Estábamos en la cafetería ya que era la hora de descanso, la mayoría de los alumnos estaban ahí comiendo para luego salir un rato al patio para "tomar el sol", como decía una chica que iba conmigo a filosofía, era gracioso ya que ella parecía más un vampiro.Al final mi conciencia no se equivocó, Nate estuvo toda la hora intentando tener algún tipo de conversación conmigo y le acabé diciendo mi nombre por toca pelotas, enserio me sorprendí de cómo no le mande a la mierda como habría hecho con cualquier otra persona.
Sospechoso...
¿Qué quieres decir con eso?
¿Yo? No he dicho nada...
–Creo que el examen de historia me ha salido bien.–Mi amiga interrumpió la pequeña discusión que tenía con mi conciencia.
–Siempre sacas buenas notas asique ni te preocupes.–Le dije yo al no verla tan convencida.
Ella iba a responderme pero se vió interrumpida por la voz de nuestro gran mejor amigo John.–¡Hola preciosura! Y...hola tú.–Asi de cariñoso era conmigo el hijo de su madre.
-Hola Johnny.–Le saludé con una sonrisa falsa. El rubio empezó a reírse y tenía la típica risa que te contagiaba, lo cual nos llevó a mi amiga y a mi empezar a reírnos.
–Sabes que MUY en el fondo te quiero.–Bromeó al mismo tiempo que me daba un abrazo y un beso en la frente, como siempre había hecho desde que éramos pequeños. Iba a darle un abrazo también a nuestra amiga pero no cumplió con su objetivo.–Iba a abrazarte pero uno de tus hermanos me está mirando como si quisiera asesinarme asique mejor me alejo de ti y me siento con la rara.–Dijo Johnny al no querer problemas con los hermanos de nuestra amiga.
–Disfrutas haciéndome bullying, ¿cierto?–Le dije yo con una sonrisa juguetona y se limitó a poner su brazo por encima de mis hombros y atraerme hacia él.
–A veces pienso que sois pareja.–Dijo Daya–nuestra amiga–.Os veríais tan bien juntos.–Los tres nos miramos uno a otro y empezamos a reír.–Nena, si lo que quieres es que montemos un trío deberías de haber empezado por ahí.–Dijo mi amigo con una sonrisa pícara dibujada en su rostro.
–¡Johnny!–Se quejó Daya con las mejillas rojas, era la más inocente del grupo y probablemente la más cuerda de nosotros tres.
–¡Perdón, tengo las hormonas revolucionadas, soy un adolescente!–Se quejó esta vez el chico intentando irritar a Daya. Mientras, yo disfrutaba de aquella escena riéndome por lo bajo.
No mucho después, tocó la sirena que indicaba que iba a comenzar nuestra próxima clase. Al menos tocaba francés y no algo que me diera ganas de irme a casa y dejar los estudios. Mientras nos levantamos de nuestra mesa, se acercó a nosotros Nate.
–¿Sabéis dónde es la clase de francés? Estoy un poco perdido.–Dijo el castaño rascándose la nuca. Yo estaba decidida a ignorarlo pero John se adelantó.–Ellas dos tienen ahora francés asique podéis ir los tres juntos, yo tengo un examen ahora, nos vemos.–Mi amigo se acercó a despedirse de mi repitiendo la misma acción de antes, y no se acercó a Daya debido a que sus hermanos seguían cerca, era un exagerado.
Al entrar a clase de francés, me fuí al fondo de la clase como siempre y cuando me senté, vi a Nate a mi lado y bufé en forma de fastidio. Unos minutos después entró Gael y me fastidió el doble que Nate estuviera a mi lado porque Gael se solía sentar conmigo y a pesar de todo, era un buen chico y que, sin duda, me caía mejor que Nate. Pero me sorprendí cuando me sonrió de lejos y se sentó con Daya con mucha emoción reflejada en la cara.
Algo me decía que este chico estaba coladito por nuestra amiga y nos usaba de cebo.
Si va a ser como tiene que ser con Daya, que me usara de cebo las veces que quisiera.
–Creo que a tu novio no le ha gustado que me sienta a tu lado.–Dijo Nate con una mueca en la cara mientras miraba a Gael.
Solté una carcajada al ver la forma en la que había llamado a Gael.–Ese chico no es mi novio.–Le dije, girandome en su dirección por primera vez en lo que llevábamos de clase.
–Entonces, ¿Quién es tu novio?
Pero que directo que es este chico, apuesto que es Géminis.
Déjate de horóscopos, además, ¡Yo soy Géminis!
–No tengo novio.–Al menos no en esta realidad... Respondí esperando ver alguna reacción de su parte. Y al segundo después de terminar de hablar, vi en su rostro una sonrisa de victoria. Que ingenuo que era, que se pensaba que por no tener pareja el tendría vía libre.
–Yo tampoco tengo novia.–Se apresuró a decir cuando se dio cuenta de que lo miraba a la espera de alguna respuesta de su parte. Yo, al contrario que él, solo me limité a sonreír y volver a prestar atención a la clase mientras sentía su mirada en mi.
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Realidad Deseada
Teen FictionUna chica se ve atrapada en su realidad deseada, donde todo es como ella quiere que sea. Conoce a distintas personas, en especial, un chico que le marcará de por vida incluso siendo consciente de que es producto de su imaginación. Esta es la histori...