El reencuentro

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Una monstruosa lluvia había azotado al país de Japón aquella tarde de verano, por lo que Reki había quedado atrapado en el restaurante de Joe juntos a los chicos. Todos se encontraban ahí, menos Langa, quién al parecer tenía que atender un asunto familiar urgente.

El Kyan miraba, a través de las ventanas del local, las gotas estrellarse contra el vidrio, esperando que pronto se calmara para irse a su casa. Estaba tan absorto en sus pensamientos que no había notado los rostros de preocupación de sus amigos.

—¿Deberíamos decirle? —Preguntó Shadow, a lo que tanto Cherry como Joe lo miraron, negando con la cabeza. —No es justo para él no saber lo que Langa...

—Eso es asunto de ellos, no de nosotros. —Interrumpió Cherry, con una cara de decepción. Todavía recordaba aquel momento en que atrapó a Langa siéndole infiel a Reki. De tan solo recordarlo le daban nauseas.

Joe suspiró, puesto que veía como el Kyan estaba muy ocupado pensando en cómo llegar a su casa sin mojarse tanto, mientras que Langa estaba en quién sabe dónde con Adam, ignorando el hecho de que Reki era su pareja y no se merecía aquello.

Miya se mantuvo con la mirada agachada y sin hablar. En esos momentos quería golpear a Langa, pero sabía que eso no serviría de mucho, y que lo único que podía hacer era prestarle un hombro a Reki para llorar cuando se enterara de la cruda verdad. Él, más que nadie, se había emocionado de ver como sus dos mejores amigos eran novios, pero toda emoción se esfumó al escuchar, con sus propios oídos, como Langa le decía que quería terminar con Reki.

—¿Acaso estás bromeando? Tus bromas son...

—No, Miya, no estoy bromeando. —El rostro del canadiense transmitía seguridad y tristeza al mismo tiempo. —Yo me equivoqué al pensar que estaba enamorado de Reki.

Enfurecido, Miya azotó su mano derecha sobre la mesa, asustando a la mayoría de los clientes que se encontraban comiendo en el restaurante de Joe.

—Haz lo que quieras, pero yo estaré siempre de lado de Reki.

Y así fue que Miya se había distanciado de Langa, confundiendo al Kyan, pues él no tenía ninguna idea del porque sus amigos ya no hablaban tanto con Langa. Aun así, Reki ignoró aquello, al igual que ignoraba aquellas señales rojas de infidelidad por parte de Langa.

"Langa nunca sería capaz de eso". Era lo que siempre decía Reki para excusar el comportamiento de Langa. Incluso su familia había notado aquel cambio en Langa, pero no quisieron entrometerse por temor a decir algo indebido.

—Oh, la lluvia ya paro. —dijo Reki, tomando sus cosas antes de abrir la puerta del local. —Joe, gracias por la comida, nos vemos después chicos. —Se despidió el Kyan, dirigiéndose hacia su casa sin escuchar respuesta alguna de sus amigos.

"Es mejor que él se dé cuenta solo". Fue el pensamiento que pasó fugazmente por la mente de todos.

Tarareando la canción favorita del Hasegawa, Reki caminaba y saltaba los charcos de agua que se habían formado como consecuencia de la lluvia. Iba feliz rumbo a su hogar, pero aquel timbre de su celular lo hizo parar.

"Langa". Al leer aquella palabra, el rostro del Kyan se iluminó aún más, atendiendo la llamada de su novio.

—¿Langa? ¿Qué pasa? Me dijiste que tenías que atender un asunto familiar importante. —Habló Reki, esperando que el peliazul le contestara, sin embargo, sus preguntas fueron ignoradas.

—Reki, necesito verte. —Aquella frase tuvo dos significados, mientras que Reki pensaba que el Hasegawa lo extrañaba, Langa pensaba en romper con Reki lo más pronto posible. —¿Puedes ahorita?

Reki asintió con su cabeza, como si el Hasegawa lo pudiera ver. —¡Si! ¿Dónde nos vemos?

—En el parque de siempre. —Respondió el canadiense.

