo de falta.

El calor justo por debajo de su piel es algo persistente, no puede esperar para salir de aquí.

Por desgracia, Terezi aún no piensa dejarlo en paz.

"Que tal van las cosas con tu 'novio'?" pregunta- enfatizando un poco la pronunciación en la última palabra -como si fuera algo completamente normal,
ya sabes, lo de todos los martes.

"Terezi, ya te dije que no estamos saliendo!" se defiende el humano, con un tinte rojo apenas visible en las mejillas. Eso no detiene la sonrisa de la chica troll.

John simplemente hace una mueca. "Está yendo muy bien." dice, con tono de 'como sea'. "Ya no se enoja tanto conmigo, a veces le hago bromas y sólo rueda los ojos, además..."

La frase queda colgando en el aire, mientras la expresión de Egbert decae y vuelve a su cereal, algo apenado.

"Oye, qué pasa?"
"Nada, sólo tengo sueño aún..."
"Estás muy rojo, tienes calor?"
"...si, pero descuida, estoy bien."
"Seguro? Si estás enfermo sólo habla con Lalonde."
"Si, en serio! No te preocupes!"

Lo que sea que estuviese molestándole, no iba a decirlo, así que la chica troll opta por encogerse de hombros. Está muy nervioso, no logra descifrar por qué exactamente, y sería algo invasivo intentar averiguarlo.

Contrastes NarrativosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora