I Like You ┇TruTen

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—Entonces... —

No se le ocurrió otra manera de romper el hielo y comenzar con aquella dificultosa plática más que llamar su atención de una manera poco original pero efectiva. El silencio prevaleció por unos segundos en los que su acompañante no hizo más que estremecerse en su sitio, tal vez experimentando pequeños flashbacks en su mente relacionados con la persona protagonista de la conversación. Recitó suavemente algunas palabras en voz baja para sí mismo, y finalmente levantó la cabeza.

—Entonces... —titubeó levemente, para segundos después mandar todo su valor a la basura y volver la mirada al suelo.

Trunks optó por darle un poco de espacio. No tenía ningún tipo de prisa después de todo, es Goten quien le insistió en tocar ese tema luego de llegar a la conclusión de que es lo más justo para ambos. Dirigió su atención a su almuerzo y tomo un par de palillos para comenzar a devorar el arroz en forma de bolitas y algunos condimentos de decoración. Masticó lentamente, apreciando el hermoso paisaje mañanero frente a sus ojos; el clima era más que perfecto, acompañado de la brisa fresca y el sol lo suficientemente cálido como para confortarlo con su particular brillo.

Él mismo es consciente de que nunca le toma importancia a "pequeñeces" como lo son el clima o el ambiente que lo rodea, principalmente porque no tiene tiempo para detenerse a mirar las cosas más simples al igual que el resto de personas ocupadas en sus propios asuntos que habitan este mundo. Sin embargo, se encuentra en esas situaciones donde hasta la mínima criatura puede llegar a ser lo más sorprendente que existe, irónicamente hablando.

Le dio un rápido vistazo a quien tiene a su lado. Él permanecía inmóvil en su sitio, con la vista fija en absolutamente todo, pero al mismo tiempo, en nada; su respiración era apacible, pero Trunks sabe de sobra que no lo esta en lo absoluto.

Inspeccionó al de hebras azabaches con sus ojos hasta que notó algo peculiar en sus manos. No. No tiene nada raro o diferente, simplemente se dio cuenta de que, a diferencia suya, Goten no lleva consigo su bandeja o algún refrigerio para almorzar. Le pareció raro, ya que no recuerda haberlo visto ingerir alimento desde que llego al instituto en la mañana, más que el café que siempre acostumbra a beber antes de que las clases den inicio para apaciguar el sueño.

—¿Ya comiste? —

Su alma parecio regresar súbitamente a su cuerpo en cuanto escuchó su voz. Podía saberlo por el pequeño sobresalto que sufrió en cuanto terminó de hablar. Giró su cabeza lentamente en su dirección, con las pupilas levemente dilatadas.

—No... no tengo hambre. —respondio de la manera más sencilla posible y volvió a su posición original.

—Pero tienes que comer. —dejo sus palillos a un lado por un momento. —Posponer tus comidas podría llevar a enfermarte. —

—Estaré bien. —

Brief no estaba contento con esa respuesta.

Endureció el ceño, formando un pequeño puchero en sus labios, volviendo a tomar los palillos de madera con tres de sus dedos. Selecciono con cuidado una porción de comida en su bandeja, y luego de decidirse por un pequeño trozo de pastel que su madre tuvo la gentileza de agregar en su menú como postre, sonrió y se volteo hacia su acompañante.

—¿Podrías abrir la boca, por favor? —

La petición tomo por sorpresa a Son, quien giró a su costado para mirarle con una ceja notablemente alzada.

—¿Qu... qué? —

—Ya me oíste. —acercó los palillos junto al pastel a unos pocos centímetros del rostro contrario. Él arqueó más su ceja.  —Oh, vamos. ¿Ni siquiera este delicioso pedazo de pastel?—