—Te veo allá. —Sin decir algo más, la llamada fue cortada por el Hasegawa, haciendo que un sentimiento de confusión y de miedo se quedara en el corazón de Reki. —Yo también te extraño. —Susurró Reki para sí mismo, aun teniendo el celular pegado a su oreja, tratando de ignorar el hecho de que Langa ya no lo escuchaba.

Reki se dirigió a aquel parque que se había vuelto un lugar especial para Reki, pues aún recordaba las veces en que se divertía con Kazu, su amigo de la infancia, y que ahora se divertía con Langa, su primer y único amor, aunque esto último no sería del todo cierto.

—¡Langa! —Gritó Reki a lo lejos mientras saludaba con su mano a Langa. El Hasegawa ni se molestó el levantar su mano, simplemente miró al Kyan correr para llegar hasta él. —¿Esperaste mucho? —El Kyan se acercó al Hasegawa para depositar aquel beso que se había vuelto un hábito para él, pero el canadiense se apartó, dejando a un Reki confundido. —¿Langa?

Quería mantener su sonrisa, pero tras ver la frialdad en la mirada de Langa supo que todas esas señales eran correctas.

—Quiero terminar contigo, Reki. —Sin rodeos, Langa lo dijo, sin tener una pizca de amor o de empatía por el pelirrojo.

Reki agachó su cabeza, repitiéndose lo tonto que había sido en creer que todo estaría bien entre ellos, volviendo a dejar que su autoestima cayera hasta el suelo.

Reki era un don nadie, como le había dicho Adam, y Langa era un ser perfecto que no debía de convivir con los mortales como lo era Reki.

—Langa debe estar con alguien de su misma altura, de su mismo nivel. —Le había dicho Adam en una de tantas ocasiones. Lo quiso ignorar, pero sabía que aquello se había quedado pegado en su mente, inconscientemente.

Reki no pudo evitar derramar lágrimas frente al Hasegawa, quien ni se había inmutado tras ver como aquellas gotas de agua salían de los ojos del Kyan.

—Lo siento, Reki, pero Adam...

No quería escucharlo. No quería saber cómo el amor de su vida se excusaba y hablaba de alguien más frente a él. Simplemente no lo soportaba.

—Lo sé, lo sé. —Era lo que Reki repetía una y otra vez. Claro que sabía que la única persona que podía estar a la altura de Langa era Adam, quien se había vuelto su maestro de skate desde hace 2 meses. Claro que sabía que aquellas "juntas familiares" no eran más que excusas para verse con Adam. Claro que sabía que Langa le era infiel, pero no quería aceptarlo.

No quería soltar la mano de Langa.

—Yo... —Quería retener a Langa, aunque eso sonara egoísta. Estaba dispuesto a mandar su dignidad a la basura. Estaba dispuesto si tan solo aquella voz no lo hubiera detenido.

—¿Reki? —Tanto Langa como Reki voltearon para ver como aquel chico pelimorado los veía sorprendidos. —¿Reki, realmente eres tú?

—¿Kazu?

Langa se sentía perdido. ¿Quién era aquel chico que le hablaba con tanta confianza a Reki? Sin notarlo, bufó molesto.

Kazu sabía que había interrumpido en un mal momento, pero no podía ignorar las lágrimas y el rostro de dolor de su querido amigo, por lo que, jalando el brazo de Reki, lo cubrió con su paraguas mientras le tendía un pañuelo.

Kazu había regresado para darle una lección a Langa y para volver a instalarse en el corazón del Kyan.

—He vuelto, Reki.

...

Escribí esta historia para quitarme el mal sabor de boca de ver como Langa rompía su promesa con Reki para volver a patinar con Adam ... simplemente me duele ver a Reki sufrir, por lo que quise darle una lección a Langa con esta historia.

Si está historia tiene mucho apoyo, la continuaré.

Espero que les haya gustado este capítulo y recuerden seguirme en mis redes sociales: Wattpad y AO3 (BJ_Ross), Twitter (vi_verse) e Instagram (ross.zie).

Mi ex novio (SK8)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora