Capítulo 20. El giratiempo

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-Asombroso. Verdaderamente asombroso. Fue un milagro que quedaran todos con vida. No he oído nunca nada parecido. Menos mal que se encontraba usted allí, Snape...-dijo el ministro de Magia.

-Gracias, señor ministro-respondió el profesor Snape.

Mis párpados parecían demasiado pesados y cansados.

-Orden de Merlín, de segunda clase, diría yo. ¡Primera, si estuviese en mi mano!-exclamó Fudge.

-Muchísimas gracias, señor ministro-volvió a agradecer Snape.

Noté que alguien ponía en mi frente el torso de una mano. Cuando abrí los ojos vi la dulce sonrisa de la señora Pomfrey.

-Tiene ahí una herida bastante fea. Supongo que fue Black-observó el ministro, señalando la frente de Snape.

-En realidad fueron Potter, Weasley y Granger, señor ministro-especificó Snape, con rencor en su voz.

-¡No!-exclamó Fudge exageradamente.

-Black los había encantado. Me di cuenta enseguida. A juzgar por su comportamiento, debió ser un hechizo para confundir. Me parece que creían que existía una posibilidad de que fuera inocente. No eran responsables de lo que hacían. Por otro lado, su intromisión pudo haber permitido que Black escapara... Obviamente, creyeron que podían atrapar a Black ellos solos. Han salido impunes en tantas ocasiones anteriores que me temo que se les ha subido a la cabeza... Y naturalmente, el director ha consentido siempre que Potter goce de libertad excesiva-dijo Snape.

-Bien, Snape. ¿Sabe? Todos hacemos un poco la vista gorda en lo que se refiere a Potter. En cuanto a la señorita Smith, ¡es increíble que una bruja de su edad haya logrado conjurar un patronus corpóreo! ¡Y además uno múltiple! Desde luego esa chica tiene algo especial-me alagó exageradamente el ministro Fudge.

-También lo creo. Pero, ¿es bueno para Potter que se le conceda un trato tan especial? Personalmente, intento tratarlo como a cualquier otro. Y cualquier otro sería expulsado, al menos temporalmente, por exponer a sus amigos a un peligro semejante. Fíjese, señor ministro, contra todas las normas del colegio... después de todas las precauciones que se han tomado para protegerlo a él y a la señorita Smith... Fuera de los límites permitidos, en plena noche, en compañía de un licántropo y un asesino... y tengo indicios de que también ha visitado Hogsmeade, pese a la prohibición, y llevándose consigo a Hayley Smith.

Parecía que Snape quería hacerme ver más como una víctima que como otra culpable.

*Realmente tendrá que tenerme cariño, o, tal vez, simplemente me ve como un remplazo. Puede que nunca lo sepa*

-Bien, bien..., ya veremos, Snape. El chico ha sido travieso, sin duda-respondió Fudge, quitándole importancia.

Volví la cabeza hacia el otro lado. Hermione estaba en la cama de la derecha. La luz de la kuna caía sobre su cama. También tenía los ojos abiertos. Parecía petrificada, y al ver que estaba despierta, se llevó un dedo a los labios. Luego señaló la puerta de la enfermería. Estaba entreabierta y las voces de Cornelius Fudge y de Snape entraban por ella desde el corredor.

-¡Ah, estás despierto!-dijo la señora Pomfrey con voz animada.

Caminó hasta la cama de Harry. Llevaba el trozo de chocolate más grande que había visto en mi vida. Parecía un pedrusco. Dejó el chocolate en la mesilla de Harry y empezó a trocearlo con un pequeño martillo.

-¿Cómo está Ron?-preguntamos al mismo tiempo los tres.

-Sobrevivirá. En cuanto a vosotros tres, permaneceréis aquí hasta que yo esté bien segura de que estáis... ¿Qué haces, Potter?-dijo la señora Pomfrey con seriedad.

La Chica Muggle //3// (Draco Malfoy y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora