Capítulo 3. Sirius Black

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Aquella noche la cena resultó muy agradable. Tom, el tabernero, juntó tres mesas del comedor, y los siete Weasley, Harry, Hermione y yo tomamos los cinco platos deliciosos de la cena. De postre pedí varias manzanas verdes. Siempre me habían gustado, pero mi obsesión crecía cada vez más y no sabía su por qué.

—¿Cómo iremos a King's Cross mañana, papá?—preguntó Fred en el momento en que probaba un suculento pudin de chocolate.

—El ministerio pone a nuestra disposición un par de coches—respondió el señor Weasley.

Todos lo miramos.

—¿Por qué?—preguntó Percy con curiosidad.

—Por ti, Percy. Y pondrán banderitas en el capó, con las iniciales «P.A» en ellas...—dijo George muy serio.

—Por «Presumido del Año»—dijo Fred.

Todos, salvo Percy y la señora Weasley, soltamos una carcajada.

—¿Por qué nos proporciona coches el Ministerio, padre?—preguntó Percy con voz de circunstancias.

—Bueno, como ya no tenemos coche, me hacen ese favor, dado que soy funcionario—lo dijo sin darle importancia, pero noté que las orejas se le habían puesto coloradas, como las de Ron cuando se inquietaba.

—Menos mal. ¿Os dais cuanta de la cantidad de equipaje que lleváis entre unos y otros? Que buena estampa haríais en el metro muggle... Lo tenéis ya todo listo, ¿verdad?—preguntó la señora Weasley.

—Ni Ron ni Hayley han metido sus cosas nuevas en el baúl. Ron las ha dejado encima de mi cama—dijo Percy con tono de resignación.

—¿Y tú cómo sabes que no he metido mis cosas?—le dije mirándolo seriamente.

—Tenía que entrar en el cuarto tuyo y de Ginny para una cosa, y simplemente lo vi—dijo con tono firme.

Había hablado con los señores Weasley para poder compartir habitación con Ginny. Cada uno pagaríamos la mitad del coste. Hermione prefirió tener una para ella sola.

—Lo mejor es que vayáis a preparar el equipaje, porque mañana por la mañana no tendremos mucho tiempo—nos dijo la señora Weasley a Ron y a mí, amablemente.

Los dos miramos a Percy con cara de pocos amigos.

Después de la cena me sentía un poco pesada y adormilada. Uno por uno fuimos subiendo las escaleras hacia las habitaciones, para ultimar el equipaje del día siguiente. Mi habitación tenía dos camas, y estaba cerca de la de Ron y Percy. Estaba guardando algunos libros en el baúl cuando oí voces de enfado a través de las paredes.

—Estaba aquí, en la mesita. Me la quité para sacarle brillo—gritaba Percy.

—No la he tocado, ¿te enteras?—gritaba Ron a su vez.

—¿Qué ocurre?—preguntó la voz de Harry.

—Mi insignia de Premio Anual a desaparecido—la voz de Percy sonaba alterada.

—Lo mismo ha ocurrido con el tónico para ratas de Scabbers. Puede que me lo haya olvidado en el bar...—añadió Ron, y se escuchaba cosas caer repentinamente sobre el suelo.

—¡Tú no te mueves de aquí hasta que aparezca mi insignia!—gritó Percy.

Ginny y yo nos miramos y reímos.

Repasando mi lista de las cosas que «Me debo llevar a Hogwarts» noté que me faltaba la chaqueta que traía hoy puesta.

—Ginny, ¿has visto por algún sitio la chaqueta que traía puesta hoy?—le pregunté, mirando mi alrededor.

La Chica Muggle //3// (Draco Malfoy y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora