–No sé por donde empezaremos, nunca he buscado a alguien que no he visto jamás, no tenemos un nombre, un lugar o cualquier otra cosa que nos ayude a encontrarla-exasperé haciendo un puchero.
–Hay que comer primero, después pensamos por donde empezar-respondió entregándome una caja de leche de chocolate y un emparedado–te tienes que alimentar bien, incluso mejor que las veces anteriores-recalcó.
–Ya lo sé mamá-me burlé de ella, de todas maneras estamos solas, a esta parte del colegio nadie viene.
–Tal vez en algún momento me llames así pero en otras circunstancias-sonrió de lado y yo me ruborizé «a ella le encanta hacer comentarios en doble sentido, si tan solo supiera lo que causa en mi los dejaría de hacer».
–¡No digas esas cosas!-chillé y volteé el rostro para no mirarla, me abrazó por la cintura y apoyó su barbilla en mi hombro.
–Perdóname Chae, solo era una broma-musitó cerca de mi cuello provocándome un escalofrío, me giré para encararla pero me arrepentí al instante, nuestros rostros quedaron demaciado cerca, un mínimo movimiento y podría rozar sus labios.
–Y-yo...n-no tienes de qu-que preocuparte-tartamudeé y tragué fuerte por la vergüenza, pero en ningún momento me moví de mi lugar.
–Eres hermosa-sonrió y acarició mi mejilla con una de sus manos, yo mordí mi labio inferior y prácticamente dejé de respirar.
Eliminó la mínima distancia que nos separaba, mi corazón retumbaba en todo mi cuerpo con cada roce, las mariposas de mi estómago tenía armada una fiesta en este momento. Era un beso diferente a los otros, se tomaba el tiempo de mover sus labios despacio, con dulzura, probando cada centímetro que podía. Se separó un poco dejando nuestras frentes unidas, manteniendo sus ojos cerrados y una gran sonrisa.
–Mejor comemos ya o no tendremos tiempo-habló volviendo a su lugar.
–Sí, ya casi toca la campana-le di una mordida al emparedado «ignorar lo que hicimos tal vez no sea la mejor idea, pero yo tampoco estoy preparada para hablar de eso, aún no».
Al terminar las horas escolares fuimos a mi casa y nos cambiamos de ropa, decidimos ir casa por casa preguntando si alguien sabía de algún bebé abandonado en este lugar hace 16 años o algún indicio de alguien que nos pudiera ayudar, pero cada pista siempre terminaba en un callejón sin salida. Después de algunas horas regresamos a la mansión encontrándome con mi madre en la sala.
–Fuimos con cada una de las familias del condominio pero nadie sabe nada, las otras chicas en aquel entonces eran solo unas niñas-me quejé sentándome a su lado.
–La mayor en aquel entonces era la hija de los Bae, hace más de 16 años que no la veo, la última vez fue unos meses antes de que llegaras a nuestras vidas, al parecer no se llevaba bien con sus padres porque hasta la calle se escucharon los gritos-contó mi madre con una expresión triste.
–Quizás esto te pueda ayudar-papá se unió a la conversación y me entregó una manta de bebé–esa era la que tenías cuando te encontramos, tiene las iniciales de alguien, eso es otra pista ¿cierto?
–Lo es, gracias por apoyarme en todo, los amo-los abrazé–¿B.J.?-pregunté al leer el bordado.
–Sí, además son las iniciales de la chica, Bae Johyung-confirmó mamá.
–Pero creo que deberíamos hablar primero con el guardia del condominio de ese momento para saber si vio o escuchó algo, no podemos simplemente llegar a casa de los Bae y hacer una pregunta como esa, aunque es la mayor pista que tenemos aún era una niña en ese entonces-después de todo Lisa tiene razón, esa sería una ofensa muy grande.
–Eso lo harán después, ahora cojan sus cosas y suban al auto-la familia había organizado una tarde en la casa del lago, siempre fue nuestro lugar favorito.
Durante el viaje mis padres se la pasaron haciendo anécdotas de cuando éramos pequeños, escuchando sus canciones antiguas y haciéndonos reir por las muecas que hacían cuando cantaban. Además de escuchar a mis hermanos pelear por quien entraría primero al lago, yo les diría que ambos pueden entrar al mismo tiempo pero es demaciado divertido verlos discutir por tonterías. Por otro lado Lisa no dijo una sola palabra en todo el camino, solo se dedicaba a jugar con mi mano y a entrelazar nuestros dedos poniéndome ligéramente nerviosa.
Cuando llegamos papá estacionó al frente de la cabaña, sacamos las bolsas del auto y las dejamos en las habitaciones y las cosas de comer en la cocina. Nos cambiamos la ropa por los trajes de baño y bajamos a la sala.
–Yo llegaré primero al lago-algó Tae.
–Claro que no, la primera seré yo-se burló Nay.
–Lo siento niños ustedes no serán-se disculpó Lisa y todos la miramos sin entender a que se refería–porque primero tendrán que alcanzarnos-concluyó tomándome de la mano y echándose a correr.
–¡Eso es trampa, no se vale!-se quejó Taeyoung persiguiéndonos.
–¡Ustedes ni siquiera estaban jugando, deténganse ya!-vociferó Nayeon corriendo junto a su gemelo.
–¡Niños no corran que se pueden caer!-regañó nuestra madre riendo mientras caminaba con papá tomados de las manos en nuestra dirección.
Al llegar a la orilla rápidamente nos quitamos las sandalias y nos lanzamos al agua, unos minutos después se nos unieron mis hermanos y empezó su venganza en nuestra contra, nos salpicaban y empujaban intentando undirnos, pero no se la dejamos fácil. Después de un rato nos cansamos y fuimos junto a mamá y papá para comer y descansar.
–Estos niños nunca van a cambiar-comentó nuestra mayor.
–Ya no somos pequeños ma-reclamó Tae.
–¿Cómo puedes decir eso? me siento herido-papá tocó su pecho haciéndose el ofendido, cada vez que hacía eso era para que lo abrazáramos, y así lo hicimos–Ven, siguen siendo mis princesas y mi caballero, al final no han crecido tando.
–Además aunque sean hombres y mujeres y tengan hijos, nietos o lo que sea, mientras vivamos aún seguirán siendo nuestros niños-al terminar nos fundimos en un abrazo grupal, pero mamá se separó un poco y la miramos, tomó a Lisa del brazo y la unió a nosotros–ahora si estamos completos-comentó y todos reímos.
«Definitivamente tengo a la mejor familia del mundo».
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Una última esperanza (Chaelisa)
Teen FictionY tú ¿crees en los milagros? Si es así o no te invito a leer mi historia, me ilusioné y perdí la fe en muchas ocasiones; decepcioné y herí a las personas que amo al mismo tiempo que las hacía felices; caí y me levanté permaneciendo en el suelo a vec...