Epílogo

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Seis meses después

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Emilio:

-Deja de caminar.- le digo a Joaquín.- Las vas a asustar.

Joaquín hace una pausa y se pasa los dedos por el
pelo. -¿Qué pasa si no les gustamos? ¿Qué pasa si no
quieren vivir con nosotros?-.

Agarro su mano y la aprieto. -¿Pero y si lo hacen? Además, es demasiado tarde para volver. Estamos haciendo esto-. Tú dijiste que podíamos amor. No tengas miedo. Estamos juntos.

Esto parece tranquilizarlo porque se relaja.

Cuando mi abuela entra con las dos niñas a cada lado de ella, mis nervios también se contraen. Son más pequeñas de lo que parecen, ambas están por cumplir seis años el veinticuatro de diciembre el mismo día de nuestro primer aniversario de bodas. Son una completa preciosura. Ambas parecen tan nerviosas como nosotros. Las hemos conocido por seis meses pero no nos han permitido interactuar con ellas más tiempo del debido.

Martha le da a cada una un suave apretón en los hombros y se inclina para susurrarles algo. Sonríen y me detiene el corazón. Ya no podemos irnos sin ellas.

-Soy Emilio, y esté es mi esposo, Joaquín.- les digo cayendo de rodillas frente a las dos pequeñas princesas que nos miran.

Ambas niñas son de piel blanca con pecas, de cabello castaño y rizado como el de nosotros. La mayor por dos minutos es Valentina quién tiene los ojos azules y la menor es Melissa quien tiene ojos verdes. Es la única diferencia visible porque realmente son dos gotas de agua.

-Soy Valentina-, dice la ojiazul mientras se acerca,arrastrando a su hermana hacia atrás.-Esta de aquí es mi hermana Melissa.

Desde la primer llamada que le hicimos a mi abuela, ella mencionó que ambas niñas eran muy inteligentes y educadas, pero que Valentina era quien cuidaba de Melissa quien es más tímida cuando aún no entra en confianza.

Joaquín se arrodilla a mi lado y les sonríe. -Te va a encantar tu nueva casa-les asegura.- Este hombre de aquí la diseño para nosotros, es maravillosa, no puedo esperar a que la vean.

Ambos niñas sonríen.

-¿Podremos ver la casa?-, Pregunta Melissa.
-Meli, debemos conocerlos a ellos, luego veremos si nos llevan a su casa. -mi corazón se estrujó cuando la pequeña Valentina cuidaba a su hermana de posibles ilusiones.
-Claro que pueden y les daré helado, solo que no coman en los sillones porque Emilio se enoja.- me señaló y ellas se rieron.

-Joaquín será un excelente papá, siempre cuida de todos y es muy bueno dando abrazos- les dije a las niñas.- y siempre ha querido tener a quién cuidar.
Joaquín apretó mi brazo y dijo:
-Cierto, hace seis meses le pedí a santa un regalo y hoy creo que por fin me lo dará.

Ambas niñas lo miran con los ojos muy abiertos. Curiosas e inseguras.

-La navidad pasada, Emilio y yo nos casamos y yo le escribí una carta y le pedí a Santa algo realmente especial-, les dice. -Desee que me dejara ser un buen padre. Él me respondió y me contó sobre dos princesas especiales que no tenían papá. Estaban tristes y la gente las lastimaba. Y yo quería protegerlas y hacerlas felices.-.

Las niñas escuchan con gran atención. El orgullo se apodera de mí por lo bueno que Joaquín es con ellas.

-Me dijo que las princesas eran demasiado especiales, y que un padre no era suficiente para ellos y que por todos los momentos tristes que pasaron, se merecían dos padres-. dice, sonriéndome.

E N T R O P I A - EMILIACODonde viven las historias. Descúbrelo ahora