benvenuto in prigione

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"Bienvenido a la prisión"

Habían guardado todos sus objetos personales en una caja, que seguramente no volvería a ver nunca más.

Eran una fila de presos, algunos con más mala pinta que otros. Tres guardias se situaban frente a ellos, los presos fueron colocados en fila, uno detrás de otro, mientras que uno de los guardias iba vigilando toda la fila india.

-Ahora quiero que os quitéis todo, ¿¡Entendido!? -Chanyeol hizo caso en cuanto el guardia pegó el primer grito, y comenzó a desnudarse.

Quedó en ropa interior, pero parecía que había entendido mal.

-¡Tú! ¿Has escuchado lo que he dicho? -El guardia se acercó a él, Chanyeol no sabía si sentirse amenazado, ya que aunque la voz del hombre imponía, Park le sacaba hasta dos cabezas -¡¡To-do!!

El alto rápidamente bajó su ropa interior y tapó sus partes íntimas con sus manos.

-Jung, empieza el cacheo -Dijo el guardia enano a uno alto y calvo.

Posiblemente aquel fue el momento en el que más acosado y violado se sintió Chanyeol. Comenzaron cacheando de frente, de arriba a abajo, le dieron la vuelta, le obligaron a colocar las muñecas sobre la pared con las palmas hacia arriba. Pero lo peor fue cuando sintió un dedo ajeno por su íntimo agujero, claramente pegó un brinco, y algunos prisioneros se rieron.

Le dieron ropa interior y un mono naranja con el nombre de la cárcel en la parte delantera, "C.P Río Han" en letras negras. Una vez vestido, tocaba el pasillo de la vergüenza.

Abrieron una gran verja, y luego una enorme puerta de hierro insonora. En cuanto se abrió aquel silencio se convirtió en un jaleo impresionante.

Golpes muy fuertes en las celdas, gritos, silbidos, algún que otro insulto... Así era como recibían a los nuevos.

Fueron en fila india por los pasillos, pasando por cada una de las celdas. La cárcel estaba dividida en alas, y ellos estaban en el ala 2.

Fueron abriendo celda por celda y metiendo a uno o dos presos por cada una. Cada cual que abría era peor, y Chanyeol temía por cuáles serían sus nuevos compañeros.

-Celda número 26 -Decía el guardia por un pinganillo, y la celda fue abriéndose -Tenéis un nuevo compañero -Chanyeol fue empujado al interior, y la puerta fue cerrada de nuevo.

Habían tres personas más en aquella pequeña habitación gris con dos simples literas. Se trataba de un señor muy mayor con barba canosa, un chico muy joven con expresión seria, y aquel que más llamaba la atención por su extraña apariencia tratándose de un asiático; tenía el pelo blanco y ojos azules, además de una expresión fina pero bastante fría, era muy exótico.

Celda 26

En cuanto pisó aquel suelo gris y sucio, el ruido provocado por la oleada de presos había sido insonorizado. Y aquellos tres pares de ojos lo miraban con curiosidad, cosa que a Chanyeol le provocaba escalofríos.

Cada uno de sus compañeros se encontraban sentados en su respectiva cama, aparentemente acababa de interrumpir una conversación. Pero no le importaba en absoluto, solo quería tirarse en su cama y dejar de pensar en el estúpido error que había cometido para acabar allí.

La litera de la derecha, la cama de abajo, era la única con las sábanas limpias, planchadas, y la cama hecha. Encima de esta había una camiseta blanca y unos pantalones naranjas de pijama bien doblados y planchados. Por un momento llegó a pensar que en la cárcel no se vivía tan mal, pero solo acababa de llegar y aún no había vivido el verdadero infierno de estar allí.

Simplemente se tiró en su cama y comenzó a observar las tablas y el colchón de la litera de arriba sin saber que hacer, mientras las voces de sus compañeros sonaban de fondo.

-¡Tú! -Chanyeol pegó un brinco al ver al tipo serio asomando su cabeza desde la cama de arriba -Compis de celda y de litera y ni siquiera te has presentado todavía.

-Quería descansar -Dijo serio, sentándose posteriormente en el borde de su cama, mientras el susodicho que le asustó bajaba las escaleras de la litera y se sentaba a su lado.

-¿Descansar? Ya tendrás tiempo para eso -Soltó una risilla floja, pero ninguno dentro de la celda le siguió el rollo, simplemente reinó el silencio -Emm... Bueno, yo me llamo Sehun, estoy aquí por robar en joyerías, lo último fue un reloj de diamantes, ¿sabes? Ese reloj me habría solucionado la vida, pero por el mínimo error de tardar dos minutos en vez de uno... pues me arrestaron y adiós al lamborghini que me iba a comprar.

-Sehun -fue interrumpido por el chico del pelo blanco, el cual no había pronunciado ni una palabra hasta ese momento. Estaba sentado en la cama de arriba de la litera de la izquierda -A nadie le importa tu vida y tu aburrida historia.

-Ah, si tú lo dices, cuenta tú la tuya -Contestó Sehun desafiante, provocando otra vez el silencio en la celda -Claro, no vaya a ser que lo asustes con tus actos de demonio despiadado.

Un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Chanyeol, que vio como la mirada del peliblanco se volvía fría y oscura.

-Ah ya veo, ¿Quieres comprobar que tan demonio puedo llegar a ser, Sehunnie? -Sehun solo siguió mirándole desafiante, el ambiente se volvía incómodo, pero el buen hombre barbudo que estaba sentado justo debajo suya, consiguió relajarlo.

-Baekhyun, a los amigos no se les amenaza ni se les habla mal -El nombrado se quedó callado, como si aquel hombre fuera su padre o tuviera que respetarlo -Además asustarás al chaval.

El señor barbudo miró a Chanyeol con una sonrisa.

-Yo soy el viejo Jean, llevo treinta años en la cárcel, en "Río han" solo cinco -Aquel hombre era un completo veterano -¿Y tú? ¿Cómo te llamas y qué hace un chico tan joven cómo tú en un sitio como este? Si no es molestia preguntar.

-Me llamo Chanyeol, estoy aquí porque alguien se chivó a la policía sobre un negocio que tenía -imaginaba que con lo de "negocio" se imaginaría de que se trataba.

-Narcotráfico, vaya -Baekhyun, el chico misterioso se había vuelto a pronunciar -Un novato por lo que veo, Jean, tú no te llevabas bien con los novatos narcotraficantes ¿verdad?.

-Yo no soy ningún novato -No le tenía miedo a aquel chico, es más, odiaba que metiera las narices donde no le llamaban -Mi madre me enseñó el oficio, sé más que ninguno sobre esto ¿entendido?.

La única respuesta que recibió fue una risita burlona.

-¿¡De qué te ríes!? Eres un cínico de mierda -El peliblanco se rió más fuerte.

-Chanyeol -Interrumpió el viejo Jean -Tranquilo, Baekhyun es así con todo el mundo -miró al chico desafiante, y este dejó de reírse -Yo también creía que nunca me pillarían, hasta que algo se te escapa de las manos, y ahí solo hay dos opciones, o te capturan y acabas en la cárcel, o mueres agujereado como un colador.

El vello se le puso de punta al recordar el cuerpo sin vida de su madre.

Entre rejas <Chanbaek>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora