27 - Gilipollas + gilipollas = gilipollas²

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Casi y ni termino el capítulo hoy. Ando sin mucha inspiración. Por eso les voy a pedir inmensamente que le den mucho amor a este cap, para así poder animarme y terminar el siguiente cuanto antes y publicarlo esta misma semana.


Capítulo 27: Gilipollas + gilipollas = gilipollas²

Leyla

—¡Oh rayos! No te vi —dramaticé en un intento por sonar creíble y que la persona a la cual le había vertido "accidentalmente" mi bebida se lo creyese. Pero esos ojos ámbar no me creyeron en absoluto. Se quedó mirándome confundido, intentando buscar una solución a mi extraño comportamiento. No, chiquito, no hagas eso. Si ni yo me entiendo, mucho menos lo harás tú.

No me pude contener viendo como tenían pensado subir a refrotarse uno contra otro. Lo siento pero me hirvió la sangre, y aprovechando que Drake me había reabastecido mi vaso con una mezcla extraña que dada la advertencia de Wes no quise probar, pues la utilicé en algo.

Supongo que la bebida no tenía nada que pudiese afectarle si no era ingerido, pero ahora deseaba que tuviese ácido. Aunque eso le hubiese facilitado la tarea, porque después de quitarse la chupa, inmediatamente siguió con su polo. Y ahí quedaron sus músculos, no tan definidos pero que se notaban, expuesto ante todo los ojos deseosos de las chicas, y algunos chicos. Con el mismo polo se secó algunas de las gotitas que aun chorreaban por su pecho en un movimiento que lució sumamente sensual. Sofía a sus espaldas parecía que le quisiese lamer cada una de esas gotas. Yo solo quería tirarle una manta por encima, para que cuando la retirase, ¡tachán!, desapareciese. Eficaz, ya lo sé.

Pero dado que la diosa naturaleza no me había bridado esos poderes, le tomé del brazo y lo arrastré. Bueno, en realidad lo intenté arrastrar pero su cuerpo no se movía. Apliqué un poco más de fuerza pero fue imposible. Varios pares de ojos estaban mirando esta escena de total vergüenza que yo protagonizaba ¡Solo muévete! En un intercambio de miradas cedió a mi arrastre. Una vez lejos de los ojos chismosos lo metí dentro de la primera habitación que vi, la cual resultó ser un baño. Había una chica adentro que se sobresaltó al vernos. Le dio una mirada de arriba abajo a Alan antes de salir de la habitación. Una vez solos no pude contenerme, nuevamente.

—¿Se pude saber qué haces exhibiéndote como mercancía dañada? —escruté colocando mis manos como jarras sobre mi cintura.

—¿Mercancía dañada? —me observó sin comprender.

—Sí —señalé su torso desnudo con obviedad—, necesitando que te compren urgentemente.

Una vez que entendió a lo que me refería una sonrisa ladina se formó en sus labios.

—Ya entiendo. Estas celosa, Rogers.

Y que tenía que ver eso con… joder. Acaba de hacer un maldito espectáculo de celos y sin darme cuenta. Mi conciencia se palmeó la frente, pude sentirlo.

—Y tu flipas en colores, Launtri —me apoyé sobre el lavado relajándome e intentando restarle importancia al asunto—. No estoy celosa de ti.

Si le restas importancia él también lo hará. Si le restas importancia él también lo hará. Repetí una y otra vez con la esperanza de que diese resultado.

—Vale —dijo sin más. Uff, eso resultó mejor de lo que pensé. Se rascó el cuello sin mucha importancia antes de agregar— ¿Entonces no te importa que salga ahí afuera y folle con esa chica, no?

¿Cómo? Pestañé varias veces. Se acercó a mí con sumo descaro, con su torso descubierto emanando calor. Su rostro deteniéndose a escasos centímetros del mío. En un movimiento dejó su polo empapado en el lavado a mis espaldas antes de apartarse. Con ese movimiento hizo que el invierno se volviese verano y que luego retomara al invierno en cuestión de segundos. Con una sonrisa pícara incrustada en sus labios se puso la chupa de cuero. Si, así mejor, tú tápate. Pero no cerró la chupa, la dejó abierta para que pudiese percibir aún su abdomen. Me centré en sus ojos decretando la zona baja a su cuello como prohibida.

¿Tu orgullo besa mejor que yo? |✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora