Lisa observó a la enfermera saliendo de la habitación con una mezcla de emoción y miedo.
Por un lado, quería estar a solas con Rose, abrazarla y hablar de la alegría que le había dado ver la carita de su hija.
Por otro, entendía que no quisiera estar con ella. Había prometido protegerla, estar a su lado siempre y cuando más lo necesitaba... la había decepcionado.
Si quería el divorcio, no pondría ningun problema.
Después de intentar convencerla de todas las maneras posibles de que había una oportunidad para ellas. Pero sabía lo testaruda que era Rose.
—Rose, yo...
—Lisa...
Ella rió, nerviosa.
—Empieza tú.
Lisa se aclaró la garganta. —Mira, Rose, sé que tienes una lista de razones para divorciarnos, pero yo creo que te equivocas.
—Lisa, yo...
—Espera, escúchame, por favor. Quiero que sepas todas las razones por las que deberíamos seguir casadas.
—Pero...
—Chae, por favor. Dame una oportunidad.
—Muy bien.
—Las cosas van a ser más difíciles ahora. Aunque contratemos a alguien para que esté contigo durante el día, estos últimos meses de embarazo podrían ser duros para ti. Por supuesto, yo estaré contigo todas las noches y todos los fines de semana. Y en cuanto pueda escaparme del trabajo iré a casa para estar a tu lado.
Lisa la miró, para ver qué efecto ejercían sus palabras. Por el momento, aparentemente, ninguno.
—Además, tienes que pensar en tu trabajo. Choi podría usar nuestro divorcio en tu contra. Incluso podría usar que estés de baja. Tú no sabes de lo que es capaz.
—Sí, claro que lo sé.
—Pues eso.
—¿Y esas son las únicas razones para que sigamos casadas?
—No, claro que no —contestó Lisa—. También está la niña.
—La niña.
—Sí, claro. Si cuidamos de ti, cuidamos de la niña al mismo tiempo. Y una niña sana es lo más importante, ¿no?
—Sí, por supuesto —contestó Rose. Pero Lisa se fijó en que estaba restregándose las manos—. Tienes toda la razón.
—¿Entonces?
—¿Entonces qué?
—¿Vamos a seguir casadas? - pregunta nerviosa Lisa
—No.
—¿No te he convencido? —murmuró, sin poder disimular su tristeza.
—Has sido muy persuasiva, pero la verdad es que por mucho que queramos a esta niña, no es base suficiente para un matrimonio, Lisa. Al menos, no el matrimonio que yo quiero.
—¿Y qué clase de matrimonio quieres, Chae?
—Uno basado en el amor.
Lisa sintió que su corazón se detenía durante una décima de segundo. —¿Estás diciendo que eso es lo que quieres de un matrimonio o de nuestro matrimonio?
—Las dos cosas. Me alegra mucho que quieras a la niña, pero no es suficiente. Necesito que me quieras a mí, Lisa. Que me quieras de verdad. Porque yo te quiero. He intentado no quererte, pero...
No pudo terminar la frase porque Lisa la estrechó entre sus brazos. Se besaron sin decir una palabra, con ternura, con amor. Porque ella quería que Chae, su Rosie, supiera cuánto la amaba.
Luego tomó su cara entre las manos y la miró a los ojos.
—Claro que quiero a nuestra hija, pero la quiero más porque es nuestra. Es parte de nosotras. Y me encanta que sea parte de nosotras porque te quiero, Chaeyoung. Si no hubiera sido por ella, quizá no habría tenido la oportunidad de enamorarme de ti, pero te quiero... y te querré siempre. Por ti, no por la niña.
Rose no sabía si iba a decir algo más, pero no se lo permitió porque le echó los brazos al cuello y lo besó con todo el amor que tenía guardado para ella.
—Creo que me has convencido.
—Sé que no confías en mí del todo, pero jamás volveré a fallarte, cariño. Te lo prometo.
—No me fallaste, Lisa. Nadie puede proteger a otra persona de todo. Nadie puede hacer ese tipo de promesa.
—Chae, yo...
—Sé que me protegerás, amor mío, sé que cuidarás de mí y yo cuidaré de ti. Pero tampoco yo podré protegerte de ciertas cosas. Lo importante es no dejar que esas cosas nos separen. Si seguimos casadas y nos quedamos con nuestra hija, la vida podría ponernos por delante todo tipo de obstáculos. Pero también podría ofrecernos mucha felicidad. Y creo que estoy dispuesta a aceptar ambas posibilidades.
Lisa la miró, sus ojos llenos de amor y esperanza.
—¿De verdad quieres que seamos una familia?
En el amor había un gran potencial para el dolor, pero también para la alegría.
Y Rose se sentía feliz pensando que podía hacer feliz aquella mujer.
—Sí, quiero que seamos una familia. Tendremos que hablar con Jisoo y Jennie naturalmente, pero no creo que nos pongan ninguna pega.
—Seguro que no.
—Lisa, durante todo este tiempo pensaba que no era la mujer adecuada para ti porque querías alguien a quien poder rescatar.
—Pero...
Rose puso un dedo sobre sus labios. —Y la verdad es que necesito que me rescates de mí misma. Sin ti, podría haberme pasado la vida escondiéndome de todo para evitar que me hiciera daño. Pero ahora estoy dispuesta a enfrentarme con lo que sea. Mientras estemos juntas.
Entonces sonó un golpecito en la puerta y el médico entró comprobando su informe.
—Parece que todo está bien, señora. Ah, ¿es usted la Esposa?
—Sí, es mi esposa —contestó Rose, apretando su mano con ternura.
Fin
Faltan los epílogos
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Madre de Alquiler - Chaelisa
FanfictionRESUBIDO ____________________________________________ Era la madre de su hijo, era su esposa... pero era algo mucho más complicado que eso. Lisa se había casado con Rosé, pero sólo para salvar su carrera profesional de mentiras inventadas por motivo...