Cuando llegué a casa me apresuré a comprobar que estuviera sola. Lo estaba pero por las dudas, le envié un mensaje a Jack para saber cuándo volverían."En una hora estaremos en casa."
Esa fue su respuesta y observé nuestras anteriores conversaciones. Todas se reducían a mensajes míos de si estaban en casa o cuando volverían y él contestando. En eso se había convertido nuestra relación.
Aproveché esa hora para ducharme y pensar en mis cosas. Cuando tenía todo listo para ir a mi lugar y dejar que el tiempo pasara para así poder volver a casa a dormir, me di cuenta de que no me quedaba tabaco. Tampoco tenía mis polvos pero no quería pararme a pensar en ellos.
No esque lo estuviera dejando, ni mucho menos, simplemente en estos últimos días no los necesitaba como de costumbre. Lo que si quería era a mis fieles cigarrillos y necesitaba comprarlos urgentemente.
Salí de casa y comenzé mi marcha hacia la tienda, podría ir en moto pero al volver a casa haría mucho ruido y todos se darían cuenta de que estaba ahí, asique la deje para otra ocasión.
Al comprar tabaco y volver a salir, comenzó a sonarme el móvil. Odiaba las llamadas, o más bien, odiaba que la gente me llamara.
–¿Quién es?–Dije cuando respondí, pues el número me salía como desconocido.
–Soy yo, Noah.–Mi mente comenzó a funcionar a mil por hora para acordarme de algún Noah. Pero se ve que tardé mucho ya que decidió añadir:–El chico del club con el que decidiste viajar a Los Ángeles algún día. –En ese momento en mi cabeza se encendió una bombilla.
–¡Hola Noah!–Dije demasiado entusiasmada. De alguna manera, me alegraba que me llamase.
–Menos mal que me reconoces, dudaba que no llegaras a hacerlo.–Me dijo desde el otro lado y pude notar que estaba nervioso.
–¿Por qué no lo haría?–Pregunté, confusa.
–Ese día compraste una bolsa entera y no me hiciste caso cuando te dije que me la dieras, asique temía que, ingiriendola, te hubieras olvidado del chico que conociste en el club.–Me explicó con detalles.
–Ah, descuida, me acuerdo perfectamente del Barman.–Dije para cabrearlo.
–¡Oye!–Se quejó con un tono divertido. Cuando dejamos de reírnos, me preguntó:–¿Haces algo esta noche?
–Son más de las once, ya es de noche.–Le dije con un tono sarcástico.
–Lo sé, lo sé.–Respondió y juraría que puso los ojos en blanco.–Me refiero a ir a un bar o un club, nunca es tarde para ir a un club.–Por el tono de su voz sospeché que estaba sonriendo.
–Bueno vale. ¿Dónde es?–Accedí a ir a pesar de que fuese domingo y que mañana tenía clase pero, siendo sinceros, me valía tres hectáreas de mierda.
–¿Puedo ir a por ti? Esque no es el mismo club donde nos conocimos, es uno cerca de mi pueblo.
Cualquiera en sus cinco sentidos se negaría pensando que le matarían en un bosque o algo por el estilo, pero Noah tenía ese algo que me hacía confiar en él incluso para irme a LA.
–Claro, te mando mi ubicación y te espero aquí.–Le dije. Después de un mutuo "adiós" ambos colgamos, y yo me limité a sentarme en un banco mientras fumaba.
Al cabo de unos treinta minutos, Noah aparcó con su GT63s amg completamente negro justo delante de mí y se disculpó por llegar tarde. En verdad no tenía que disculparse, vivimos a unos cuarenta y cinco minutos de distancia. Es normal que tarde.
ESTÁS LEYENDO
Realidad Deseada
Fiksi RemajaUna chica se ve atrapada en su realidad deseada, donde todo es como ella quiere que sea. Conoce a distintas personas, en especial, un chico que le marcará de por vida incluso siendo consciente de que es producto de su imaginación. Esta es la histori...