Capítulo 15. La profecía de Trelawney

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La euforia por haber ganado la copa de quidditch le duró a Gryffindor al menos una semana. Incluso el clima pareció celebrarlo. A medida que se aproximaba junio, los días se volvieron menos nublados y más calurosos, y lo que a todo el mundo nos apetecía era pasear por los terrenos del colegio y dejarnos caer en la hierba, con grandes cantidades de zumo de calabaza bien frío, o tal vez jugando una partida improvisada de gobstones, o viendo los fantásticos movimientos del calamar gigante por la superficie del lago.

Pero no podíamos hacerlo.

Los exámenes se nos echaban encima y, en lugar de holgazanear, los estudiantes teníamos que permanecer dentro del castillo haciendo enormes esfuerzos por concentrarnos mientras por las ventanas entraban tentadoras ráfagas de aire estival. Incluso se había visto trabajar a Fred y George Weasley. Estaban a punto de obtener el TIMO (Título Indispensable de Magia Ordinaria). Y Percy se preparaba para el ÉXTASIS (EXámenes Terribles de Alta Sabiduría e Invocaciones Secretas), la titulación más alta que ofrecía Hogwarts. Como Percy quería entrar en el Ministerio de Magia, necesitaba las máximas puntuaciones. Se ponía cada vez más nervioso y castigaba muy severamente a cualquiera que interrumpiera por las tardes el silencio de la sala común de Gryffindor.

Casi acabo más de una vez en el despacho de McGonagall, por haber entrado en la sala común haciendo "demasiado ruido" si no fuera gracias a Harry, Ron y Ginny que convencieron a Percy de que aquello era una completa tontería.

Y aun así, había una persona que parecía estar más nerviosa que Percy, y esa era Hermione.

Harry y Ron habían dejado de preguntarle cómo se las apañaba para acudir a la vez a varias clases, pero no pudieron contenerse cuando vimos el calendario de exámenes que tenía. La primera columna indicaba:

LUNES

9 en punto: Artimancia

9 en punto: Transformaciones

Comida

1 en punto: Encantamientos

1 en punto: Runas Antiguas

-¿Hermione? Eeeh... ¿estás segura de que has copiado bien el calendario de exámenes?-dijo Ron con cautela, porque aquellos días saltaba fácilmente cuando la interrumpían.

-¿Qué? Claro que lo he copiado bien-dijo Hermione bruscamente, cogiendo el calendario y observándolo.

-¿Serviría de algo preguntarte cómo vas a hacer dos exámenes a la vez?-le dijo Harry.

-No. ¿Habéis visto mi ejemplar de Numerología y gramática?-respondió brevemente.

-Sí, lo cogí para leer en la cama-dijo Ron en voz baja.

Hermione empezó a revolver entre montañas de pergaminos en busca del libro. Entonces se oyó un leve roce en la ventana. Hedwig entró aleteando, con un sobre fuertemente atenazado en el pico.

-Es de Hagrid. La apelación de Buckbeak se ha fijado para el día 6-indicó Harry, al abrir el sobre.

-Es el día que terminamos los exámenes-observé.

Hermione seguía buscando el libro de Artimancia.

-Y tendrá lugar aquí. Vendrá alguien del Ministerio de Magia y un verdugo-dijo Harry.

Hermione levantó la vista de repente.

-¡Traen a un verdugo a la sesión de apelación! Es como si ya estuviera decidido-exclamó sobresaltada.

-Sí, eso parece-dijo Harry pensativo.

-¡No pueden hacerlo! ¡He pasado años leyendo para su defensa! ¡No pueden pasarlo todo por alto!-gritó Ron.

La Chica Muggle //3// (Draco Malfoy y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora