Entre rejas <Chanbaek>

la fine della libertà

"El fin de la libertad"

Park Chanyeol colocaba un ramo de rosas y orquídeas sobre el nicho de su madre, antes de que él llegara la tumba no había sido adornada con flores, es más, nadie pagó por que renovaran su placa, por lo tanto la tumba siquiera contenía un nombre con una frase de recuerdo.

Qué fue lo que hizo la señora Park para que nadie se acordara de ella, se preguntarán.

Pues todo comenzó por una hipoteca y muchas deudas sin pagar, ella en el paro y sola con dos mellizos de tan solo 10 años.

Un día conoció a un hombre que le aseguró que ganaría mucho dinero, rápido y fácil. Ella, como la madre desesperada que era, aceptó.

Comenzó con la venta de canabis, pasó por el éxtasis, la cocaína, y poco a poco fue creciendo en el mercado, pasando a vender estupefacientes mucho más fuertes.

Chanyeol y Yoora, ambos mellizos, eran conocidos en el instituto por su fortuna de procedencia extraña. Era su época dorada, cadenas de oro, ropa de marca, una enorme vivienda y todo se basaba en una vida de lujos.

Aquello parecía que nunca acabaría, si alguien se intentaba interponer o acusarlos, su madre solo tenía que marcar un número, y alguien iría a solucionar el problema, manchando manos ajenas de sangre, y llevándose por el camino vidas inocentes y no tan inocentes.

Pero algo salió mal, y su madre, que se había convertido en una criminal intelectual e inalcanzable, acabó molida a tiros por una banda organizada.

La policía dejó a ambos hermanos sin nada, y Chanyeol lo único que guardaba era rencor hacia su madre.

Entonces, ¿por qué Chanyeol llevaba flores a su madre? Tal vez comenzaba a comprenderla, porque él estaba cometiendo el mismo error que cometió ella.

Las cosas que uno es capaz de hacer por dinero, y que su madre y él fueron capaces de hacer por dinero.

Chanyeol entró de lleno en el mundo de la delincuencia, comenzando con el negocio de su madre, y participando en robos.

Pero a diferencia de ella, él no fue capaz de atrapar al topo que lo acusó frente a la policía.

24 horas antes del arresto

-Esto es lo mejor que tengo -Un chico con voz aguda pero escalofriante, y un enorme abrigo de pelo, ofrecía a Chanyeol su mejor material -Y necesito que entiendas que estos polvos son oro.

-Ya, pero yo no soy mi madre, Dragon -El chico solo siguió mirándole con aquellos ojos penetrantes, que solo causaban sudores fríos al joven Park.

-Te estás convirtiendo en ella, solo te pido que des un paso más, y ahora que lo sabes estás obligado a hacerlo. Quiero que vendas esto en los próximos dos días. Si no... -Dragon sacó su pistola -Ya sabes.

4 horas antes del arresto

Chanyeol ya tenía preparado el paquete que sería vendido al dueño de "Burning sun", un club muy popular en Seúl.

No era una cantidad pequeña precisamente, se trataban de hasta 500 gramos de cocaína para una sola noche.

Todo estaba perfectamente planeado, porque quien iba a sospechar de un repartidor de pizza que iba en moto simplemente a hacer su trabajo.

En cuanto escuchó el motor de la moto aparcando en su puerta, Chanyeol salió y le dio el paquete al supuesto repartidor de pizzas, que le ofreció una pizza mediana cuatro quesos que aceptó encantado.

Claramente dentro de ese cartón de pizza venían un fajo de billetes.

10 minutos antes del arresto

Mientras contaba, olía y comprobaba que el dinero era verdadero, su viejo teléfono en el que las llamadas eran muy difícil de rastrear, comenzó a sonar.

-¡Park, sal por patas de ahí ya! -Chanyeol se tensó al escuchar la voz de su socio tan exaltada.

-¿¡Qué ha pasado!? -Preguntaba mientras rápidamente escondía todo el dinero.

-¡Algo ha salido mal! ¡Hay un puto topo! -En cuanto escuchó aquello su corazón comenzó a acelerarse, y unas sirenas de policía se comenzaron a escuchar cada vez más cerca de su casa.

-¡Joder! ¡Quien mierda es! ¿Lo sabes Mark? -Lo estaban rodeando y Chanyeol solo pudo guardar el dinero e intentar buscar un lugar donde esconder o deshacerse de una gran cantidad de droga.

Hora #0

Pero ya era demasiado tarde, la policía ya tenía la orden para entrar en su domicilio, habían dejado caer la puerta, y tres cañones de pistola le apuntaban, uno en la cabeza, otro en la pierna y el último en el corazón.

-Hemos encontrado la droga, y mucho dinero -Un hombre uniformado con porra en mano, salió de la habitación donde Chanyeol trató de esconder el dinero.

Y en cuanto sintió el metal frío de las esposas en ambas manos, supo que aquel sería su último día de libertad.