9 - La churralan y otras churras

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Capítulo 9: La churralan y otras churras.

Leyla.

Maldita comezón. Ya había pasado una semana desde mi fatídico accidente, y por ende tenía una hermosa escayola en el brazo la cual tenía deseos de arrancar a trozos. Tomé un lapicero de encima del escritorio y lo introduje por la escayola para rascarme. Culpo a mi miopía por el accidente, porque si no hubiese sido por mi mala visión eso no me hubiese obligado a salir de la ventada y caminar hacia el borde del tejado, solo para tener una mejor perspectiva del cuarto de Alan. Sí, intentaba estar de fisgona y con suerte ver que hacía a través de sus finas cortinas, pero lo único que conseguí fue este insoportable pedazo de yeso. La otra culpa la tiene él por haberme dejado en visto.

Sigo mirando la clase como si todo lo que dijesen me entrase por un oído y me saliese por el otro. En realidad eso era justo  lo que estaba sucediendo desde el comienzo de la clase. Era solo escuchar el Sr Patrick y mi cerebro actuaba por si solo, desconectando con ellos mis oídos.

Mi teléfono vibró. Miré al Sr. Patrick el cual seguía absorto con su clase por lo que aproveché para sacar mi teléfono. Lo escondí detrás de la mochila intentando con ello de que Patrick no lo viera y lo prendí. Cuando checo el mensaje casi se me cae al suelo. Era el número de Alan, nada sorprendente ya que a veces me enviaba alguna estupidez de esas cadenas que ni para el caso me tomaba el trabajo en seguir. Pero esta vez el motivo por el que casi mi teléfono sale disparado de mis manos no fue por eso, fue una foto. Una foto que no sabía como definir, si inapropiada, confusa o asquerosa ¿Cómo se reacciona cuando tu vecino te envían una foto de una polla, más específicos su polla? Y estaba claro que era su po su churra puesto que lo estaba sujetándolo con una mano, mano que tenía el mismo lunar en la muñeca, en la misma posición y del mismo tamaño. Ya para rematar lo había enviado él, así que estaba más que claro de quien era esa churra.

Y luego de saberlo me centré más en esa zona, la cual abarcaba gran parte de la imagen. Maldita sea la churralan. Si juntaba todas las partes del cuerpo de Alan que he visto sin ropa podría hacer un collage de su cuerpo completamente desnudo. Apagué el teléfono y lo dejé sobre la mochila. Hice una mueca cuando la imagen volvió a cruzar por mi mente. Apreté los ojos en el preciso instante en el que el teléfono depositado en mi mochila volvió a vibrar. Di un sobresalto y lo tomé entres mis manos de inmediato como si la casi nula vibración hubiese alertado a alguien a mi alrededor. Miré hacia los lados comprobando que nadie estuviese husmeando antes de desbloquear mi teléfono. Estaba claro que el mensaje era de Alan solo que no lo quería abrir, pero mis ansias fueron más poderosas.

Puberto precoz:
Maldita sea, la foto no era para ti.

Así sin más, sin unas disculpas ni nada. Me quedé paralizada con el teléfono en la mano. El primer nude que me enviaban y ni siquiera era para mí. Increible.

—Rogers.

Mierda. El señor Patrick se acercó a mí. Y lo peor fue que no me dio tiempo de esconder el teléfono. Me había quedado paralizada. Me lo arrebató de las manos antes de voltearse y dar unos pasos hacia el pizarrón.

—Mostrémosles a la clase que era lo que hacía la señorita con su teléfono mientras yo decía algo importante —me puse de pie de inmediato dando brincos y mirando por encima de su hombro. Hizo justo lo que me imaginé, tocó la imagen y luego se volteó de repente. Para nada pensó que se encontraría con algo de tal magnitud. Su rostro lo decía claramente.

—¿Esto es un p...

Le detuve antes de terminar la pregunta. Miré a mi alrededor antes de decir.

—Sí, es un pincel —le arrebaté el celular de las manos y lo estampé contra mi pecho—. Es de mi hermano.

¿Qué, por qué dije eso? Dios, soy idiota.

¿Tu orgullo besa mejor que yo? |✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora