Tripulantes del Teseo: pasar el rato

37 4 43
                                    

"No sientes que está cerca de terminarse?" pregunta Pyrope, con la cabeza sobre el dorso de su mano, y algo aburrida.

Rosebot levanta la mirada, desde su libro de borradores. En él están escritas las historias que planea publicar algún día, o mantener en secreto, como un simple pasatiempo, por el resto de su vida.

Hay cierta verdad en las palabras de la chica troll, aunque hayan sido formuladas como una pregunta. La mujer de hojalata lo había visto. Entre sus entretenidas charlas con Strider, su lenguaje corporal daba mucho más a saber de lo que este creía. Y Egbert... hmm. Ni él mismo lo notaba, pero sus interacciones con el otro humano eran evidencia sólida.

Como una película aproximándose al climax, a punto de envolverlo todo con una bello listón rojo, como si fuera un regalo de navidad a punto de ser colocado bajo el árbol.

"Ciertamente." es su respuesta. "Las piezas están encajando cual anillo hecho al tamaño del dedo. La novia está maravillada."

"Sabes, Rose, me caes bien, pero eres algo insoportable cuando hablas en metáforas. Creo que ser escritora te está afectando." comenta, sorbiendo lo que queda en su taza de té.

La chica troll tenía sus propias teorías, y no sabía si le gustaba la dirección que estaban tomando. No era una muy favorable y ambas lo sabían.

Strider, ahora menos amargado, parecía tornar entre muy ansioso, muy nervioso y en raras ocasiones, contemplativo. Una vez se lo encontró en la sala principal, haciendo estudios filosóficos humanos o algo similar, y le había hecho una pregunta extraña.

«Cuál es el significado de nuestra existencia, Pyrope? Ser las impotentes marionetas de un ser superior, o del destino? Incluso cuando uno cree ser quién está tirando de los hilos?»

Hasta ahora, ni ella misma tiene una respuesta fija. También hay ocasiones en las que se siente víctima de la manipulación, como aquella vez en que él mismo le ordenó callarse, y no pudo hacer más que obedecer.

Sería posible que en realidad Dirk por fin empatizara con sus víctimas? Que por fin notase cómo se sentía?

Por otro lado, Egbert.

Aún con las expectativas bajas, parecía estar acercándose a su meta. Sonreía mucho, y cuando Dirk entraba en tema de conversación, parecían brillarle los ojos, contándoles lo buenos amigos que parecían ser.

Y pesar de su decepción, sentía esperanza. De que estaría bien, de todas formas.

"Oh, dios...!"
"Qué pasa?"
"...no es nada, descuida."

La reacción de Lalonde a lo que sea que se le haya ocurrido, o revelado, no es muy coherente con sus palabras, haciendo una mueca y tratando de enmascararla sacudiendo la cabeza ligeramente.

"Viste algo malo?"
"No... no es malo. Solamente... desagradable."

Es sospechoso, pero decide encogerse de hombros y empezar a tirar insultos hacia Strider, como era costumbre. Si realmente no era nada, lo sabría pronto.

———————————————————

John se encuentra sentado, con la espalda algo encorvada, frente al piano en su sala designada. No lo toca, sino que lo observa, distraído, intentando decidir qué tocar hoy.

Lizst se le viene en mente, pero no tiene la energía para La Campanella hoy, o... cualquier otra.

Podría optar por algo simple, usarlo como una especie de descanso de las más destacables y elegantes piezas. Algo relajante.

Contrastes NarrativosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora