-¿Lo has pasado bien? -le preguntó Lisa.
-Muy bien.
Habían vuelto a casa una hora antes y Rosé sólo contestaba a sus preguntas con monosílabos o frases cortas mientras tomaba un vaso de leche. En el coche, Lisa pensó que estaba cansada, pero ahora se daba cuenta de que ocurría algo más.
-Parece que te llevabas bien con los demás invitados.
-Sí.
Incluso cuando no estaba a su lado, estaba pendiente de ella para ver cómo le iba. Y parecía haberle ido bien, sin problemas.
-A Jin le has caído estupendamente.
Esta vez, Rosé no contestó en absoluto y se limitó a seguir moviendo el azúcar con renovada energía. Cuando Lisa intentó tocar su brazo, ella se apartó.
-¿Se puede saber qué te pasa? - Pregunto cansada
-Nada.
-¿Nada?
-¿Quieres saber por qué estoy enfadada?
-Si no te importa...
-Estoy enfadada porque deberías haberme dicho que querías casarte.
-¿Qué?
-Si querías casarte, deberías habérmelo dicho. No me ha hecho ninguna gracia enterarme por Jin.
-Pero estamos casadas -le recordó Lisa, sorprendida.
-No me refiero a eso. Me refiero a antes. Jin me ha dicho que tú siempre has querido casarte.
-¿Y qué?
-Pues que yo pensaba que no estabas interesada en el matrimonio.
-Sigo sin entender.
-Que si hubiera sabido que querías casarte no te habría pedido que te casaras conmigo.
-¿Por qué no? No estaba saliendo con nadie, no tenía novia...
Rosé suspiró, deseando poder explicárselo. O rebobinar toda la conversación y empezar otra vez.
La verdad era que no importaba en absoluto que ella hubiera querido casarse o no. No, su enfado era debido a algo mucho más complicado. Se sentía traicionada. Le había creído cuando le dijo que admiraba su fuerza y su independencia. Pero ¿de qué servía su admiración si no eran esas las cualidades que ella encontraba atractivas? ¿Y por qué le importaba tanto lo que Lisa pensara de ella?
Descubrir que no era su tipo había despertado todas sus inseguridades. Era como entrar en una nueva casa de acogida, toda llena de esperanzas, y ver cómo esas esperanzas se iban derrumbando. Pero no pensaba contarle eso a Lisa.
-Deberías habérmelo dicho, de todas formas.
-No te entiendo, Rosé. Todo esto ocurrió muy rápido y fuiste tú quien sugirió que nos casáramos...
-No tienes que recordármelo.
-¿Pues entonces por qué me lo echas en cara?
-Porque nuestro matrimonio ahora es más inconveniente de lo que yo pensaba.
-¿Inconveniente para quién?
-Para ti.
-¿Eso es lo que crees?
-No lo niegues. Has tenido que dejar tu apartamento, contarle a todo el mundo una historia que no es verdad, dejar de salir con tus amigos...
-¿Y por eso estás tan enfadada, porque crees que has interrumpido mi vida?
-Sí, no sé.
-Rosé, no he hecho nada que no quisiera hacer. No me has obligado a nada.
Exactamente. Ella la había rescatado, como haría un héroe. Y no tenía ni idea de cuánto le molestaba eso.
-Podría haber dicho que no.
-No, no podrías -replicó -. No está en tu naturaleza.
-¿Y tú? Tampoco esto es muy conveniente para ti. Eres tú la que está embarazada y tu trabajo corría peligro. Y, seamos sinceras, ninguna de las dos esperaba esto cuando aceptamos hacerles un favor a tu hermana y a Jennie.
-No, desde luego, pero no te preocupes por...
-¿Por qué?
Rosé no sabía cómo terminar la frase. ¿No te preocupes por mí? ¿No te preocupes por el niño? Ese niño, esa niña, que ya había empezado a meterse en su corazón. Y Lisa parecía ser su cómplice.
Rosé no sabía cómo evitar que entre los dos le robaran el corazón.
-Mira, déjalo, me voy a la cama. Estoy agotada.
-Deberías dormir en la mía. Estarás más cómoda.
Sus palabras le helaron el corazón. No lo decía porque quisiera tenerla a su lado, sino porque le parecía su obligación de héroe.
-No, gracias. Dormiré en mi habitación.
Se volvió para mirarla y la vio con los codos apoyados en la mesa, la cabeza inclinada. Y tuvo la impresión de que le había hecho daño con sus palabras.
Pero ella no quería hacerle daño por nada del mundo.
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Madre de Alquiler - Chaelisa
FanficRESUBIDO ____________________________________________ Era la madre de su hijo, era su esposa... pero era algo mucho más complicado que eso. Lisa se había casado con Rosé, pero sólo para salvar su carrera profesional de mentiras inventadas por motivo...