Capítulo 23

211 23 15
                                    

Mi conciencia tenía razón cuando dijo que me había levantado muy religiosa, nada más al verlos juntos, parados en la puerta de mi departamento todo lo que salió de mi boca fue:

—Dios mío, no puede ser...

Todo lo que intenté hacer fue volver al ascensor, pero la campanilla del mismo me delató.

—Hola —fue todo lo que me salió decir cuando ambos me encontraron con la mirada.

—Estábamos preocupados, no contestabas a mis llamadas ni al timbre de la puerta. —dijo JungKook.

—Salí por comida —levanté la bolsa —el celular quedó cargando.

YoonGi no emitía palabra, solo miraba. Fui hacia la puerta e ingresé el código, ¿Por qué JungKook no entró, si él sabe la clave?

—Pasen.

«—¿En que estas pensando, niña loca?» Mi lado temeroso me alertó.

«—Mmm... ¿No estarás pensando en un trío? —mi lado perverso y sexual saltó —¿Te imaginas con los dos? —lamió sus labios. —Nunca experimentamos esa práctica. —elevó ambas cejas.»

—Gracias, pero no. —YoonGi interrumpió mis pensamientos —Solo venía para hacerle una pregunta. —se notaba su enojo.

«—Está enojado, nos va a castigar y de solo pensarlo ya me estoy excitando.»

—¿Kook... JungKook entra y me pones la bolsa en el desayunador, por favor? Enseguida entro.

JungKook asintió y tomó la bolsa, a él tampoco le gustaba lo que estaba ocurriendo. Verifiqué que estaba yendo a la cocina y cerré la puerta, de inmediato YoonGi me tomó de la mano y me llevó a las escaleras, nos quedamos en el descanso entre el piso tres y cuatro. No lo veía muy contento, bajé la mirada, un gran error de mi parte solo demostraba que la había cagado.

Con un dedo levantó mi rostro para que lo mirara, me encontré con sus ardientes ojos y luego con su lengua jugando con la comisura de su boca. No había dudas, estaba enojado.

Iba a romper el silencio, pero no me dió tiempo, sorpresivamente me tomó de la cintura y metió su lengua en mi boca dándome un... ¿Apasionado? ¿Molesto? beso. Haciendo que abra los ojos. Finalizando el beso con una mordida en mi labio inferior.

—¿Ese idiota de nuevo? ¿Acaso vive contigo?

—¿Qué? No. —contesté de inmediato.

—Como sea, vine para darte un... obsequio. —me mostró una pequeña bolsa, que no había visto hasta ese momento. Se acercó a mi oído —Es para usarlo cuando estemos juntos. —mordió el lóbulo de oreja —No te imaginas las ganas que tengo de hacerte mía, el sabor de tus besos, de tu piel, —lamió mi cuello —me calienta, no te imaginas cuanto.

«—Lo mismo digo.»

¿Me lo decía de verdad o solo lo decía porque sabe que está JungKook y así dejarme con las ganas? Me hizo seña para que tome la bolsa, luego me dijo que la abra. No imaginaba que podía contener una bolsa tan pequeña, solo se me ocurría una braga, la abrí y me encontré con un collar de cuero y una... ¿Correa? Tragué saliva fuertemente.

—Es un collar de sumisión, —sonrió —no te lo iba a dar, lo confieso. Lo pensé bien y decidí dártelo para que vayas tomando confianza, perrita. Te voy adiestrar de una manera que no te imaginas, si me das tu consentimiento obvio. ¿Puede tu amo usar un collar de sumisión contigo? —asentí sin tener la menor idea de si se usaba como lo imaginaba —Con palabras. —me tomó del cuello.

«—Mierda, que bien se siente.»

Cerré los ojos, para disfrutar aquella acción y todo lo que me hacía sentir, sentí el peso de su cuerpo sobre mi y de nuevo su boca en la mía, sus besos me sabían a infierno, malditamente me perdían de una forma que él no se imagina. Quise llevar mi mano desocupada a su cuello, él me lo impidió.

El mismo infierno 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora