Capítulo 6. El boggart del armario

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Esa fue la noche más rara de toda mi vida. Tuve que quedarme en una camilla contigua a la de Malfoy, pues por intentar salvarle la vida me llevé un par de costillas rotas y una herida leve en la pierna.

*Hayley: 6    Malfoy:4*

Pansy Parkinson estuvo besando el rostro y el brazo herido del platinado durante todo el tiempo que estuvo en la enfermería, hasta que la enfermera Pomfrey la echó de allí por insoportable. También vinieron a verme algunos de los Weasley, Harry y Hermione, al igual que Theo y Blaise, que hablaron durante un rato con Malfoy. Pero aún así todos tuvieron que irse.

Debería darme asco y repugnancia dormir cerca del Slytherin, pero por alguna razón no era eso lo que me hacía sentir. Creía que su compañía acabaría con mi paciencia, sin embargo, resultó ser, que si no hablaba, podía llegar a ser hasta agradable.

Narra Draco

Aquella noche pensé que, al pasarla cerca de la azabache, no podría soportarla. Pero al contrario de mis suposiciones resultó ser que, si no hablábamos, su compañía podía llegar a ser hasta agradable.

Por cómo me han educado mis padres debería darme asco estar cerca de una sangre sucia y más pasar la noche en una misma sala, y sin embargo todavía no nos habíamos matado mutuamente.

Narra Hayley

La actitud de Malfoy sólo me hacía pensar en una cosa: ¿Quién es Draco Malfoy de verdad, el Slytherin arrogante que insulta a todo aquel que se cruza en su camino o aquel chico amable que se preocupaba por mí en el compartimento del tren?

*¿Y yo por qué me pregunto esto?*

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No fue hasta la última hora de la mañana del jueves que la señora Pomfrey nos dio el alta. La enfermera me había puesto una venda alrededor de mi abdomen, y la herida de mi pierna ya estaba curada y no había dejado cicatrices.

El camino hacia las mazmorras fue incómodo, pues los pasillos estaban desiertos y ninguno hablábamos.

Entramos a mitad de la clase doble de Pociones junto a Gryffindor, que duraba dos horas. El rubio entró con aire arrogante en el aula, con el brazo derecho en el cabestrillo y cubierto de vendajes, comportándose como si fuera el heroico superviviente de una horrible batalla.

*Si le hubieran visto como se quejaba de dolor cuando le intentaban curar...*

-¿Qué tal, Draco? ¿Te duele mucho?-dijo Pansy Parkinson, sonriendo como la tonta que es.

-Sí-dijo Malfoy, con gesto de hombre valiente. Pero vi que guiñaba un ojo a Crabbe y Goyle en el instante en que Pansy apartaba la vista.

-Sentaos-nos dijo el profesor Snape amablemente.

Me aproximé a sentarme al lado de Harry y Ron, pues eran las primeras personas que había visto al entrar. Intenté no hacer una mueca de dolor al sentarme, pues todavía me dolía.

Sabía que si hubiera sido Harry, Ron, Hermione o cualquiera de Gryffindor los que llegaran tarde, Snape los abría castigado a quedarse después de la clase.

Aquel día elaborábamos una nueva pócima, una solución para encoger. Malfoy colocó su caldero a lado del de Harry, Ron y él mío.

*¿Qué tramas, Malfoy?*

-Profesor, necesitaré ayuda para cortar las raíces de margarita, porque con el brazo así no puedo-dijo Malfoy con un tono encantador es su voz y una bonita sonrisa llena de malicia.

La Chica Muggle //3// (Draco Malfoy y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora