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- ¿Qué dijiste? - preguntó Rain. Mew había hablado tan bajo que no pudo oírlo claramente.

- Sí te iba a decir lo de mi relación con Gulf, pero, además, quería decir otra cosa- dijo Mew acercándose a su padre y diciéndole en el oído – traje a Gulf porque quiero pedirle que se case conmigo - Rain sonrió enormemente. Gulf que estaba un poco lejos de ellos no pudo escuchar lo que dijo Mew, pero se alivió cuando aparecieron sonrisas en el rostro de ambos.

- Regresemos a casa, tengo hambre- dijo Rain tomando las cosas y empezando a caminar. Los tres hombres cocinaron el almuerzo. Sunny había llamado y avisado que venía en camino. En un par de horas estaría con ellos.

- Chicos- ese era Gulf desde el sofá de la sala- creo que tengo fiebre- se quejó. Mew se acercó a tocarle la frente.

- Es la herida, parece que se está infectando- comentó Mew revisando el brazo de Gulf.

- Me duele la cabeza- suspiró Gulf cerrando los ojos.

- Voy por el termómetro – dijo Rain yendo a su habitación.

- Amor, ¿te sientes muy mal? – preguntó Mew - ¿quieres que te lleve a la habitación para que descanses en la cama? – Gulf negó con la cabeza, se sentía agradable la sala, era fresca y la puerta de la calle estaba abierta, le permitía observar hacia afuera, el campo verde que se extendía en forma de valle. Rain regresó con el termómetro y efectivamente Gulf tenía una febrícula, se apresuraron a poner algunos pañitos de agua en su frente. Almorzaron y poco a poco el color regresó a las mejillas de Gulf. La fiebre bajó, pero Mew ya había activado su modo sobreprotector.

- Ya me siento mejor- dijo Gulf intentando hacer entrar en razón a Mew ante la enorme lista de cosas que le estaba prohibiendo hacer.

- Si, afortunadamente, pero es mejor evitar- dijo Mew firme – nada de salir al campo en las horas de tanto sol, no hagas nada que involucre agua, esa herida debe estar seca; cuando salgas tápala; nada de grasas en la comida; y vamos a tomarte la temperatura cada cierto tiempo para evitar tragedias- terminó de decir y se dirigió a la cocina. Cuando regresó tenía una jarra llena de agua con un vaso – tomarás mucho líquido, tu cuerpo lo necesita- lo dejó frente a Gulf junto con un beso en la cabeza.

- Amor, estás exagerando, si, acepto que fue un gran esfuerzo lo de esta mañana, y un descuido por mi parte, pero tendré más cuidado- Gulf rogaba intentando bajar la preocupación de Mew.

- Listo- interrumpió Rain- traje más aloe vera, esto te ayudará – dijo acercando los cristales a su herida. La noche anterior aquel remedio le había servido mucho, bajó notablemente la hinchazón y el dolor. Gulf sonrió y le agradeció. El sonido de un vehículo interrumpió la conversación que se llevaba en la casa. Mew se acercó a la puerta para ver de quien se trataba.

- Es Sunny- dijo feliz – trae algunas maletas, voy a ayudarla- salió.

- Es un poco cansón - dijo Gulf.

- Te ama hijo, está preocupado- Rain lo miró.

- Lo sé, pero es exagerado...- se quejó en voz baja Gulf.

- Así de exagerado es su amor por ti- le acarició la cabeza con cariño y después se dirigió a la puerta para saludar a Sunny. Dejó a Gulf sentado pensando en esas palabras. Rain como siempre, diciéndole cosas tan profundas.

- ¡Hola mi Sunflower! – saludó con voz estruendosa Sunny al atravesar el umbral de la puerta – ya me ha dicho Sunshine que has estado un poco delicado- sonrió acercándose a dejarle un beso – es una suerte de que estemos aquí para cuidarte-

- Ya te dijo- dijo Gulf con su voz un poco desganada.

- No hables así- ella lo regañó y después le dio una sonrisa. Pasó a la cocina y allá movió algunos trastes. Él se relajó en su puesto. Cerró los ojos por un momento. Dentro de todo no estaba mal aprovechar y descansar. Se quedó dormido.

Men For Men *Libro 1* (Mew-Gulf)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora