Mientras volvía a casa, se decía a sí mismo que debería estar encantada de seguir siendo libre. Y no quiso preguntarse por qué no lo estaba.
La semana, que había empezado mal, continuó peor.
Primero, la noticia del embarazo de Jisoo, luego la extraña cena con Lisa y ahora aquello: que la llamara el juez Jeong a su despacho el jueves por la mañana.
Dos años antes, el juez Jeong había sido elegido juez del distrito por una plataforma conservadora y eso lo convertía en su jefe. No le hacía gracia porque, desde que trabajaron juntos en la oficina del fiscal del distrito, nunca se habían llevado bien, pero como podía hacerle la vida imposible, Rosé solía apartarse de su camino. Hasta aquel momento.
Mientras atravesaba el laberinto de pasillos de vuelta a su despacho intentó calmarse, pero no le resultó fácil. Song Min Gi, otro de los jueces y amigo personal, estaba esperándola, echando un vistazo a los papeles que había sobre su mesa.
—¿Qué tal ha ido?
—¿Cómo sabes que me ha llamado el juez Jeong?
—En este Juzgado las noticias vuelan.
Ella hizo una mueca. No hacía falta que se lo recordara.
—¿Qué tal ha ido la reunión? ¿Sólo quería ponerte sobre la parrilla un ratito?
—Igual que en todas mis reuniones con él. El juez Jeong ha sido condescendiente y grosero y yo he mantenido la boca cerrada.
—Buena chica. Sé que te pone de mala, pero lo mejor es callarse. Además, dentro de seis meses se habrá ido de aquí.
Rosé se dejó caer sobre la silla. —Si se va de aquí, será juez del Tribunal Supremo de Busan. O sea, que no sé que es peor.
Mingi se encogió de hombros.
—Cierto, pero al menos no tendremos que verle la cara. Desde que anunció que se presentaba a la elección ha sido como una patada en el trasero.
Rosé suspiró. Ésa era la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
—Quiere llevar personalmente el caso Hye Kyo.
Mingi lanzó un silbido. —Deberíamos haberlo imaginado. ¿Y qué vas a hacer?
—Ese caso es mío. Llevo meses trabajando en él.
—¿Un divorcio tan escandaloso como ése? Pues me extraña que no te lo arrebatase desde el principio.
Song Joong Ki y Song Hye Kyo eran un matrimonio millonario, famoso en la ciudad, y todo el mundo quería conocer los detalles del jugoso divorcio.
—Hasta hace poco sólo salía en los periódicos locales, pero ahora que la historia ha salido en el Billboard y en varias revistas americanas, Jeong quiere ponerle las manos encima. Supongo que pensará que es bueno para su campaña.
—¿Bueno para su campaña? Esa clase de cobertura vale una fortuna. Lo mejor es que le dejes el campo libre, Rosé.
Ella lo miró, incrédula. —¿Y dejar que esa víbora convierta el divorcio de esos dos pobres en un circo sobre los valores morales de la familia? Imagínate cómo los haría quedar. Y lo que sufrirían sus hijos. No pienso darle el caso a menos que no tenga más remedio.
Mingi sacudió la cabeza. —Mira, ten cuidado con él.
—No pienso dejar que me robe el caso. Sí, ya sé que puede hacerme la vida imposible, pero así no logrará llevar a cabo sus ambiciones políticas.
Mingi levantó una ceja, como si Rosé hubiera olvidado algo fundamental.
—¿Qué puede hacerme? - pregunto ella
—¿Tú qué crees?
—No puede despedirme —dijo Rosé, con falsa despreocupación. Pero Mingi no se estaba riendo—. ¿Crees que puede despedirme? Eso es ridículo. Ni siquiera él se atrevería. No se puede echar a un juez sin montar un escándalo... ¿o sí?
—Yo creo que si le das razones, es capaz de cualquier cosa. Especialmente si encuentra algo moralmente cuestionable en tu vida.
—¿Qué?
—Piénsalo, serías el primer juez despedido en cuarenta años. Saldría en todos los periódicos y él aprovecharía la oportunidad para recordarle a todo el mundo sus valores conservadores.
Rosé estudió a su amigo. —¿Tú estás preocupado por tu puesto?
—¿Yo? No, yo tengo mucho cuidado. Además, tú eres la única que lo sabe — Mingi no se atrevió a mencionar la palabra gay entre aquellas paredes tan conservadoras—. Además, a mí no me odia. Pero si se libra de ti, se quedaría con el caso Song y conseguiría salir en los periódicos todos los días.
Mientras escuchaba a Mingi, Rosé empezó a experimentar una extraña sensación en el estómago. ¿Y si tenía razón? ¿Y si Jeong estaba buscando alguna razón para montar un escándalo y echarla del Juzgado?
Ella se comportaba perfectamente, era una persona respetable. Pero... Pero ahora estaba embarazada. Y no tenía planes de casarse.
Cuando aceptó ser la madre de alquiler para Jisoo y Jennie todo le había parecido muy sencillo. Pero eso fue cinco meses antes de que Jeong anunciara sus planes de presentarse al puesto de juez del Tribunal Supremo. Sí, se le había ocurrido pensar que algunos de sus colegas más conservadores no verían su embarazo con buenos ojos, pero nadie podría criticarla por ser madre de alquiler para su hermana... ni aunque hubiera decidido tener un hijo sin casarse.
—¿O eso sería moralmente cuestionable en el caso de un juez? - cuestiono ella asustada
Mingi debió percatarse de su preocupación porque se apresuró a tranquilizarla. —No te preocupes, mujer. Tú eres demasiado lista como para darle una razón.
—¿Y si hubiera hecho algo que pudiera ser criticable o que Jeong pudiera utilizar en mi contra?
—¿Tú? —Rió Mingi, escéptico—. ¿Doña Perfecta? Tú no has metido la pata en tu vida.
—Hablando hipotéticamente, si hubiera hecho algo... cuestionable o que no todo el mundo viera con buenos ojos... Jeong es sólo un juez. ¿No tendría que convencer a los otros siete jueces del distrito para echarme de aquí?
—Yo diría que depende.
—¿De qué?
—De que los otros piensen que tu comportamiento podría incapacitarte para una posición de autoridad. En este ambiente tan conservador, podría ser cualquier cosa. Especialmente con Jeong enfocando su campaña en los valores morales. Lo último que querrían los demás jueces es parecer demasiado liberales... Pero tú no has hecho nada cuestionable.
—Sí, claro —murmuró ella, pensativa.
Cuando Mingi salió del despacho, Rosé no dejaba de darle vueltas a la cabeza.
Miraba su escritorio preguntándose una y otra vez si podía tener razón... Desgraciadamente, la única respuesta que se le ocurría era sí.
Pronto, todo el mundo sabría que estaba embarazada y eso era algo que un sinvergüenza como Jeong podría usar contra ella.
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Madre de Alquiler - Chaelisa
FanficRESUBIDO ____________________________________________ Era la madre de su hijo, era su esposa... pero era algo mucho más complicado que eso. Lisa se había casado con Rosé, pero sólo para salvar su carrera profesional de mentiras inventadas por motivo...