Es momento de dejarse llevar

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El lunes por la mañana, Rosé encontró una nota de Lisa en la mesa de la cocina diciendo que le habían llamado por la noche para un servicio urgente y no había querido despertarla. En cierto sentido, fue un alivio. Después de la discusión de la noche anterior, no sabía muy bien qué decirle o cómo portarse.

Al día siguiente ocurrió lo mismo, pero Lisa no dejó una nota.

El tercer día, sus miedos e inseguridades afloraron de tal modo que olvidó lo que le decía el sentido común... que Lisa sólo estaba haciendo su trabajo.

Aunque tenía dudas sobre aquella relación, estaba enfadada consigo misma por haberlas puesto en palabras... por incoherentes que hubieran sido.

Ese comportamiento tan infantil, tan inseguro, era algo que despreciaba. Ella era mucho más lista que eso. Al menos, siempre había pensado que lo era.

Qué decepcionante descubrir que no era así.

Si Lisa la había estado evitando, era también cierto que ella estaba evitando a su hermana. Pero ya no podía seguir haciéndolo.

Tenía que hablar con Jisoo.

De modo que el jueves, después de trabajar, Rosé se dirigió a la comunidad de pequeños ranchos a las afueras de la ciudad donde vivía su hermana.

Jisoo estaba en la cocina, cortando verduras para una ensalada y, al verla, se le encogió el corazón. Antes de la inseminación, solía cenar muchas veces con Jisoo y su cuñada...

Jisoo levantó la mirada y cruzó la habitación para darle un abrazo.

-Has estado evitándome, bruja.

-Es que he estado ocup...

-Siempre estás ocupada, pero nunca has estado tanto tiempo sin llamarme. Si Jennie no hubiera hablado con Lisa todos los días, me habría preocupado.

-¿Jennie habla con Lisa de mí? - Cuestiono asombrada

-Nos mantiene informadas, sí.

-Pero...

-Un par de semanas después de la boda, cuando me di cuenta de que intentabas evitarme, tuve que pedirle a mi esposa que hablase con Lisa para que le diera una respuesta.

Lo decía tan tranquila, como si fuera lo más normal del mundo. Pero en fin, el amor fraternal, pensó Rosé, resignada.

-Es que las cosas están siendo...

-¿Complicadas?

-Sí, supongo que sí.

-Déjalo, no tienes que darme explicaciones. Entiendo perfectamente que estés resentida.

-No estoy resentida, Jisoo -protestó Rosé. Pero se encontró mutilando a un pobre pimiento en lugar de mirar a su hermana.

-Si lo estás y con toda la razón. Después de todo lo que has hecho por nosotras, tendrías que ser una santa para no estar enfadada.

Jisoo no parecía enfadada, ni dolida. Y eso hizo que se sintiera peor.

-Sí, bueno, supongo que me sentía un poco resentida, sí.

-¿Sólo un poco?

-Jisoo...

-Rosé, por favor, tienes que dedicarnos un año entero de tu vida. Vas a tener un niño por nosotras, te has casado con una extraña porque estar embarazada podría causarte problemas profesionales y, al final, todo era innecesario. Es normal que estés resentida. Incluso furiosa -Jisoo dejó escapar un suspiro-. Y encima yo lo he hecho fatal, me he portado como una egoísta. Cuando descubrí que estaba embarazada me sentí tan feliz que sólo pensé en mí misma. Se me olvidó que mi sueño sería una pesadilla para ti.

Madre de Alquiler - ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora