El mismo infierno 🔞

Capítulo 1

"En estos momentos en la ciudad, la temperatura es de 19,6°, el cielo se encuentra parcialmente nublado. La máxima para hoy será de 25° y el cielo se mantendrá nublado.
Se recomienda la utilización de barbijo, debido al alto porcentaje de polvo en el aire"...

<< ¿Dónde tendré un maldito barbijo? >>
Revisé mi mochila y allí había uno, eso me recordaba que debia pasar por una farmacia a comprar más. Miro la televisión, eran las 7:50 a.m, estaba atrasada diez minutos, por ende, llegaba tarde a mi trabajo.
Tomé mi mochila, una camisa para soportar el poco frío que debía pasar hasta la parada del autobus, mi celular y mis amados e imprescindibles auriculares. Con un vistazo rápido verifico que todo esté correctamente apagado y salgo a toda prisa.
Hoy en mi playlist se reproducía "Heartbreaker" de Justin Bieber, mis gustos musicales variaban según mi estado de ánimo y mis ganas de buscar algo en especial.
Por suerte el ascensor, que siempre funcionaba mal, había llegado rápido. Con una tímida reverencia saludo al conserje del edificio y corro hacia la parada de autobús.

- Llegas tarde - entre dientes me dice JungKook, Jin se sonríe.
- No me di cuenta.
- Casi entra en crisis tratando de cubrirte - Jin no paraba de reír de la situación de JungKook.
- Gracias - le agradecí mientras iba a las corridas al área de personal para ponerme el uniforme.
JungKook es compañero de trabajo y uno de mis mejores amigos, siempre me cubre ante cualquier instancia.
- ¿Quién fue la victima anoche? - JungKook apareció cual fantasma detrás de mi, en el cuarto de personal.
- ¿Que?
- Me dijo Jimin que anoche te fuiste del bar con un tipo.
- ¿No será que la maldita zorra se fue con alguien y dice que fui yo?
- ¿Por que insistes en que Jimin es gay?
- Nunca dije que él se fue con un hombre - JungKook quedó pensando - Si no es gay es bisexual - ambos reímos - ¿A poco no ves como mira a TaeHyung?
- ¿De la misma manera que tu?
- Hay clientes - la llegada de una señora, me ayudó a salir de aquella incomoda situación.
Si había algo que JungKook y Jimin sabían, es que desde el primer día en que lo vi a TaeHyung, me gustó. Sin embargo, nunca me atreví a insinuarle algo; mi lado para seducir a los hombres y llevarlos a la cama, con él desaparecía y me convertía en una estúpida niña sin experiencia.
Su presencia me bloqueaba, y no era para menos. Desprendia sensualidad, cuando hablaba, en la forma en la que trata a las personas, en todo lo que hace...

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Al fin había llegado el momento del almuerzo, la mañana había sido tranquila con pocos clientes. Con JungKook teníamos el mal hábito de comprar comida de los carritos que había cerca o comprar ramen instantáneo en alguna tienda de conveniencia, y nos sentábamos a comer en el callejón donde los proveedores bajaban las mercaderías e ingresábamos nosotros.
Nos encontrábamos hablando de tonterías cuando percibimos la presencia de Jimin.
- Hoooolaaaaa - nos saludó alegre como siempre, bueno... casi siempre - No entiendo como ustedes dos pueden sobrevivir comiendo eso todos los días, cada vez que están juntos.
- Tendrías que ver el mueble de mí cocina - reí.
- Son un desastre.
- ¡Hey! maldita perra, ¿Cómo es eso que anoche me fui con un tipo?
- Chismoso - le dijo a JungKook - ¿Me hablas a mi? - se señaló con el dedo?
- Si, a ti.
- ¿A caso no es verdad?
- No. ¿No será que fuiste tú?
- No soy gay.
- Nunca dije que te fuiste con un hombre. Tampoco tiene nada de malo que lo seas, te voy a seguir amando - lo abracé, pero me rechazó-.
- Eres una estúpida.
- Y tu un mentiroso. Dejemos de hablar que ahí vine Tae - Jimin giró de inmediato - Te dije Kook, si Jimin no es gay, mínimo le gusta Tae - reí.
- Al igual que a ti - me respondió de inmediato a la defensiva - todos sabemos que te mueres por él.
- Ssshhh... - le tapé la boca con mis manos.
- Tu empezaste Estefanía - me dijo JungKook.
- Vamos, ya es hora de volver a trabajar - dije ofendida.
- Hola Tae ¿Hace mucho que estas ahí parado?
Jimin y yo nos dimos vuelta de inmediato, JungKook comenzó a reír de nuestra reacción. Nos había mentido, Tae no se encontraba allí.

