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El sonido estrepitoso de la alarma se escuchó por toda la habitación haciéndome despertar y apagarla rápidamente «no quiero por nada del mundo que mi chica se despierte de esa forma», me incorporé un poco apoyándome en mi brazo derecho y acerqué mi rostro al suyo, acaricié su mejilla con mi mano izquierda y besé sus labios delicadamente.

–Despierta mi bella durmiente-susurré y volví a besarla, una sonrisa apareció en sus labios y luego abrió los ojos.

–Podría jurar que a la bella durmiente la despertó una princesa hermosa y no un príncipe azul-musitó levantando un poco la cabeza y capturando con sus labios los míos–Me encantaría despertar así hasta el último día de mi vida.

–A mi también, pero ahora tenemos que vestirnos para ir a ver al señor Yang, además ya nos deben estar esperando para desayunar-me puse de pie tirando de ella pero es mucho más fuerte que yo y logró que cayera sobre su cuerpo sujetándome por la cintura y atacó mis labios.

–Creo que sería mucho mejor que nos quedáramos aquí en la cama juntitas, haciéndonos mimitos y dándonos muchos besitos-hizo boca de patito y yo reí «la amo tanto, mi pequeña gatita hermosa», dejé un corto beso en sus labios y aproveché para soltarme.

–Suena muy tentador pero ya tendremos mucho tiempo para eso, ahora nos esperan-la jalé con más fuerza esta vez consiguiendo levantarla, nos adentramos en el baño y aún ahí intentaba que renunciara a la idea de salir de la cama de una manera bastante provocativa.

Bajamos las escaleras tomadas de la mano y con una sonrisa que no nos cabía en la cara, llegamos al comedor y tomamos asiento con la mirada interrogante de mi bella familia sobre nosotras.

–Al parecer ya resolvieron sus problemas, se demoraron mucho después de que sonó la alarma-bromeó mi hermano ganándose un golpe de la pequeña–pero ¿por qué siempre me pegas?

–Porque nunca sabes mantener la boca cerrada idiota-le aclaró haciendo una mueca y después nos miró sonriente–me alegro mucho por ustedes, realmente ya no soportaba la cara larga de mi hermana en estos días y tampoco quería tener otra cuñada a parte de Lisa-se encogió de hombros.

–¿Qué planes tienen para hoy?-inquirió mamá bebiendo de su jugo.

–Ir a casa del señor Yang y contarle todo lo que pasó en estos tres meses-contesté poniendo nuestras manos unidas sobre la mesa.

–Come un poco de esto cariño-besó mi mejilla dejando algunas fresas con chocolate frente a mi, le sonreí dejando un beso en sus labios.

–¡Hay Dios pero que empalagosas, me van a salir caries de solo verlas!-se quejó Tae haciendo gestos exagerados con las manos «tan dramático como siempre mi hermanito, si no estuviera tan feliz ya lo hubiera golpeado».

–Veremos si te quejas igual cuando seas tú el que esté así con cierto galleto pelinegro-dijo Lisa con toda la intensión del mundo haciéndolo sonrojar «mi chica tada inteligente y malvada, la amo mucho, mucho».

–Epa, epa ¿de qué pelinegro están hablando?-indagó mi padre curioso.

–Del hermano de Rosie, Jungkookie-Nay remarcó el apodo haciendo que el rubor de mi hermano creciera aún más.

–Bueno familia, muy entretenida la conversación pero ya nos tenemos que ir, que aún no he preparado mi maleta para mañana-me despedí de ellos y fuimos a casa del señor Yang.

Al llegar nos recibió con un fuerte abrazo y dos tazas de chocolate caliente, le contamos todos los avances de nuestra investigación y que ya teníamos un donante. Al regresar a casa preparé todas mis pertenencias y las de Lisa «ya que insistió en que se quedaría en el hospital cuidando de mi». Esa noche todos nos fuimos a dormir temprano y a la mañana siguiente nos levantamos con la salida del Sol y después de desayunar nos dirigimos al hospital donde mi tío Ten ya nos estaba esperando y nos guió a mi habitación y nos instalamos.
Un par de horas después ya habían empezado con los sueros y medicamentos para estabilizar un poco mi sistema, de más está decir que tendría una dieta por mínimo un mes de purés y cosas batidas. La noche fue incómoda, Lisa no se podía acostar conmigo porque la cama es muy pequeña y las mangueras y cables no ayudaban mucho, mis padres regresaron a la casa no sin antes asegurar que regresarían a primera hora del día siguiente, así llegó el miércoles entre visitas de todos mis familiares, incluso mis abuelos que viven lejos vinieron a verme, tenía más energía que antes y no había vomitado lo que comía en ningún momento pero no me dejaban levantarme de la cama y eso me molestaba mucho, por suerte Lisa está aquí para hacerme sentir bien.

–¿Estás lista para la operación?-entró mi tío a la habitación donde solo se encontraban mis tres padres y mi chica.

–Desde hace mucho-contesté con una sonrisa y él asintió.

–Bueno, les explico en que consiste el prodecimiento, se extraen las células madre de la columna de Soobin y se implanta en la columna de Rosé, la intervención no durará más de hora y media, pero al salir tendrá que estar aislada para evitar cualquier complicación en su recuperacíon, solo podrán visitarla de uno en uno y con los trajes correspondientes-explicó y todos asintieron–Ahora les pido que se retiren y tú sobrina ponte la bata, Lili ayúdala por favor, dentro de unos minutos vendrán a buscarte para llevarte al quirófano-informó y se retiró, mis padres besaron mi frente y me dijeron que todo saldría bien, se retiraron de la habitación y Lisa me ayudó a vestirme dejando un pequeño beso en mis labios para retirarse también, dos enfermeros vinieron a buscarme y me llevaron al salón de operación donde me esperaba mi tío ya vestido para la ocasión–Contaremos hasta diez cariño y te quedarás dormida, uno..dos-acercó una mascadilla hasta mi rostro y mi vista se empezó a nublar–..cinco, seis-las palabras se iban haciendo cada vez más lejanas y mis ojos pesados–..ocho..nueve-y se cerraron por completo.

Mis ojos se abrieron observando con pesadez la habitación, suspiré y sonreí «ya todo había terminado, solo quedaba la parte más fácil» la puerta se abrió y una Lisa cubierta de pies a cabeza apareció frente a mi y se sentó a un lado de la cama.

–Creo que aún me debes una respuesta-comentó mi chica sonriente besando el dorso de mi mano aún con la mascarilla puesta, reí entrelazando nuestros dedos y conecté mis ojos con los de ella.

–Creí que ya había quedado claro, pero si no es así aquí va mi respuesta-bromeé–Sí quiero ser tu novia Lalisa Manoban, quiero estar contigo hasta que la vida nos lo permita, quiero que estemos juntas en las buenas y en las malas, formar una familia, claro, si tú quieres-solté una carcajada y ella me siguió–Te amo Lili.

–Y yo te amo a tí Rosie.

Fin

Holis🙋.
Aquí el final de esta hermosa historia, intentaré publicar el epílogo mañana. Los amo😍😘.

Byebye🙋.

Una última esperanza (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora