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Trunks corría deprisa desde su casa hasta el instituto. Trataba de llegar no muy tarde a la primera clase. Pero era inútil. La torpe de su hermana Bra, quien se la pasó media hora llorando en el baño porque estaba "en sus días" y se sentía fea, no lo dejó arreglarse hasta que esta por fin quitó el seguro de la puerta y salió sonriente. Mujeres... ¿Quién las entiende? En un momento están felices y al siguiente llorando como mártires. De verdad que no las entendía.

Tras ducharse, se vistió con su uniforme escolar, se peinó frente al espejo; se echo encima quién sabe cuales cosméticos y se perfumó con las colonias de su padre pues se había acabado las suyas por estar echándoselas hasta para dormir. Y no es que Trunks fuese de esos chicos que se preocupan mucho por su apariencia o algo por el estilo, simplemente sabia que era popular entre esa masa enloquecida llamada
"chicas", quienes suspiraban por cualquier hombre bonito que ensalzaban tal cual dios griego; y ahora todos sus esfuerzos por complacerlas se estaban yendo por el inodoro gracias al sudor que empapaba su frente y le escurría hasta el cuello.

Se maldijó mentalmente al darse cuenta de que olvidó su almuerzo, que le había costado dos horas de ardua espera, en casa y que ahora no tendría nada que comer durante el receso.

Aunque eso no era del todo un problema. Vamos, es el chico popular, de seguro cualquiera de sus compañeros (O todos) le daría un poco de su almuerzo, con el objetivo de ser su amigo.

Finalmente llegó al portón que separaba el instituto de la calle y al momento de tan solo dar un paso, un grupo de chicos y chicas lo rodearon; unos para darle los buenos días, otros para preguntarle sobre asistir a alguna fiesta o evento social, o simplemente siguiendo al grupo. Le gustaba tener amigos, pero a veces se le hacía molesto que estuvieran detrás de él todo el día.

Al llegar al aula de clases, el pelilila se sentó en su púpitre y el resto de chicos comenzaron a hablarle de diferentes temas que no entendió debido a que hablaban todos al mismo tiempo.

Pero una de las voces llamó su atención.

-Miren al raro de allá.-rió uno de sus compañeros, no era tan cercano a él, pero le agradaba.

Él, junto con los otros chicos, giraron sus cabezas en dirección a donde señalaba.

En su campo de visión apareció un chico. Un chico que estaba sentado en el último púpitre, leyendo un libro y sin hablar con nadie. Quedó un poco impactado al notarlo, pues nunca lo había visto antes.

¿Y cómo podría verlo? Se la pasa rodeado de gente la mayor parte del día.

-Estoy aburrido, voy a molestarlo.-se levantó de su asiento con desición, mostrando sus dientes al sonreír.

Rápidamente, Trunks dejó de mirar al muchachito y fijó su vista en su amigo al escuchar esto.

-¡No! Oye, déjalo en paz.-sujetó su brazo sin aplicar mucha fuerza.

Si había algo que detestará con su alma, era el bullying.

-Pfff, no seas aburrido.-zafó su brazo del agarre del otro. Caminó tranquilamente hasta el final de la hilera de sillas y se detuvo frente al chico. -¿Qué estás leyendo?-le arrebató el libro de las manos, sin dejar que el otro siquiera reaccionará. Inspeccionó un poco el libro y lo volvió a mirar. -¿Qué es esta basura? ¿Tarea?-rió frente a su rostro al leer el título del libro, algo sobre la medicina moderna, ¿Qué iba a saber él?

-¡Devuélvemelo!-exclamó, enfadado. ¿Por qué lo molestaba? Solo estaba allí sentado leyendo pacíficamente. Se levantó para alcanzar el libro, que por cierto le pertenecía a su padre, sin embargo, el otro joven le ganaba en altura y solo le bastó con elevar su brazo, imposibilitándole alcanzarlo.

I Like You ┇TruTenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora