–¿Jack?Me quedé en shock, la última vez que nos vimos fue hace una semana, aquella noche en mi habitación cuando quiso meterse en mis asuntos. Desde esa noche, siempre que llegaba a casa veía la luz de su habitación encendida pero no le daba importancia.
–¿Te estás divirtiendo?–Me preguntó señalando con la cabeza al chico que antes se estaba acercando a mi pero se había parado al ver a Jack conmigo.
–Si y mucho, ¿se puede saber qué haces tú aquí?–No lo preguntaba en plan grosero, simplemente me extrañaba porque se supone que el no conoce bien el pueblo como para venirse a este club que está a media hora de casa.
–Vengo a disfrutar como todos pero tú te estás pasando de la raya.–Dijo refiriéndose de nuevo al otro chico que seguía mirándonos no muy lejos de nosotros.
–¿Y a ti que más te da?–Pregunté, perdiendo la paciencia.
Había tomado un par de tragos de más, llevaba toda la noche ahí depie y encima había perdido a Daya, no estaba de humor para idiotas como él. Jack iba a responder pero una voz grave y ronca lo interrumpió.
–¿Hay algún problema aquí?–Al girarme, me quedé más en shock, era el mismo chico de antes, el cual pensaba que ya se había ido.
–No.–Respondió Jack con un humor de perros y cara de pocos amigos pero el chico, lejos de sentirse mal, le sonrió de manera exagerada.
Dirás falsa.
También.
–Tío, la estás incomodado y si tú intención es llevarla a la cama ya ves que no ha funcionado el plan, asique vete.–Osea que se había acercado pensando que me estaba acosando.
En nuestra vida hemos encontrado a un chico así.
Ignoré a mi conciencia y decidí hablar para dejar las cosas claras:–No me está acosando, es mi primo, pero sí que es verdad que me está incomodado porque el hecho de ser familia no le da derecho a meterse en mi vida.–Mencioné eso último mirando a Jack.
–En ese caso,–volvió a hablar el chico,–os dejo tranquilos–dijo levantando ambas manos,–aunque cualquier cosa estoy en esa mesa.–Me dijo señalando el mismo sitio en el que estaba sentado antes, yo asentí pensando que no volvería a verlo jamás pero a ambos nos sorprendió lo que dijo Jack a continuación.
–No hace falta, ya me voy yo que por lo visto solo vengo a entrometerme en la vida de otros.–Soltó indignado, mirandome y se fue pretendiendo que yo fuese detrás de él, menudo iluso.
–Noah.–Me dijo el chico extendiendo la mano hacia mi, dejando atras lo que acababa de pasar.
–Nadia.–Dije estrechándole la mano.
–Nadia.–Repitió mi nombre y juro que nunca me había gustado tanto que alguien me llamase.–Bonito nombre.–Dijo mirándome con una sonrisa en el rostro.–Te invitaría a tomar algo pero creo que ya llevas demasiadas botellas ingeridas.–Me dijo quitándome el vaso de las manos para ponerlo en una mesa junto al suyo.
–Vamos a fumar entonces.–Le dije ya que cuando se acercó a Jack y a mi antes, el olor a cigarrillo e incluso a algo más entró por mi nariz.
–¿Enserio?–Preguntó sorprendido.–Nunca me habían invitado a fumar.–Dijo haciendo que yo riera.
–Lo voy a mejorar entonces, ¿Te vienes a fumar y a subir a la terraza para ver la ciudad junto las estrellas?–En otro momento habría sido muy romántico o cursi, pero algo hacia que me sintiera cómoda con él, en el plan de querer sentarme y hablar sobre la vida durante toda la noche juntos.
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Realidad Deseada
Ficțiune adolescențiUna chica se ve atrapada en su realidad deseada, donde todo es como ella quiere que sea. Conoce a distintas personas, en especial, un chico que le marcará de por vida incluso siendo consciente de que es producto de su imaginación. Esta es la histori...