Las horas pasaron sin más, arreglando mercaderia en las estanterias, atendiendo algún que otro cliente pasajero. Al fin faltaba poco para que mi turno termine.
Era uno de esos días en los que el clima era extraño, era de esos en los que querias estar fuera dando un paseo con la compañia de buena música, pero al mismo tiempo, esos días en los que querias estar en tu casa, tirada en el sillón o en la cama disfrutando de una serie.
Como era mi costumbre observaba a TaeHyung, imaginando miles de cosas. Imaginando que tan bueno o malo seria en el sexo, si su personalidad seria diferente en la cama...
Si, tenia esos pensamientos con él.
Aquel momento se vió interrumpido, cuando lo veo ingresar al negocio a él, vestido con traje y corbata, sin expresión alguna en su cara. Corriendo fui al lado de JungKook y Jimin.
Ambos me miraron confundidos.
- ¿A quien viste? - Jimin fue el único de los dos en atreverse a preguntar - ¿A caso viste al mismísimo Lucifer?
- Si Lucifer es así, me quiero ir al infierno. JungKook, atiendelo.
- Es tu sección.
- Por favor.
- Es tu sección, tu responsabilidad.
- Jimin... - negó en reiteradas veces.
- ¿Quién es que no quieres atenderlo?
- No preguntes Kookie, por favor - junté mis manos rogandolé, pero no funcionó.
- ¿Es alguien con quien te revolcaste? - en un susurro me preguntó Jimin.
Si bien ellos, en especial Jimin, bromeaban conmigo respecto a mi vida sexual. No sabian y mucho menos imaginaban mi vida privada, no sabían que era una persona completamente diferente fuera de mi circulo de conocidos. No sabían que era una persona que quería experimentar el cuarto de los siete pecados capitales: La lujuria.
Sin más que hacer, tomé mi responsabilidad. Y con una estupida y torpe actitud lo atendí.

- Bienvenido señor, ¿En que puedo ayudarlo?
- Aaamm... no estoy seguro.
- Enseguida, lo derivo con uno de mis compañeros a la sección de hombre - apresurada y sin pensar, las palabras salieron de mi boca.
- Lo que necesito está en la sección de damas, es de lo único que estoy seguro.
- Disculpe.
Con un minucioso cuidado recorrió la tienda de un vistazo, terminando su inspección en mis ojos, mordiendo su labio inferior.
- ¿Qué es lo más vendido? - disparó sus palabras, tomandome por sorpresa.
- ¿Eh? - pensé un momento - Puedo ofrecerle un kit de productos básicos para el cuidado del rostro o kits de baños.
- ¿Que productos trae el último?
- Una espuma de baño, sales y loción corporal.
- ¿Puedo verlos?
- Por supuesto - enseguida fui donde se encontraban los kits, de re ojo veo a JungKook gozando de mi sufrimiento - Tiene estas tres fragancias: Rosas, flores blancas y leche de coco.
- ¿Cuál le gusta más?
- ¿Qué? - mi mente quedó en blanco.
- ¿Cuál le gusta? Para mi todos saben igual
- El de rosas es delicado, es el que más llevan.
- Ok, deme ese por favor. ¿Puede envolverlo? Es un obsequio.
- Si con mucho gusto, en caja le hago la entrega.
Sin decir una palabra, se alejó. Fue en ese instante que senti que mi alma y sentidos volvian.

<<Que suerte tendrá la novia, esposa o lo que sea, que recibe un regalo así >>
Llevé mi mirada a la caja, admirando lo que nunca podría tener, mientras envolvia el producto. Mi compañera me señala y él asiente ¿Enojado? ¿Que hice?
- Disculpe, me dijo su compañera que debo pedirle el favor a usted.
- Digame - <<Te hago todos los favores que quieras>>
- ¿Podría poner una tarjeta con dedicación?
- Si - enseguida tomé la tarjeta para aquellas ocasiones y se la dí junto con una lapicera.
- Perdón, pero quisiera que usted la escriba por mi. Mi letra es poco entendible.
- Si, digame por favor.
- Feliz cumpleaños, gracias por ser la persona más importante, gracias por haber nacido. - mi envidia iba en aumento por la suerte de aquella persona que lo tenia - Te amo, tu hijo YoonGi - inconciente lo miré sorprendida.
Mi yo interno brincaba y no entiendo por que, de la alegria. Bueno, si sabía, sin querer, por cosas de la vida, pude saber su nombre.
Y por cosas de la vida, sin saberlo ese día fue el inicio y recibí tacitamente el pase VIP para ingresar aquel lugar que tanto anhelaba... el infierno.