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Joaquín:

-Que bombón -dijo Nikólas mientras me acercaba a él.

Mi mejor amigo y compañero de trabajo estaba de pie junto a la pared, al lado de la barra del bar, bebiendo de su vodka Sprite mientras me miraba a través de sus gruesas gafas. Con jeans y una camisa negra, no estaba tan arreglado como solía estar para el trabajo.

Mientras alejaba el cóctel de su boca sus labios se curvaron en una sonrisa. Me escabullí
de su lado una vez que salimos de la pista de baile y escuché a Emilio y Carlos hablando.

-Sí. No está tan mal -dije.
-Sé que no recorriste todo el camino hacia allí solo porque pensaste "no está tan mal"
-Vamos. El tipo estaba volviéndose loco con ese chico que ladraba al árbol equivocado.
-¿Árbol equivocado?
-Seh. Tu pequeño pastel de carne es tan hetero como se puede ser. Imaginé que... o estaba muy confundido o simplemente no estaba en absoluto interesado en lo que el tipo le estaba ofreciendo. Pero me incliné a que era recto. No conseguí ninguna loca vibra de quiero chupar tu polla de él...

-Bueno, tienes el mejor gaydar de West Virginia, lo que dice mucho, teniendo en cuenta la competencia.
-Bien, gracias. Que honor haber sido reconocido por alguien cuyo gaydar es bastante sorprendente -dije antes de inclinar la cabeza hacia adelante y hacer un elaborado ademán con la mano para aceptar su juguetón elogio-. Probablemente esté aquí con un buen amigo que estará ansioso por tratar tu culo realmente bien -agregué.
-No necesito que nadie lo trate bien, Joaco. Necesito que alguien lo trate mal. Realmente mal.

Me reí antes de tomar mi cóctel de la mesa a su lado y tomar un trago. Noté que la mirada de Niko se movía continuamente sobre mi hombro, en dirección a donde Emilio estaba sentado en el bar.

-El Sr. Hetero parece estar comiéndote un poco con los ojos. Sólo digo.

Me giré para mirar a Emilio.

Cuando me volví hacia Niko, me dijo:
-Te estás poniendo rojo.
-¿Qué? No lo estoy. Deben ser las luces de aquí.
-Sí. ¿El Sr. Pan comido se está poniendo rojo por un chico? ¿En serio? Alguien llame a un médico... y ellos pueden conseguirme uno mientras están en eso. -Mientras disfrutaba de molestarme, se miró a sí mismo en el espejo de cristal detrás de la barra antes de retorcer sus
dedos a través de su rizado y oscuro flequillo como si estuviera asegurándose que se acomodara correctamente.
-Oh, él es del peor tipo. Todo lleno de sí mismo y engreído... y...
-Y no has dicho nada que me haga pensar que estás desanimado por algo más que toda la cosa de que sea heterosexual.
-¿Cómo si la pequeña cosa de que sea heterosexual no se interpusiera en el camino de un poco de sexo gay?
-No veo porque tenga que hacerlo. -Tomó otro trago de su cóctel-. La cosa gay no se interpone en el camino de tener sexo heterosexual.
-Así es como funciona cuando eres bi, Niko.
-Lo sé, lo sé. El regalo de Dios para la humanidad... y la mujer. Desearía que fuera gay, supongo.
-¿Por qué dices eso?
-Creo que es el tipo de hombre que podría hacerte enloquecer por él.
-Nop. No, gracias. Estoy muy feliz de estar soltero y libre como un pájaro para hacer lo que sea que quiera y con quién diablos quiera. Además, ¿quién jodidos tiene tiempo para la mierda de estar enamorado?
-Casi todos los demás en el planeta.
-Sí, bueno, se están perdiendo la mitad de la diversión, es todo lo que digo.
-Lo que sea. Vamos. Es hora de unos tragos.

Revisé su cóctel casi vacío y lo miré.

-Solo he bebido dos copas. Lo prometo.
-Está bien, pero te estaré vigilando. Comienzas a arrastrar los pies o tropiezas, y estamos fuera de aquí.

Niko era un tipo genial, pero cuando bebía no era tan bueno como yo para darse cuenta de lo achispado que estaba.

-Estaré bien esta noche -aseguró.
-He escuchado eso antes. Solo recuerda que si te pones mal, el único tipo que te llevará a casa soy yo.
-Bueno, ese plan siempre es divertido también -dijo sonriendo.

E N T R O P I A - EMILIACODonde viven las historias. Descúbrelo ahora