¿Tu orgullo besa mejor que yo? |✔

2 - Loca roba comida

Capítulo 2: Loca roba comida.

Alan

—Buen provecho —pronuncié de inmediato al colocar los bocadillos sobre la mesa. Les sonreí a las dos chicas y estas sonrieron brindándome miradas coquetas. Tenía que admitir que eran hermosas, pero tenías un defecto, eran rubias, y a mi en lo particular no me llamaban la atención. Me volteé retirando de inmediato la sonrisa.

Estaba siendo un día horrible. El calor era inaguantable, y más con el uniforme de la cafetería. Limpié la última mesa que fue utilizada sintiendo la penetrante mirada de las dos chicas en mi trasero al inclinarme hacia delante, sin tomarle mucha importancia me dirigía hacia Marie. Ella era la encargada de recibir los pedidos. Referente a nuestra relación éramos buenos amigos, puede porque ella no me miraba como un objeto sexual, y que también ni siquiera se fijara en mi. Si siquiera se lo hubiese planteado a mi no me molestaría tener un ligue con ella. Era bella, su piel era pálida, y su cabello a pesar de que lo llevaba en un moño desprolijo se le notaban los puntas del mismo, los cuales eran de un azul eléctrico, incluso le acentuaba bien el marrón de sus ojos ¿Y que te podía decir de su cuerpo? Esa parte mejor me la reservaba.

Me apoyé en el mostrador agotado.

—No puedo más. Necesito urgente un baño, huelo fatal —ella solo me sonrió a medias y se encogió de hombro. Sabía que se sentía igual, los últimos días de las semanas eran los más agotadores ya que era cuando más personas venían.

—Alan —al sentir mi nombre me volteé algo agotado, encontrándome para mi sorpresa con mis tres hermosas hermanas: Alison, Abbey y Avril. Enseguida cambié mi rostro a uno lleno de alegría.

—Vaya ¿A qué debo la visita? —les sonreí.

—Estábamos aburridas en casa —replicó Alison la mayor de las tres, Abbey y Avril eran gemelas.

—Entonces pasen y siéntense —les sonreí y cuando pasaron por mi lado las despelucé. Se quejaron y se  dirigieron a la mesa, las seguí sentándome al lado de Alison y las gemelas al frente.

—¿Te falta mucho por terminar? —la tierna Avril preguntó. Su cabello era castaño claro y sus ojos de un notorio verde, muy distinto a los de Abbey ya que estos eran más grises o azulados. Pero lo que más las diferenciaba a simple vista era el mechón fucsia presente en el cabello de Abbey que partia desde el inicio hasta las puntas. Pero no solo eran distintas en su aspecto, sino también en su forma de ser. Avril era más bien tímida, en cambio Abbey era más… ¿expresiva? sí, creo que esa era la palabra adecuada, o la más decente para decir.

—Sí, todavía un largo rato ¿Quieren de tomar alg...

Fui cortado por una voz chillona a mis espaldas.

—Me habían dicho que eras mujeriego, pero esto ya es demasiado —me volteé lentamente para mirar a la portadora de tal voz algo alarmado. Era Susan, mi ligue de hace unas semanas.

—¿Esto qué? —indagué curioso, intentando cree que no era lo que yo pensaba.

—Ligando con tres a la vez —señaló con obviedad para luego mirar a mis hermanas, yo simplemente me reí sintiendo como las gemelas y Alison reían también por lo absurdo de la situación.

Eso la enfado más. Sus ojos se centraron en mi con irritación.

—Sí, ellas son los tres amores de mi vida, mis hermanas. Ahora si solo vienes a entrometerte en lo que no te importa, te voy a pedir que te retires de una vez.

Sus ojos se abrieron con asombro, sus mejillas se inflaron y después de soltar el aire se marchó insultada, cuando el insultado debería ser yo.