Capítulo 47

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Llegó aparentemente de la nada, por cosas del destino ¿También se iría así?.

Los minutos pasaron, las horas pasaron, y el mensaje seguía ahí sin leerse.

Aunque no tenía ánimos de nada no pude negarme a que JungKook venga a verme, ¿que excusa le pondría para que no venga? ¿Que aún no llegué, cuando le había enviado un mensaje avisando que estaba en el taxi a nada de llegar a mi departamento? ¿Que estaba cansada, cuando había tenido horas de sobra para poder descansar?

JungKook no tenía la culpa de que sin darme cuenta me convertí en alguien que iba a depender emocionalmente de una persona con la cual no existía ningún tipo de compromiso afectivo y mucho menos amoroso. Quizás su visita momentáneamente me haría olvidar la espera de una respuesta que sabía muy bien no llegaría.

Suena el timbre de la manera particular en la que no toca nadie más que JungKook, pongo mi mejor actitud y lo espero en la puerta. Apenas me ve, su sonrisa aparece automáticamente, abro mis brazos para recibir su abrazo el cual me reconforta sin él saberlo. Intenta besarme en los labios, lo evito corriendo levemente la cara.

—Los vecinos. —susurro y él asienta.

Nos pusimos a hablar de la experiencia café mediante, aunque en verdad eran más los chismes de las personas de las demás sucursales que la capacitación en sí, obviamente JungKook evitó nombrar a KiHyun, había celos, de eso no había dudas y surgieron desde el primer día en que apareció en nuestras vidas. La presencia y la charla no lograban evitar que de vez en cuando observara el celular a la espera de una maldita respuesta de YoonGi.

«No había hecho nada malo, más que asistir a una maldita y estúpida fiesta en la que no me imaginaba que podría llegar a encontrarlo.»

—Hey, —Llama mi atención —¿En dónde estás? ¿Sigues allá? Te hice una pregunta.

—Perdón, estaba pensando en algo. Lo siento.

—Te pregunté qué quieres comer.

—A la cuenta de tres los dos decimos lo que queremos y si hay coincidencia comemos eso. ¿Te parece?

—Ok. Uno… —Comenzó él.

—Dos…

¡Tres! —dijimos al mismo tiempo.

—Pizza. —Fue lo único en lo que pensé.

—A ti. —Sonrió.

—Siempre bromeando Jeon.

—No bromeo, —Se acercó a mí —últimamente te extraño más que de costumbre.

—JungKook…

—Shh… no digas nada, sé muy bien cómo son las cosas.

¿De qué está hablando JungKook? ¿A qué se refiere cuando dice que sabe cómo son las cosas? ¿A qué no lo amo? ¿A qué sabe que existe alguien más?
Como sea, tampoco voy a preguntar. Me toma del rostro y planta un pequeño beso en los labios, mi corazón duele porque no puedo corresponderle como se lo merece; JungKook me gusta, lo deseo como hombre y compañero pero… si no quito a YoonGi de todo mi ser siento que jamás nadie podrá entrar a mi vida.

También está KiHyun, debo admitirlo. Al igual que con JungKook me siento protegida, él estuvo en mi peor momento y supo llevar aquello en total secreto.

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Luego de cenar finalmente pollo frito con cerveza y soju, decidimos o mejor dicho, JungKook decidió que lo mejor sería salir por un café. Camino hacia la cafetería en más de una ocasión me preguntó cómo me sentía, si me encontraba bien.

—¿Estás esperando alguna llamada o algún mensaje? —indagó mientras esperábamos el pedido.

—¿Qué? No, ¿Por qué?

—Desde que llegué estuve observando que cada tanto miras el celular como preocupada. ¿Pasó algo con tus padres? O… ¿Esperas el llamado de alguna persona en especial?

—¿Qué? —Rio algo nerviosa por ser descubierta —¿En serio estoy haciendo eso? —Vuelvo a reír.

—Si, lo digo enserio. —La chica nos dio nuestro pedido y salimos.

—Lo siento mucho, de veras. Toma, —Le doy mi celular —para concentrarme en ti. De verdad no me di cuenta que estaba mirando el teléfono.

—No, tampoco es para eso. —pongo mi celular en el bolsillo trasero de su pantalón —Si esperabas a alguien o por mi culpa tuviste que cancelar algo, me hubieses dicho y me quedaba solo un momento.

—Esperaba a alguien. —Me detuve frente a él —A la persona que está conmigo siempre y soporta cualquier cosa de mi, tú. —Sonrío y le doy un enorme abrazo.

Obviamente que lo corresponde y me siento aliviada al saber que él se encuentra conmigo en un día así, aunque no pueda decirle que es lo que me sucede. Llegamos al edificio y nos detenemos un momento.

—Bueno señorita, será hasta mañana. —Intenta besarme, pero se detiene cuando la puerta se abre y ve al encargado del edificio —Mañana volvemos a la rutina, hay que trabajar. ¿Paso por ti? —Reímos al mismo tiempo, una vez que el encargado entró.

—Kookie… ¿Puedes quedarte esta noche? —Mi pregunta lo tomó por sorpresa —Tengo una mejor idea, subo a buscar ropa y voy a tu casa. No quiero estar sola esta noche.

El mismo infierno 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora