Final

1.5K 122 74
                                    

5 meses después

-
-
-

Emilio:

Era la primera navidad que Joaquín y yo íbamos a pasar como pareja, la primer navidad en la que yo tenía un novio, una cena, y una propuesta. La idea de proponerle matrimonio a Joaquín surgió hace dos meses cuando caminando cerca de mi edificio me detuve en una joyería justo cuando una tormenta apareció, aproveche el momento y comencé a ver las joyas, inicie por los relojes, quería uno delgado pero elegante, mi mirada se desvió a la vitrina del frente. La joya brillaba con el reflejo de la luz. Era pequeña, brillante y elegante. No pude evitar pensar en como se vería en la mano bronceada de Joaquín.

En un arrebato pedí que me mostrará el diamante, no tenía ni una jodida idea del número que era Joaquín, no vas por ahí pidiéndole a tu novio la medida de anillo que usa, si bien el dedo de Joaquín era delgado tenía manos gruesas. Entonces recordé que siempre que tomaba las llaves de mi auto metía su dedo anular en la argolla del colgante que encontré una noche entre las cosas de mi papá.

Hice la elección según mi tacto y mientras veía a la chica poner el anillo de compromiso dentro de una cajita de terciopelo negro mis manos estaban demasiado mojadas... ¿Desde cuándo me ponía nervioso?. Guarde la caja en el bolsillo de mi pantalón y cuando la lluvia bajo maneje hasta el departamento que estaba compartiendo con Joaquín desde su accidente.

Cuando llegue al departamento Joaquín seguía en el trabajo, envío un mensaje diciendo que estaba atrasado porque tenía una reunión importante con unos nuevos socios. Guarde la caja en mi maletín ya que Joaquín nunca metía mano en él, ni siquiera lo recogía si yo lo dejaba tirado, necesitábamos reglas pero ya lo manejaríamos cuando estemos casados. Casados. Jesús Jodido Cristo.

Durante dos meses estuve con la idea de cuándo sería el momento justo de proponerlo. Siempre que me ganaban los sentimientos o yo me encontraba dentro de Joaquín, o él dentro mío y ciertamente no es una historia que pueda contarle a nuestros hijos. Hijos. Qué alguien me ayude.

Mira todo lo que provocas, Ninja.

Nunca había pensado en esto, yo casado, y con un hombre, hijos, familia, una casa, pero mientras pasaba el tiempo debía aprovecharlo, tomar todo lo que la vida me ofreciera porque no tenemos el tiempo comprado hoy podíamos estar y mañana quién sabe y era algo que Joaquín y yo habíamos aprendido de la peor manera.

Estábamos camino a la casa de los padres de Joaquín, mis futuros suegros legales. Y los nervios me estaban comiendo y si Joaquín decía que no, y si ya no está en sus planes.

Y si no..

-Emilio, ¿Me estás escuchando?.- dijo Joaquín al volante porque ciertamente yo no tenía cabeza para manejar.
-Perdón amor, me perdí.- dije sonando como un idiota.- ¿Qué estabas diciendo?.
-Que hoy estás muy guapo y que si estabas bien con la idea de quedarnos a dormir en casa de mis padres bien podemos decir que no y regresar.
- ¿Serás ruidoso?.- dije burlonamente y Joaquín tosió.
-No tendremos sexo con mis padres en el pasillo, por Dios Emilio una noche te pido.
-Si tendremos sexo, y tú guardarás silencio para que tus padres no quieran irrumpir en la habitación.

Joaquín se rió fuertemente. Y las dudas se fueron, amaba a este hombre y él parecía amarme con la misma intensidad. Claro que era correcto. No podía esperar una noche más.

-Llegamos.- dijo estacionando el auto en el garaje de sus padres. Lo besé antes de que Joaquín abriera la puerta.

Elizabeth y Uberto gritaron desde la cocina y aprovechamos para dejar los regalos que habíamos comprado bajo el árbol junto a los regalos que tenían los señores Bondoni.

E N T R O P I A - EMILIACODonde viven las historias. Descúbrelo ahora