—Y no olvides de llamarme cuando llegues. —dijo la castaña, abrazando por última vez antes de que su hijo se subiera al avión rumbo a Londres, Inglaterra.
Langa asintió. —Estaré bien, madre. —No quería preocupar demasiado a su madre, por lo que quería verse como alguien maduro. Hasegawa desvió la mirada hacia Reki, quien estaba detrás de la mujer, mirándolo con una amplia sonrisa.
Langa se iría a Londres por todo un año, y no lo vería hasta que el canadiense tuviera un pequeño descanso entre los entrenamientos.
—Reki. —lo llamó el peliazul, abrazando con fuerza al muchacho de cabellos rojizos. Sabía que Reki lo apoyaba, pero deseaba poder meter a Reki dentro de la maleta y llevárselo con él a Londres, pero no quería asustar a Reki con sus ideas enfermas.
—Espero que no me dejes en visto como antes. —Reki se burló de aquello, ya que sabía que el canadiense aún se lamentaba el cómo se había comportado anteriormente con Reki, cuando estaban en una relación. Reki le había dicho que lo olvidara, que era parte del pasado, pero Langa se seguía torturando con eso.
Langa bufó molesto. —Reki, fui muy estúpido. —Reki rió. Lo sabía. No había necesidad de que Langa lo dijera.
—Ya duró bastante el abrazo. —dijo Kazu, rompiendo el ambiente que se había formado en torno a los chicos. Langa lo miró molesto, pero después sonrió. —No te preocupes tanto, Reki estará en buenas manos... en mis manos. —Kazu se burló.
—Ni creas que la tendrás fácil.
—Nunca dije que sería fácil, y más si eres tú mi rival. —Kazu no abrazó al canadiense, pero le deseo lo mejor en su viaje.
Miya, Cherry, Joe y Shadow también habían ido al aeropuerto para despedir al chico de cabellos celestes, esperando que cumpliera sus sueños en Europa.
—Me traes recuerdos. —le dijo Shadow, esperando que el despistado de su amigo no se olvidara de él. —Comida no, porque te lo comerás en el vuelo. —Langa sonrió. Shadow lo conocía muy bien.
—Ni se te ocurra comer pesado en el avión —habló Joe —, te caerá mal la comida.
—Lo dice por experiencia propia. —prosiguió Cherry, a lo que el peliverde lo miró molesto por haber revelado ese secreto. —Se mareó en pleno vuelo y vomitó encima de la mujer con la que estaba coqueteando.
—¡Cherry! —Joe chilló.
—A mi no me traigas recuerdos —le dijo Miya, a lo que Langa lo miró con confusión —, porque yo también iré a Londres a competir, te lo prometo. —Miya juró aquello. Langa no sería el único que triunfaría en el mundo del skate.
—Estaré esperándote.
Todos se abrazaron, como la familia que eran. No querían llorar, porque sabían que esto no era un adiós definitivo.
Como la despedida entre los chicos había durado bastante, Adam tuvo que jalar a Langa de los hombros, ya que debían de irse en esos momentos si querían llegar a Londres con la luz del día.
—¡Te amo, Reki! —gritó Hasegawa, sin importarle las miradas de las personas en él. Reki solo alzó su mano y se despidió de él.
Tras diez minutos de espera, todos vieron como el jet privado de Shindo despegaba y se iba volando rumbo a Europa, el continente que esperaba por Langa Hasegawa.
—Deja de moverte tanto. —Adam regañó a Langa, puesto que le había fastidiado ver y escuchar el rechinido del asiento cada que Langa se movía, puesto que el menor no encontraba la posición cómoda para descansar.

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Mi ex novio (SK8)
Historische RomaneParecía que todo iba bien en la relación de Reki y Langa. Ambos se apoyaban, compartían buenos momentos juntos e incluso se tenían bastante confianza, pero Reki había ignorado aquellas señales rojas que se le presentaban frente a sus ojos. -Langa nu...